La patronal se niega a asumir su coste

Hasta la Liga portuguesa femenina tendrá VAR la temporada que viene, mientras la española lo rechaza

La Liga F se niega a instalar el VAR para la temporada 2023-24 por su coste, mientras que la liga portuguesa femenina sí que lo tendrá

Las jugadoras del Real Madrid se tapan el parche de la Liga

VAR
Una árbitra consulta el VAR en la pasada Eurocopa femenina. (Getty)
Hugo Carrasco

El VAR se ha convertido en una herramienta fundamental en el fútbol actual. Pero no en el femenino español. Mientras que sí que lo habrá en la final de la Copa de la Reina o que en la Liga femenina de Portugal se instaurará, la próxima temporada en la Liga F, en principio, se disputará sin videoarbitraje. El motivo no es otro que la negativa por parte de la patronal de asumir su coste, pese a que cuentan con ingresos más que de sobra para ello.

La Liga no hace más que remar en contra de su producto. Algo que ha quedado ya patente tras las últimas negociaciones del Convenio Colectivo, en el que proponen una irrisoria subida del salario mínimo de 3.000 euros anuales en tres temporadas –de 16.000 euros a 19.000– y exigiendo además dedicación absoluta a las futbolistas, algo que ahora no es obligatorio.

Después del desacuerdo en aquella negociación, en la que los sindicatos de las futbolistas proponían alcanzar el mínimo de 30.000 euros, dados los altos ingresos de la Liga, las jugadoras de todos los clubes se quejaron tapándose el parche de la competición en la última jornada del campeonato. Ahora, llega un nuevo capítulo que va en contra del producto y del avance del fútbol femenino español, como es la negativa a instalar el VAR en los partidos de la Primera División.

A pesar de que en Champions y en diversos partidos importantes como la final de la Copa de la Reina sí que hay VAR, en la Liga no lo habrá la próxima temporada. La herramienta tiene un coste que desde la patronal se niegan a asumir, mientras que sus dirigentes, que tienen unos suculentos salarios que superan los 150.000 euros anuales, volverán a incrementar su salario.

De esta forma, la competición española se queda atrás respecto a sus principales competidoras europeas. Mientras que el resto de competiciones importantes sí que tienen implementada la tecnología del videoarbitraje, en España los dirigentes se niegan. Todo, a pesar de que los ingresos mínimos garantizados de la competición por las próximas cinco temporadas son de un total de 100 millones de euros por ayudas del CSD, la explotación comercial a cargo de Tebas y venta de derechos televisivos.

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