Hamilton ganó en Alemania conduciendo a medio gas

Si alguien espera que el dominio de Mercedes acabe próximamente, al menos que lo haga sentado para no cansarse. La superioridad de los coches plateados es un hecho que se demuestra en cada carrera. Lo que no sabemos cómo de grande es esa ventaja, aunque Lewis Hamilton nos ha dado una pista con sus declaraciones posteriores al Gran Premio de Alemania.
En Hockenheim Hamilton obtuvo su cuarta victoria consecutiva, lo que le ha servido para distanciarse hasta en 19 puntos del segundo clasificado en el mundial, su compañero Nico Rosberg. Durante la carrera, los pilotos de Red Bull parecieron apretar al británico, pero nada más lejos de la realidad. Lewis controló su distancia con los coches energéticos tal y como quiso.
Hamilton solamente tuvo que exigir el máximo de su mecánica en dos ocasiones durante toda la carrera. “Honestamente, hay una zona que no puedes utilizar durante mucho tiempo en el motor y yo no estuve cerca de ella. No forcé el motor desde la segunda o tercera vuelta. Cuando mi ingeniero me dijo ‘hammer time’, fue entonces cuando activé el botón para mantener mi distancia con Ricciardo. Después, me fui de nuevo a mi modo de carrera normal”.
Hamilton no anda sobrado de motores
Esta actitud, más que chulesca, es totalmente necesaria para un Lewis Hamilton que no anda precisamente sobrado de motores. El inglés sabe que en algún momento de la temporada va a ser sancionado por utilizar más unidades de potencia de las debidas, y se ve obligado a mimar todo lo posible la que utiliza en la actualidad. Obviamente, disponer de un monoplaza tan superior al resto ayuda, y mucho. “Sentí totalmente que tenía el control de la carrera, lo cual es un escenario que uno no siempre encuentra. No esperaba ser tan fuerte como fui. Traté de hacer que el motor fuese tan lejos como me fue posible. Tengo la esperanza de haber prolongado su vida”.