Garbiñe barre a Stosur y ya está en octavos de Roland Garros
La española se impuso por un contundente 6-0 y 6-2 a la australiana Stosur
Garbiñe Muguruza ha llegado a este Roland Garros con otra cara. La tenista española se impuso por un contundente 6-0 y 6-2 a la australiana Samantha Stosur en una hora y dos minutos. Muguruza no sólo cuajó su mejor partido en lo que va de torneo sino del año, recordando a aquella jugadora que alcanzó la cima del tenis femenino en septiembre de 2017.
La número tres de la WTA ha pegado un cambio radical para mejor desde su último torneo en el Masters de Roma. Ya no cuenta con la presión que tenía el año pasado al llegar a París, donde defendía título, y eso le está haciendo jugar mucho más suelta golpeando la bola con mucha más confianza y conectando más golpes ganadores.
Prueba de ello son sus subidas a la red. No es normal ver a Muguruza terminar las jugadas en la red, pero en la arcilla parisina se ha convertido en una imagen bastante habitual. Frente a Samantha Stosur, finalista del torneo en 2010, quería dar un golpe encima de la mesa y lo hizo. Desde el principio mostró sus intenciones con un revés ganador a la línea en el primer servicio de la australiana en el partido.
La número 3 del ranking WTA comenzó de la mejor manera posible, con un break a su favor. Pero el ciclón Garbiñe no había hecho más que empezar. La tormenta estaba en su fase de madurez, cuando caen las primeras gotas. Stosur no sabía la que se le venía encima. Segura desde el fondo de pista y firme en sus subidas a la red, Muguruza, encadenó una serie de golpes ganadores sin cometer casi errores para poner tierra de por medio.
Se esperaba un partido de máxima igualdad, pero el primer set fue un visto y no visto ya que apenas duró 26 minutos. La española se llevó la primera manga por un contundente 6-0 y empezó el segundo igual que terminó el primero, con un 2-0 a favor. Hizo ocho juegos de forma consecutiva hasta que la número 90 del mundo despertó y se adjudicó sus dos primeros juegos del choque para igualar a dos.
Muguruza parecía haber soltado el acelerador y eso lo aprovechó su rival para devolverle la rotura. Llegaban los primeros minutos de desconexión de la número uno española tras un primer set impecable en el que terminó con cinco winners y tres errores no forzados. Estaba siendo el mejor partido de la tercera cabeza de serie en todo el torneo.
Garbiñe sentencia
Hasta ahora había tenido un partido muy bueno y otro en el que estuvo muy irregular. Frente a Kuzentsova, Garbiñe Muguruza dio un auténtico recital mientras que contra Fiona Ferro no desplegó su mejor nivel pese a ganar en dos sets. Pero esta vez cambió el chip y se puso en modo número uno, como si fuera la mismísima Serena Williams golpenado derechazos que caían como martillos en el lado de Stosur.
Tras los dos juegos de la australiana, la pupila de Sam Sumyk retomó el mando del partido y le hizo un contrabreak para luego poner el 4-2 con su servicio, con el que se estaba mostrando muy contundente. No había manera de frenarla, Garbiñe empezaba a recordar a aquella jugadora que conquistó el Grand Slam francés en el 2016.
Tenía un break de ventaja pero quería más, la española no se quería confiar y volvió a pisar el acelerador para recuperar el modo apisonadora. La australiana lo intentaba pero sin éxito, ya que enfrente tenía a una Muguruza en estado de gracia que no le permitió sentirse cómoda sobre la pista en ningún momento y terminó cerrando el segundo set por un contundente 6-2.