PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 11

Este Atlético no tiene techo: 14 victorias seguidas en el Metropolitano

Imparable en su estadio, el equipo es tercero con un partido menos

El Alavés marcó su gol en el minuto 96, ya sin tiempo para pelear el resultado

Riquelme marcó su primer tanto en el Metropolitano

Atlético, Alavés
Tomeu Maura

14 victorias seguidas en el Metropolitano. Una más y será récord absoluto en la era Simeone. Este Atlético no tiene techo. El Alavés fue sólo una chinita en el camino de un equipo en racha que es ya tercero en la clasificación pese a llevar un partido menos y que parece decidido a luchar por la Liga. Primer gol de Riquelme en su estadio, segundo de la temporada tras el marcado en Pamplona, y golazo de Morata para demostrar que está ante su gran año.

Hay tantos jugadores del Atlético en forma que el problema para el Cholo es elegir. Bendito dilema, por supuesto. El último en pedir paso ha sido Rodrigo Riquelme, que ya dejó buenas sensaciones en Glasgow el pasado miércoles y que hoy ha explotado ante sus propios aficionados haciendo olvidar a Lino y, sobre todo, difuminando el recuerdo de Carrasco. Las lanzas se han vuelto cañas y el nivel de confianza del equipo es tal que cualquier cosa parece posible.

El golazo de Riquelme

El Alavés empezó travieso pisando un par de veces el área rojiblanca en el arranque, pero la primera ocasión fue doméstica en un disparo de Riquelme muy esquinado que obligó a Sivera a emplearse a fondo. Poco después fue Hermoso el que se acercó al gol cuando se elevó por encima de los centrales adversarios en un saque de esquina, pero su cabezazo no cogió portería.

Convertido en total dominador del encuentro al paso por el primer cuarto de hora, el Atlético volvió a exprimir el balón parado en otro córner, ahora desde el otro costado, que Saúl volvió a desperdiciar. El alicantino disfrutó luego de un pase espectacular de Griezmann, pero anduvo lento en la recepción y le dio tiempo al marroquí Abqar a que se cruzara en el último instante.

El goteo de oportunidades en el tramo inicial continuó con un centro de Riquelme que Morata cabeceó alto en el segundo palo cuando parecía estar en franca ventaja, con otro testarazo del delantero centro de la selección a las manos de Sivera y, por fin, con lo que llevaba ya tiempo viéndose venir. A los 26 minutos le llegó un balón a Riquelme en el área y Roro mostró en una sola jugada todo su talento. Primero llevó el cuero al suelo con el pecho, luego rompió a Gorosabel con un cambio de ritmo y, finalmente, solucionó ante el portero con un punterazo de izquierda que enardeció a Simeone.

La puntilla de Morata

El 1-0 tranquilizó al Atlético, que bajó una marcha y permitió al Alavés que respirara un poco. Los vitorianos se sintieron de nuevo con confianza para retar a su enemigo y Oblak tuvo que intervenir en un centro lateral de Gorosabel. El partido se igualó, pero justo al límite de los dos minutos de prolongación que había añadido el árbitro Koke se sacó de la chistera un pase maravilloso a Morata que el número 9 convirtió en petróleo tras deshacerse de Sedlar. Su remate con la pierna izquierda a la escuadra se convirtió en un 2-0 que, ahora sí, ya parecía una losa demasiado pesada para que los de Luis García Plaza pudieran levantarla.

El equipo se tomó el segundo tiempo con una actitud mucho más relajada, protegido por los dos goles de ventaja y consciente de la necesidad de economizar esfuerzos ante lo que está por venir. Simeone movió por primera vez el banquillo a los 57 minutos dando entrada a Llorente por Saúl, repitiendo el movimiento que ya ejecutó en Glasgow. El madrileño formó pareja con Nahuel por la derecha y De Paul se trasladó a la izquierda, pero a esas alturas las necesidades eran muy diferentes a las del miércoles en el Celtic Park.

Intimidado por lo sucedido en la primera parte, el Alavés se resistió a volver a salir de su zona de protección y el partido bajó estrepitosamente de intensidad. Simeone captó la situación y le dio minutos a Barrios y a Correa en busca de una reacción porque el 2-0 no le tenía tranquilo del todo. Griezmann acabó con la incertidumbre en el minuto 70, pero Muñiz Ruiz montó el número anulando el gol del francés para señalar una falta previa inexistente de Llorente, que había sido de hecho el que había recibido un agarrón de Duarte.

De la goleada a los apuros finales

La surrealista decisión arbitral despertó al estadio y despertó al equipo, que volvió a activarse creando de inmediato una buena ocasión que desbarató Sivera ante Nahuel y más tarde con otra aparición de Riquelme que le dio trabajo al portero vitoriano.

Consciente de que se le acababa el tiempo, el Alavés se lanzó en zafarrancho en los diez últimos minutos y Hagi estuvo a punto de alterar la rutina con un disparo cruzado que se fue fuera por poco. Los de García Plaza acabaron el partido en el área del Atlético y al final acabaron obteniendo recompensa en un disparo de Guevara a los 96 minutos que pilló dormido a Oblak. Sin embargo ya no hubo tiempo para más, confirmando la sexta victoria consecutiva en Liga y dejando ya atrás al Barcelona en la clasificación. Por delante aún le quedan dos, pero tiene el comodín del partido aplazado ante el Sevilla que, con una simple victoria, le reportaría ahora mismo el liderato. De momento podrá disfrutar de una semana limpia, ya que descansa en la primera eliminatoria de Copa, y podrá preparar con tranquilidad su próximo compromiso en Las Palmas ante una de las revelaciones de la temporada.

 

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