Eriksen, Van de Beek y Bruno Fernandes esperan el OK de Zidane
Zidane sigue creyendo en la llegada de Pogba al Real Madrid. Eriksen, Van de Beek y Bruno Fernandes continúan en la recamara
Espera. Tensa espera. Eso es lo que se respira por las oficinas del Santiago Bernabéu cuando se encaran los últimos días del mercado de fichajes. El Real Madrid sigue convencido de que hay que reforzar el centro del campo. En esto todos los estamentos del club coinciden sin discusión. El principal problema es que la cúpula estaría encantada con la contratación de cualquiera de los cuatro hombres que manejan –Pogba, Eriksen, Bruno Fernandes y Van de Beek-, mientras que Zidane sólo quiere a su compatriota.
El entrenador del Real Madrid sigue esperando un milagro. Ese en el que trabaja Mino Raiola desde hace varias semanas y que desde la entidad madridista ven muy complicado, aunque no imposible. Sin opciones de reforzarse, parece difícil que el United ceda y deje salir a Pogba a estas alturas. Ni siquiera que el francés ya haya comunicado que no renovará un contrato que expira en 2021 hace crecer las esperanzas, aunque la fe no se termina de perder.
Zidane sólo quiere le quiere a él. Está convencido que con Pogba todo su plan tomará sentido y entorno a su figura recuperará ese Real Madrid triunfador que se vio en su primera etapa. Por ello no quiere escuchar ningún nombre, aunque el club tiene varias opciones encima de la mesa y un mal resultado ante el Villarreal podría obligar a ejecutarlas.
Tanto Eriksen como Bruno Fernandes y Van de Beek esperan que el galo ceda y de el OK para que el Real Madrid mueva ficha. El danés, que siempre ha sido la segunda opción, podría salir por un precio cercano a los 50 millones de euros, ya que el Tottenham no quiere ver como uno de sus principales activos deja Londres gratis en unos meses. La operación del luso la tiene más que encarrilada Jorge Mendes. Y el holandés, que estuvo ‘fichado’ y su llegada fue frenada por Zizou, sigue en la recamara. Zidane espera a Pogba, mientras que el resto esperan que el francés entre en razón y, si finalmente Paul no puede llegar, se siga reforzando una medular demasiado desgastada.