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La dualidad de Pau Echaniz, el modista de la piragua: «La moda me evade de la toxicidad del deporte»

El piragüista, bronce en los Juegos Olímpicos de París, encuentra en la moda una válvula de oxígeno

Seis medallistas olímpicos brindan en OKDIARIO por un 2025 lleno de "éxitos deportivos"

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Pau Echaniz tiene dos caras. Se transforma en un tiburón dentro del canal y saca su lado artístico fuera de él. Se le da bien lo de desfilar. Lo hizo por el canal Vaires-sur-Marne de París, imbuido en su primera personalidad, para colgarse un inesperado bronce en K1 slalon que le abrió las puertas de la alfombra roja de la Gala del COE por la que mostró su segunda faceta. Por la sede desfiló con un estilo vanguardista y propio, el que le otorga se el diseñador de su traje.

«Lo he diseñado yo mismo. Me lo he hecho para la Gala y a partir de ahora me lo pondré cuando tenga un evento en el que tenga que lucir un poco» , asegura a OKDIARIO un Pau Echaniz que desprende ilusión cuando habla de sus dos mundos. «No hay uno sin otro ni otro sin uno», explica en referencia a la moda y el piragüismo. Lo borda en ambas disciplinas. Posee una marca de ropa y ha ganado un bronce olímpico.

«Increíble. Ha sido el mejor verano de mi vida y la mejor temporada de mi vida. Estoy muy feliz de todo lo que me ha pasado. Ahora tengo que seguir haciendo lo mismo para que dentro de cuatro años vuelva a ser la mejor temporada de mi vida otra vez», asegura durante su conversación con OKDIARIO. A Pau Echaniz no se le olvida su bajada en París. Es un recuerdo perenne.

Ahora, que está algo lesionado, la ve alguna que otra vez. «Me he puesto la bajada unas cuantas veces, me gusta verla. Llevo un tiempo tocado de la clavícula y me la voy poniendo para ver quien soy o quien fui en algún momento. Hay pequeños errores, además del toque con la puerta que me hizo perder la medalla de oro, algunas cositas que se podían apurar. Pero es algo muy pequeño. Fue casi perfecta, algo prácticamente inmejorable», recuerda a este periódico.

Cuando Pau Echaniz culminó su bajada se bajo de la piragua golpeando al agua, con la sensación de que un metal se estaba cociendo. Restaban once piragüistas por descender. Su trabajo estaba hecho, le tocaba esperar. Lo hizo con una botella de agua como compañía en ausencia de la máquina de coser que se ha llevado a más de un campeonato para vencer la ansiedad.

Todo queda en familia para Pau Echaniz

En cuanto su bronce se oficializó, Echaniz se fundió en un abrazo con Xabi Echaniz, su padre y entrenador, y Maialen Chourraut, su madrastra y medallista olímpica que también competía en París. «Estuve como en casa. Ya estamos acostumbrados a vivir juntos, ya sea en Madrid, San Sebastián, Villa Olímpica…Nos conocemos mucho, sabemos nuestras rutinas y la forma de trabajar. Fue fácil», recuerda a este medio.

«Fue la bajada perfecta en el momento perfecto. Lo imaginé así muchas veces, lo soñé mucho… Estuve mucho tiempo pensando en el momento y en esa bajada. Lo imaginé tantas veces que en ese momento me sentí muy cómodo y yo mismo», asegura Pau Echaniz, quien también obtuvo su particular medalla en la moda cuando fue seleccionado para desfilar por el Museo Cristóbal Balenciaga.

«La moda me ayuda mucho porque son dos mundos totalmente diferentes, aunque no tanto para mí. Intento meterle arte a todo lo que hago, ya sea piragüismo o la moda. Tienen ahí una pequeña semejanza. Me ayuda mucho porque en el deporte te puedes lesionar, no tener buenos resultados, obsesionarte… Y ese mundo, el de la moda, me hace evadirme de la toxicidad que puede tener el deporte. Me ayudan mucho los dos mundos. Sin uno no hay otro y sin otro no hay uno», afirma a este medio.

Pau Echaniz tiene claro sus propósitos para 2025. «Quiero seguir disfrutando del deporte y del piragüismo con mis compañeros y seguir siendo yo mismo, que es lo que me ha traído hasta aquí». Lo suyo es desfilar, por la alfombra roja o dentro de la piragua. Lo borda en ambos casos.

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