Djokovic se proclama pentacampeón de Wimbledon tras una final histórica
Tras una final histórica, Novak Djokovic venció a Roger Federer en cinco set (7-6, 1-6, 7-6, 4-6 y 13-12) para ganar Wimbledon
Novak Djokovic derrotó a Roger Federer (7-6(5), 1-6, 7-6(4), 4-6, 12-12(3)) en una intensa final de Wimbledon, la más larga de la historia del tercer grande de la temporada, el cual levanta el de Belgrado por quinta vez para conquistar su 16º Grand Slam.
Nole salió victorioso en una tremenda final, llena de nervios, emociones y mucho tenis. En el quinto set y con Federer apretando con toda su categoría a remolque, el serbio logró defender el título en la hierba londinense y acercar su leyenda en los grandes a la de Rafa Nadal (18) y el propio Federer (20).
Djokovic ganó al de Basilea por tercera vez en una final del All England Tennis Club. El suizo sufrió de nuevo la agonía de 2014 y 2015 ante el serbio que reclama ya parte del famoso jardín del ocho veces campeón. Del mismo modo, Novak mira muy a los ojos a Nadal y Federer, después de ganar cuatro de los últimos cinco Grand Slams celebrados.
El flamante campeón fue un muro cuando tuvo que serlo y un estilete en la hierba cuando el partido estaba al rojo vivo. El serbio se quedó tres tie-breaks, entre ellos el 12 iguales de un quinto set de casi dos horas, y salvó dos bolas de campeonato en el decimosexto juego. Federer lo dio todo, a sus casi 38 años, sin premio pero con el derecho a seguir siendo considerado uno de los mejores tenistas del momento y, evidentemente, de la historia.
El número uno del mundo y vigente campeón dio el primer paso en un primer set eléctrico. No se guardaron nada para empezar, pero Federer cometió los primeros errores cuando parecía encarrilar la muerte súbita. Djokovic sin embargo dio un paso en falso en el segundo set, un 1-6 contundente del suizo, mucho más regular en su juego.
La tercera manga devolvió la igualdad, con un aumento del ritmo con la llegada de los juegos decisivo. A Federer se le escapó la bola de set al resto y de nuevo el tie-break sacó la mejor versión de Nole. Enfrente, el suizo no se rindió ni acusó el desgaste dejándose todo lo que tenía.
Logró empatar la final, con un cuarto set demoledor, en el que llegó a ponerse 2-5. La Catedral ya vivía en un sobresalto continuo, un juego de ataque y rápido, pero también de largos intercambios. Llegó el drama del quinto set que tuvo a Djokovic por delante, con media final en el bolsillo cuando rompió para 4-2. Federer respondió y dio la vuelta al set con un 7-8 que le dio las dos bolas de torneo, aunque no fue capaz de cerrar el partido y la final. Un 40-15 que dejó escapar y que sin duda tardará en olvidar. El novedoso tie break en el 12-12 de este año era el inevitable desenlace. Djokovic volvió a ser intratable para quedarse la final más larga de la historia de Wimbledon.