Los deberes de Zidane tras la debacle en París

Zidane está en el punto de mira. El entrenador francés ha sido el gran señalado tras la dura derrota en el Parque de los Príncipes y ya hay dudas sobre su método y sobre si será capaz de revertir la situación. El técnico de las tres Champions sigue teniendo crédito pero este no es ilimitado. Ante esta situación, el galo busca dar con la tecla de cara a lo que viene en los próximos días: las visitas al Pizjuán y al Metropolitano.

Muchos apuntan al centro del campo, pero uno de los grandes problemas de este Real Madrid de Zidane está en la defensa. Porque el conjunto blanco encaja goles con mucha asiduidad y por ello frenar la sangría atrás es el gran objetivo del técnico blanco. En pretemporada apostó por tres centrales y este sistema podría regresar en el Pizjuán.

En los cinco partidos oficiales que ha disputado en lo que va de temporada, el Real Madrid ha encajado un total de 9 goles y no ha sido capaz de dejar ningún partido la puerta a cero. Ese está siendo el gran handicap de un equipo con las líneas muy separadas y que deja frecuentemente a los cuatro defensas en situación de inferioridad, cómo se pudo comprobar el pasado miércoles en París.

Otro de los grandes objetivos de Zidane de cara a Sevilla y el Metropolitano es aumentar la tensión competitiva del equipo. El entrenador francés achacó la derrota ante el PSG a la «falta de intensidad» y para recuperarla es clave recuperar la buena presión tras pérdida que también funcionó en la primera parte ante el Levante y la constante ayuda entre los jugadores.

Fragilidad en el centro del campo 

Zidane no quiso incorporar a ningún futbolista cuando el fichaje de Pogba se puso imposible y ante las lesiones de Modric y Valverde el equipo se ha quedado cojo en el centro del campo. A esto hay que esto vino tras el parón de selecciones y ello ha obligado a saturar de minutos a Casemiro y Kroos. En París ambos estuvieron desbordados ante la potencia física del PSG y otro de los objetivos de Zidane será crear un sistema alrededor de ellos para que no estén sobrepasados en la medular.

Por ello todo podría desembocar en un posible cambio de sistema. El 4-3-3 o 4-2-3-1 con extremos poco dados a ayudar en faceta defensiva se ha visto que es deficitario, y próximamente, el entrenador galo podría volver al rombo que tan bien le funcionó en la época de vino y rosas. Visto lo visto en este arranque de temporada, parece que esos buenos tiempos quedan lejos.