Correa: «Los médicos me dijeron que mi corazón estaba bien y me mintieron»

Correa
Correa, en el partido frente a la Real Sociedad. (AFP)

Un auténtico ejemplo de superación. Ángel Correa narró sus inicios en el fútbol en una entrevista para el medio Enganche, incluyendo la operación de corazón que puso en peligro su carrera deportiva, justo antes de llegar al Atlético de Madrid, donde ahora triunfa a las órdenes de Diego Pablo Simeone.

Correa se deshizo en elogios hacia el Cholo Simeone, figura importantísima para su despegue en la élite del fútbol europeo. «Es un ganador. Nos habla mucho, sabe muchísimo. A mi desde que llegué  me enseñó mucho y me sigue enseñando».

La muerte de su padre hizo a Ángel vincularse más al fútbol para superar sus problemas, como reconoció el propio jugador.»Desde los 10 años, cuando perdí a mi papá, se convirtió en algo que me sacaba de todo lo que me hacía mal. Después perdí a dos hermanos y el fútbol es lo que me hace olvidar eso. Cada vez que entro a la cancha a jugar me olvido de las pérdidas que tuve y lo único que quiero es divertirme con mis compañeros en el Atleti o con amigos en Rosario».

«Me fui dando cuenta desde el día en que me pagaba mi representante y yo le daba el sueldo entero a mi mamá para que tengamos para comer. Eran mil o mil doscientos pesos. Después siempre tuve a mi padrino que estuvo encima mío. Él era el que me compraba los botines, la ropa, el que me obligaba a que estudiase. Por eso siempre le voy a estar agradecido», añadió.

Uno de los grandes acontecimientos de su aún corta carrera deportiva fue el problema de corazón sufrido antes de su llegada al Atlético. Ángel explicó la situación y todo por lo que pasó hasta decidir operarse. «Estaba en Argentina con mi representante para hacerme la revisión médica y ya firmar el contrato con el Atlético, pero los médicos notaron que había algo raro y me dijeron que me tenía que operar. En lo primero que pensé en ese momento fue que no quería porque quería jugar la semifinal de la Libertadores con San Lorenzo. Nos había costado tanto llegar ahí que me hacía mucha ilusión jugarla. Pero después en frío decidimos que lo mejor era operarme, porque era joven y la recuperación iba a ser buena, y así fue. Pero me dolió mucho no haber jugado la semi y la final con San Lorenzo».

A pesar de los contratiempos sufridos, Correa no vio cercana la posibilidad de abandonar la práctica del fútbol de manera profesional. «Nunca se me pasó. Es más, fue lo primero que pregunté cuando me dijeron que me tenía que operar. Los médicos me habían dicho que iba a estar todo bien y que no había ningún riesgo de no poder volver a jugar pero era todo mentira. Me habían mentido. No me dijeron nada antes de que me operase para que lo hiciese. Pero después de que salió todo bien, me dijeron que existía la posibilidad de que si salía algo mal no iba poder volver a jugar».

Uno de los sueños de Correa es entrar en la convocatoria definitiva para el Mundial de 2018, pero sabe que tiene que trabajar mucho para que Sampaoli le incluya entre los elegidos. «Estar en la Selección es lo máximo. Estuve mucho tiempo en la Eliminatoria y lo disfruté al máximo. Cada entrenamiento. Llegar ahí y entrenar al lado de esos monstruos y que te traten como uno más es único. A todos los chicos que llegan los tratan como si jugaran en la Selección hace años.  Me muero de ganas de estar de nuevo pero tengo que trabajar muchísimo y seguir en el nivel que estoy mostrando ahora. Argentina tiene muchos jugadores que quieren lo que quiero yo».

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