El Celta hunde el transatlántico de Simeone (2-0)
El Atlético de Madrid pierde en Vigo tras cinco minutos eléctricos del Celta, que machacó al conjunto de Simeone
Maxi Gómez mareó a la zaga rojiblanca e Iago Aspas lanzó un mensaje a Luis Enrique en forma de gol
El Atlético de Madrid sufrió su primera derrota de la temporada al caer en Balaídos ante un combativo Celta de Vigo, que sorprendió a los rojiblancos con un arreón de cinco minutos, nada más arrancar la segunda parte, que le valieron para llevarse una victoria que deja tocado a los de Simeone, que arrancan la Liga con una sola victoria en tres partidos y dos pinchazos fuera del Wanda.
El supercampeón de Europa ya no es el de hace 15 días. O así lo muestra en la Liga, donde cayó justamente en Vigo en la tercera jornada, una visita que mostró a Simeone que pese a tener la mejor plantilla del Atlético en su historia, mucho tiene que trabajar para hacer de ella un equipo y no unas individualidades. No todo era tan bonito y no siempre se gana con genialidades de Diego Costa o Griezmann. Este duelo en Balaídos, un estadio ya sin cascotes ni riesgo de derrumbe, era para otra cosa.
Sacó Simeone un muy buen once, que si bien tenía las ausencias de Rodri, Arias y Lucas, jugó con Costa-Griezmann, flanqueados por Koke (más tirado a banda), Saúl y Thomas. Filipe Luis, ya sin la opción del PSG, fue titular. Pese a que en un principio pareció leer bien el partido Simeone, dejando que el Celta mostrara sus cartas mientras el Atlético se asentaba, todo se le fue al traste con una falta de concentración impropia del ‘cholismo’ en los que firmó una derrota que traerá cola en los próximos días.
El Celta machacó al Atlético con cinco minutos eléctricos, los primeros de la segunda parte, en la que Maxi Gómez se presentó como figura y bailó a los rojiblancos con dos acciones claves, la primera en un gol tras un cara a cara con Oblak, que no fue esta vez el muro de otros días, y la segunda con un centro medido que cabeceó Aspas. En su primer tanto, en el 46′, el uruguayo se aprovechó de un resbalón de su compatriota Godín, que se disfrazó de Steven Gerrard: se desequilibró cuando fue al controlar el balón y, con ello, también desequilibraba el partido. Sin tiempo para pensar, el Atleti se llevó otro golpe con el cabezazo de Iago, regalado por Maxi. El de Moaña lo celebró con rabia, quizá con mensaje a Luis Enrique, que este viernes le dejó fuera de la lista de la selección española.
Tsunami del Celta, naufragio del Atlético
Tocando ya la derrota, la primera de la temporada, Simeone sacó a Kalinic por Correa y a Lemar por Thomas, al que un hiperactivo Mateu Lahoz perdonó la expulsión, por doble amarilla, justo un minuto antes del cambio. Sin embargo, todo era un aviso. El árbitro valenciano sí mandó a los vestuarios a Savic, que hizo menos que el ghanés, pero lo justo para ser expulsado. En la jugada posterior, el Atlético se salvó de la debacle total, ya que el VAR, con varios minutos de suspense, anuló un gol por supuesto fuera de juego de Cabral que ni las imágenes de televisión llegaron a demostrar con exactitud.
Pese a los cambios (también entró Arias por Giménez) nada cambió. Al contrario. El Atlético lo intentó de forma tímida y le faltó hambre y concentración. Si un gol estuvo más cerca ese fue el 3-0. Hasta pueden agradecer los rojiblancos que no hubiera goleada en contra. El Atleti fue un equipo al que le faltaron ideas, como si no supieran lo que es remontar un resultado adversos. Los cinco minutos de vendaval gallego le condenaron.
Ganó Antonio Mohamed, el entrenador de las vestimentas dignas de una telenovela mexicana, a su íntimo amigo Simeone. El Celta de Vigo, siempre fiable pese a ser este año un equipo menos virtuoso, se coloca con siete puntos (tres más que el Atlético), líder virtual y con la sensación de que su proyecto es rocoso.
El Atlético, con la mejor plantilla de su historia, se va al parón con tan sólo cuatro puntos en las primeras tres jornadas, con una única victoria (por la mínima y sufriendo ante el Rayo Vallecano) y pudiéndose quedar descolgado tan pronto de Madrid y Barça. Así es el fútbol, el mismo deporte en el que hace 15 días el equipo de Simeone era el más favorito para ganar todo tras alzar la Supercopa de Europa. Esto es un examen continuo. Y el Atlético lo suspendió en Vigo.