Causeur y Campazzo hacen olvidar a Doncic (92-75)
El Real Madrid está muy por encima de sus estrellas. Esta afirmación, utilizada en repetidas ocasiones por los incondicionales para marcar la grandeza de la entidad que aman, se reprodujo en el ámbito deportivo en el encuentro, de extraordinaria importancia, que el Madrid jugó y ganó al Panathinaikos (92-75) en el Wizink Center. Facundo Campazzo y Fabien Causeur lideraron una actuación de tronío de un equipo al que le faltaban sus dos grandes estrellas, pero que no dudó en pelear y borrar de la cancha a su rival para seguir soñando con un puesto entre los cabezas de serie de la Euroliga en cuartos.
La baja de Doncic se presumía clave para un Real Madrid martirizado por las lesiones durante toda la campaña, pero los Campazzo, Rudy, Causeur y compañía debían dar un paso adelante para que la ausencia de su joven líder no se notara. En más de un partido Laso había decidido prescindir del esloveno en los momentos clave y los teóricos secundarios demostraron entonces que estaban preparados para responder ante la presión.
La igualdad venía enlazada con la tensión del partido que tocaría vivir, entre dos de los equipos que pelean por la cuarta plaza, la que da acceso a los Playoff con ventaja de campo y evitando hasta la Final Four a los todopoderosos CSKA y Fenerbahce. El 19-20 inicial no extrañó, como tampoco los nervios y la dura defensa, correspondiente a los meses clave de la temporada.
K.C Rivers, como en casi cada regreso al Palacio, se disfrazó de superhéroe con tres triples en una primera mitad en la que fue el líder de la batería de afroamericanos que copa el roster de Panathinaikos. Enfrente, un francés poco atlético pero capaz de hacer casi cualquier cosa sobre la cancha. Un Fabien Causeur que se fue por encima de la decena en los dos cuartos iniciales y siguió jugando y haciendo jugar a sus compañeros en la reanudación, en la que el Real Madrid comenzó con su intentona de despegue.
A base de defensa, rebote y claridad en ataque, el Madrid levantó las primeras ventajas por encima de los diez puntos. Uno de los secretos fue de nuevo Facundo Campazzo, consolidado ya entre los mejores bases de Europa y haciendo un poco de todo en el Palacio, con mención especial a una defensa siempre activa ante las estrellas rivales. Un crack que no duda en sumar para el equipo.
De la mano del Facu y Causeur el Real Madrid fue sumando puntos con los que se separaba del marcador. Panathinaikos veía como era imposible responder en aro contrario, donde los blancos habían puesto el muro gracias a una sobresaliente defensa liderada por Tavares, solo rompible por animales anotadores, como Mike James, llegado como refuerzo de invierno y desatascador profesional, para devolver algo de esperanza al encuentro antes de los últimos diez minutos.
La unidad madridista, con Felipe, Ayón y Tavares también destacando desde dentro, era inversamente proporcional al desorden de Panathinaikos, con una dependencia de Mike James exagerada para los grandes jugadores con los que cuenta Xavi Pascual. El americano, además, no era la estrella que más brillaba en la noche madrileña, pues Causeur seguía disfrutando de su gran noche como madridista y dando las últimas puntadas a una victoria que puede acabar siendo recordada en los próximos meses para el Real Madrid, un equipo que va mucho más allá de Luka Doncic.