De cabeza a la Champions
El Atlético de Madrid se impuso por 1-0 al Real Valladolid en el partido correspondiente a la jornada 30 de la Liga Santander gracias a un solitario gol de cabeza de Vitolo
El Atlético de Madrid se llevó los tres puntos al vencer por 1-0 al Valladolid gracias al solitario gol de Vitolo, con el que sacaba a los colchoneros del estado de alarma de esa lucha por la Champions. Los pinchazos de Getafe y Sevilla permiten a los rojiblancos sacarle cuatro puntos a los azulones y a igualar a puntos a los hispalenses, que pierden la tercera plaza. Los del Cholo Simeone van de cabeza a la Liga de Campeones.
Volvían los colchoneros al Metropolitano después de más de tres meses. Los dos partidos que habían disputado, frente al Athletic y la goleada ante Osasuna, fueron en tierras del norte y hoy les tocaba regresar a su estadio. Sin su gente. Sin ese ambiente mágico. Sin los cánticos. Eso sí, con el mítico ramo de Margarita en el córner, colocado por Koke, y con las gradas ataviadas de pancartas de las peñas y un mosaico que rezaba: «Desde el cielo te voy a animar». La nota trágica, más de 70 camisetas personalizadas con un clavel blanco y otro rojo en memoria de los abonados fallecidos durante la pandemia, además de otra para mitos como Radomir Antic, Peiró, Capón, Jones y del joven Minchola.
Al césped saltaban muchas caras nuevas respecto al once que salió en El Sadar. Simeone optó por siete variaciones para enfrentarse a un Valladolid que llegaba con la necesidad de puntuar para alejarse de la zona baja de la clasificación. Así, en portería partía Oblak de inicio, con una línea de cuatro defensas formada por Trippier, Giménez, Hermoso y Manu Sánchez. En la medular, grandes novedades. Las ausencias de Koke y Saúl las suplían Partey y Lemar. Junto a los dos Thomas, Héctor Herrera y Marcos Llorente. En la zona más adelantada, Morata y Joao Félix.
Rodó el balón y tres minutos tardó el Valladolid dar el primer aviso. Con un disparo lejano de Waldo, especialidad de la casa, Oblak voló para evitar que el cuero entrase por la misma escuadra. Un minuto tardó el Atlético en responder, aunque esta vez la pelota se marchó rozando el pelo tras un buen cabezazo de Álvaro Morata en el que se anticipó a toda la defensa blanquivioleta. También probó fortuna Joao Félix, en una ocasión similar a la del primer gol contra Osasuna, pero esta vez su chut se fue a las nubes.
A partir de ahí comenzó a aparecer Marcos Llorente, que se ha ganado el hype en él a base de trabajo, sacrificio, insistencia y esa calidad en tres cuartos hacia arriba que ha descubierto el Cholo en el ’14’. Imitó a Caminero en la banda con ese regate de crees que me voy por aquí, pero me voy por allá. Su centro, a diferencia de aquel día, no tuvo rematador. También tiraba desmarques, presionaba y robaba, como si fuera una mezcla entre Simeone, Vizcaíno y Solozábal. Solo le faltó ser Kiko esta noche.
No Koke, no party
Joao Félix, que también ha vuelto en buena forma tras el parón, volvió a intentarlo. Cruzó demasiado su disparo, como también lo hizo Matheus para el Valladolid antes del cooling break. Y es que el Atlético llevaba la manija del partido, siendo el equipo que más peligro creaba, pero las contras de los hombres de Sergio González también provocaban que los colchoneros apretasen los dientes. El miedo le llegaba a los pucelanos cuando en la primera mitad contaron hasta tres errores de su guardameta que los comprometió, pero que para alivio de ellos, ninguna se tradujo en gol.
Con el 0-0 se marcharon al intermedio en una primera mitad que ni bien ni mal. Los de Simeone atacaban, pero el equipo se partía rápidamente cuando el Valladolid recuperaba el cuero. Tal vez por la ausencia del que no luce, pero que siempre mantiene todo en orden: Koke. El que no aparecía, una vez más, era Lemar. La enésima oportunidad desperdiciada por el francés. En la reanudación entraron Alcaraz y Miguel para el cuadro visitante, mientras que el Cholo no movía el banquillo de momento.
La segunda mitad arrancó de una forma similar al primer acto. Joao Félix no pudo aprovechar otro error de Caro y el posterior cabezazo de Morata volvió a perderse por línea de fondo. Hasta Llorente lo intentó desde la frontal del área, pero disparo centrado y sencillo para que lo atajase el portero rival. Y después llegó Lemar con un zapatazo que levantó a más de uno del sofá pero, otra vez, el balón pasó cerca del larguero. Ahí llegaron los dos primeros cambios del Cholo: Koke y Carrasco por Lemar y Herrera.
Vitolo, por los del tercer anfiteatro
Pasaban los minutos y Caro seguía siendo más inseguro que cualquier recomendación de Fernando Simón. El guardameta del Valladolid transmitía nerviosismo y los jugadores del Atlético no conseguían esquivar la poca seguridad que le quedaba. Para tratar de encontrar esa vía salieron Correa y Diego Costa para ocupar el lugar de Morata y Joao Félix con media hora por delante. Metía artillería pesada Simeone para desequilibrar el marcador, por fondo de banquillo no será. Llorente adelantó su posición, pero fue la asociación entre los dos recién ingresados al campo los que batieron a Caro, pero se equivocaron: Costa partía en fuera de juego, algo que el VAR ratificó.
Se comenzaba a desesperar el Atlético al ver que era incapaz de romper la igualada. Simeone, en el 73′ agotaba su último cambio: entraba Vitolo y decía adios Llorente. A falta de 20 minutos ya iban a la desesperada y eso causó bastantes imprecisiones, pero no se cansaban de intentarlo. Un trallazo de Thomas encontró una mano espectacular de Caro, que mandaba a córner el balón. Se redimía el arquero pero, que a la salida de ese saque de esquina -desde el córner del ramo de Margarita en honor a Pantic y a todos los que vieron el partido desde el tercer anfiteatro- volvió a salir a por uvas. Vitolo, atento en el segundo palo cabeceó y Kiko Olivas sacó el balón desde dentro de la portería, por milímetros, pero dentro de la portería, por lo que el canario pudo celebrar el gol.
Diez minutos restaban para el final y salió al campo Enes Ünal, futbolista y aguador de victorias colchoneras de profesión. Pese a la entrada del turco, Diego Costa pudo sentenciar el choque tras un error de Kiko Oliva, pero ahí sí estuvo bien Caro para desarmar la argucia del delantero de Lagarto. Con el 1-0 se llegó al pitido final en un partido en el que también había que hacer mención a un inconmensurable Giménez en defensa y en el partido correctísimo que se marcó Manu Sánchez.