Blanc se acerca al Chelsea y Sarri ¿al Tottenham?
El conjunto inglés podría haber elegido ya a su nuevo técnico, el es del PSG
Mauricio Sarri había sonado con fuerza para el conjunto blue, pero los 8 millones de cláusula han hecho cambiar de idea a Abramovich
En Italia ven al ex del Nápoles como sustituto ideal de Pochettino en el Tottenham
En las últimas horas, se ha relacionado a Laurent Blanc con el banquillo del Chelsea para la próxima temporada. El conjunto inglés habría descartado a Mauricio Sarri, ex del Nápoles, en beneficio del técnico francés. Pero en Inglaterra ya habrían encontrado hueco al italiano: el banquillo del Tottenham… si Pochettino viene al Real Madrid.
Se antoja un verano con mucho movimiento en los banquillos europeos y en especial en la Premier. Uno de los equipos que se prevé que va a cambiar de entrenador es el Chelsea. De ello se lleva hablando toda la temporada con Antonio Conte señalado tras dejar fuera de la Champions League al conjunto inglés.
Mauricio Sarri, ex del Nápoles, había sonado con fuerza en los últimos días para sustituir a su compatriota. Sin embargo, el club de Roman Abramovich habría rechazado en el último momento pagar los 8 millones de la cláusula al conjunto italiano y por eso ha optado por mirar hacia otro lado para encontrar sustituto a Conte.
A sus 52 años, Laurent Blanc podría asumir una nueva aventura en la Premier League, después de haber pasado por los banquillos del Girondins de Burdeos y del París Saint Germain, además de haber sido el seleccionador de Francia durante dos años. Según Sky Sports, las negociaciones están bastante avanzadas.
¿Y qué pasa con Sarri?
La Gazzetta dello Sport apunta a que el ex del Nápoles, Mauricio Sarri, podría ser una opción más que válida para sustituir a Mauricio Pochettino en el Tottenham, en caso de que el argentino pueda salir del conjunto inglés para asumir el banquillo del Real Madrid.
El ex del Espanyol se encuentra entre los favoritos para sustituir a Zinedine Zidane, pero la operación es demasiado complicada. Su nuevo contrato, firmado unos días antes del adiós del francés, no tiene una cláusula liberatoria por lo que se hace necesaria la aprobación del club. Y su presidente, Daniel Levy, no está dispuesto a facilitar la labor.