El Barça despierta del sueño a San Pablo Burgos y se mete en la final de la Liga Endesa

El Barça sólo mira hacia el título, y no hay sorpresas que le valgan. El equipo culé se sabe el más fuerte después de la temprana y sorpresiva eliminación del Real Madrid en la Fase Final de la Liga Endesa, y se clasificó para la final tras acabar (98-84) con el sueño de un más que meritorio San Pablo Burgos, que peleó con todo después de entrar en semifinales contra todo pronóstico, pero no pudo vencer a la profundidad del plantel del Barça.

Con una superioridad y un control insultantes, los de Pesic aceleraron en el momento justo y demostraron que, libra por libra, muy pocas plantillas pueden discutir su nivel. El entendimiento no se mantuvo durante los 40 minutos, pero la inspiración y estas dosis de complementariedad fueron suficientes para completar la artillería y acribillar a San Pablo Burgos, que dio todo lo que pudo, pero no bastó.

Los dos primeros cuartos resultaron antagónicos, con el dominio del Barcelona en el primero, para después, y tras una recuperación de Burgos, volver a estirar el marcador. En el segundo, sin embargo, los culés construyeron la ventaja, pero un parcial de San Pablo, basado en el acierto de Fitipaldo y el poderío interior de Lima, dominante en ambos aros, mandó el encuentro al descanso con una ventaja escasa de dos puntos.

El tercer cuarto, tantas veces clave, comenzó a romper el partido para el Barcelona, mucho más fresco gracias a la posibilidad de reservar a activos de enorme talento como Heurtel o Brandon Davies, ambos destacados en la segunda unidad. Burgos sufría para seguir en el partido, pero con la falta de fuerzas abandonaba también el acierto, algo que aumentó en el comienzo del último cuarto.

El Barça puso la marcha ‘final’

Burgos no había dicho la última palabra, pero el ritmo sólo consideraba la heroicidad de los castellanoleoneses de cara a mantener la diferencia o si cabe, maquillarla. Pablo Aguilar mostró su oficio y lanzamiento para ser la primera opción ofensiva de los de Joan Peñarroya, mientras Oriola contrarrestaba haciendo olvidar a Mirotic, que yacía en el banquillo a la espera de aumentar –o no– su casillero de puntos, superior a la quincena. No hizo falta, y el MVP de la Liga Endesa pudo celebrar con comodidad, junto a sus compañeros, la clasificación para la final ACB.