CHAMPIONS / JORNADA 4

Un Atlético arrollador divisa los octavos de la Champions

Destroza al Celtic y depende de sí mismo para ser primero de grupo

Descomunal partido de Griezmann, sobre el que orbitó todo el partido

Decimosexta victoria consecutiva en el Metropolitano

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Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

Un Atlético arrollador divisa los octavos de la Champions y se sacude de un golpe su descalabro en Canarias tras dejar tiritando al Celtic, al que le marcó media docena de goles en un partido de alta escuela del equipo de Simeone, que le regaló su mejor versión a un estadio entregado que asistió a la decimosexta victoria consecutiva en el Metropolitano. Griezmann y Morata volvieron a marcar y Riquelme dejó detalles de crack, pero más allá de sus goles el partido del francés fue una oda al fútbol. Antoine consiguió que toda la noche orbitara a su alrededor y dio tal exhibición que convirtió en minúsculo a cualquier futbolista que pasara a su lado.

Consciente de la necesidad de marcar terreno desde el inicio, el Atlético apareció conjurado como un berserker vikingo con un solo plan en su mente: marcar cuanto antes. Seis minutos resistió el Celtic el asedio rojiblanco. Riquelme inició una jugada por la izquierda, McGregor despejó mal y Griezmann, en el borde del área, soltó su zurda para alejar el balón de Hart y enardecer el estadio con el gol que Simeone había planeado en la previa de un partido que el equipo arrancó con el cuchillo entre los dientes.

Conseguido el primer objetivo, el Atlético le mostró la zanahoria al Celtic y le dejó que ganara metros  mientras esperaba su oportunidad de machacarle al contragolpe. Riquelme estuvo a punto de culminar la mejor jugada de su carrera profesional, una conducción desde propio campo que le llevó al área contraria, pero su disparo final se estrelló contra la defensa, igual que un disparo posterior de Morata. El partido estaba para el 2-0 y así lo intuía el estadio, encantado con lo que estaba viendo. Por si faltaba algo, a los 22 minutos Maeda metió la plancha ante Hermoso y se ganó la roja con todo merecimiento.

Con un futbolista más y un estadio entregado, el Atlético le entregó el balón a Riquelme y el canterano hizo magia con un taconazo que habilitó a Griezmann, al que le faltó puntería para batir a Hart. El meta inglés no necesitó intervenir, pero en la otra portería sí que se le exigió a Oblak, obligado a meter la mano tras un despeje desafortunado de su propio compañero Morata, en la primera y única ocasión forastera, aunque no fuera creada por ningún futbolista escocés.

Todo el relato posterior se redactó en el área británica. El Atlético fue ganando metros y avisando una y otra vez hasta que por fin logró el premio,  nuevo gracias al talento desbordante de Griezmann, que en el descuento diseñó con el cartabón un pase diabólico hacia Giménez, que cedió con la cabeza a Morata para que el madrileño marcara el 2-0, un resultado lo suficientemente amplio como para permitirse bajar el pie del acelerador en la segunda parte.

El equipo, sin embargo, lejos de relajarse mostró un apetito insaciable para ampliar su renta y convirtió el segundo acto en un tormento para el Celtic, que no salió de su área. Giménez remató al travesaño y poco después Griezmann marcó el tercero con una chilena exquisita que redondeó un partido soberbio antes de marcharse al vestuario a los 64 minutos porque Simeone no quiso arriesgarle ni un segundo más. El estadio se cayó para despedirles a Riquelme y a él. Saúl y Lino fueron sus sustitutos, como Llorente había entrado en el descanso en el puesto de Barrios.

Un minuto tardó Lino en hacer olvidar a Riquelme. En su regreso al equipo el brasileño recogió un rechace en la banda izquierda, se acomodó el balón a su pierna derecha y disparó al lado contrario al que se encontraba Hart para marcar el cuarto y convertir el resultado en una goleada. Correa remató a la base del poste en la siguiente jugada y Brendan Rodgers miró deprimido el reloj sólo para darse cuenta de que le quedaban muchos minutos de sufrimiento. No le faltaban motivos: a los 75 minutos Morata recibió un pase de Lino y soltó un zurdazo a la escuadra y a los 84 Saúl cerró la goleada ante un Celtic entregado.

A dos jornadas para el final Atlético, Lazio y Feyenoord están separados sólo por dos puntos. Matemáticamente con ganar a los italianos en el último partido en el Metropolitano ya alcanza, pero para ser primeros habrá que puntuar en Rotterdam en la próxima jornada. Y no será sencillo.

 

 

 

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