Así fue el último Clásico de Iniesta: ovación y pasillo
Andrés Iniesta no tuvo su mejor actuación en el último Clásico de su carrera. En un encuentro más que polémico entre el Barcelona y el Real Madrid, el capitán azulgrana apenas tuvo influencia. El periplo del manchego en el duelo ante el Real Madrid duró 56 minutos, cuando fue sustituido por Paulinho. No importó, pues el Camp Nou le despidió bajo una rotunda ovación. A la conclusión del encuentro, el canterano baugrana saltó al verde de nuevo, descalzo, para recibir de nuevo el reconocimiento de la grada y para despedirse encabezando un pasillo realizado por el cuerpo técnico a los jugadores barcelonistas.
Iniesta vivía el último partido ante el eterno rival. Acostumbrado a deleitar al aficionado al fútbol con grandes actuaciones, en esta ocasión, el mediocentro no brilló. Sin embargo, no fue motivo para impedir que los suyos fueran por delante en el marcador por 2-1 en el momento en el que abandonó el campo.
El Barça no jugó uno de sus mejores partidos. El Madrid fue el gran dominador de a primera mitad y consiguió poner las tablas al gol tempranero de Luis Suárez. Fue en la segunda, cuando en una acción más que polémica, se volvieron a adelantar. Ninguna de las dos acciones importantes del encuentro para el Barcelona contaron con la presencia de un Iniesta que vivió una especial sobre el verde del Camp Nou.
En ausencia de a competitividad típica por la lucha de los títulos, los focos se centraban en el de Fuentealbilla, que vive sus últimas semanas como jugador del Barça. Era un partido importante para Iniesta y desde el primer momento Ramos se lo hizo saber. El capitán madridista le dio un emotivo abrazo en el túnel de vestuarios, antes de saltar al césped.
Pero en el transcurso del encuentro sucedieron cosas que dejaron a un lado la que se presuponía como la gran despedida de Iniesta. El jugador no tuvo su noche, bien tapado en el medio campo por los jugadores del Real Madrid. Sin embargo, cuando Valverde decidió mover piezas en la segunda mitad y cambiarle, el estadio fue un clamor y despidió al capitán azulgrana con una grandísima ovación.