El Almería incendia la Liga
Hay Liga. El Barça ha sumado su segunda derrota liguera en campo del Almería (1-0) y su ventaja respecto al Real Madrid queda reducida a siete puntos. El líder completó un partido horroroso frente al penúltimo clasificado, otro borrón aún más gordo después de la eliminación en la Europa League y justo antes de visitar el Santiago Bernabéu. El equipo azulgrana se tambalea en un momento clave de la temporada y como no espabile le puede caer otro revolcón en la Copa del Rey.
El Barça firmó un pestiño considerable en la primera parte. También lo haría en la segunda. Con cinco cambios en la alineación respecto al equipo que sucumbió en Old Trafford y descanso en defensa para Jules Koundé y Ronald Araujo pensando en el Clásico del próximo jueves, los muchachos de Xavi Hernández salieron con el voltaje al mínimo ante el penúltimo clasificado de la Liga, un rival que nunca le había ganado en sus 13 duelos precedentes. La racha tocó a su fin con justicia.
Las ganas de escapar del descenso pudieron mucho más que la opción de estirar el liderato. Los locales volaban frente a un rival enredado en posesiones espesas e insípidas, ese mal recurrente que se hace más notable cuando falta Pedri. Ni una vez tiraron los culés entre los tres palos. Lewandowski remató de cabeza y su intento se marchó fuera… de banda.
El Barça estaba avisado por el poderío en casa del Almería, que había sumado sus seis victorias ligueras en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, y aún así lució una relajación muy poco acorde con lo que estaba en juego. Gavi desaparecido, Ferran Torres desacertado, Kessié invisble… A Xavi se lo llevaban los demonios con la pesadez de su pupilos y su visible malestar creció aún más con el gol de El Bilal.
Una jugada muy sencilla y que dejó retratado a Christensen le bastó al Almería para adelantarse en el minuto 22. Bajó la pelota el delantero marfileño, se la cedió a Luis Suárez y este lanzó un pase sublime a la espalda del danés. El Bilal controló y fusiló sin piedad a Ter Stegen con algo de fortuna, ya que la pelota tocó en larguero. El tanto premiaba la fe del Almería y penalizaba la desidia del líder, que se fue a vestuarios sin un solo síntoma de recuperación. Muchos deberes por hacer en la segunda mitad.
El horror de nunca acabar
Xavi sacó el dedo y señaló a Kessié, sustituido en el descanso por Raphinha. Supo a poco porque había unos cuantos que merecían sentar sus posaderas en el banquillo. Gavi volvió al centro del campo y el Barça se estructuró en su canónico 4-3-3, pero la mutación tampoco sirvió para hacerle ni cosquillas al Almería, muy cómodo y replegado sin agobios en torno a Fernando.
A la hora de partido, el Barça todavía no sabía ni de qué color iba vestido el portero local. El pestiño iba virando a la categoría de drama. Nada de nada. Xavi intentó agitar la coctelera sacando del partido a Eric y Jordi Alba para dar entrada a Araujo y Marcos Alonso. Su equipo pasó a defensa de tres en un intento de agobiar al Almería por acumulación de atacantes.
Hasta el minuto 72 no tuvo el líder una ocasión clara y eso que ni siquiera fue un remate: Raphinha se quedó a centímetros de rematar un centro que era medio gol. Llegó el previsible embotellamiento al Almería, pero seguía faltando fluidez en los metros finales. Xavi ya no sabía qué hacer y recurrió a las ganas de los jóvenes Pablo Torre y Ángel Alarcón, quien en el minuto 80, aleluya, probó por primera vez a Fernando.
El desbarajuste del Barça era de tales proporciones que Araujo se situó de delantero centro acompañando a Lewandowski. Venga centros absurdos al área, uno detrás de otro, a ver si algún culé cazaba alguna por pura suerte. Una de esas le cayó al propio jugador uruguayo, que no llegó a peinar por muy poco. En el descuento, aún tuvo que salvar Ter Stegen el segundo tanto de los andaluces. Fue el epílogo de la triste actuación del líder, del peor Barça de toda la temporada.