Venció en cinco sets (2-6, 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3)

Alcaraz resurge ante Sinner para jugar su primera final en Roland Garros

Carlos Alcaraz se clasificó para la final de Roland Garros, después de vencer a Jannik Sinner en un épico partido

Alcaraz Sinner
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Carlos Alcaraz Garfia jugará su primera final de Roland Garros. En un partido de casi cuatro horas y en duelo directo con el que apunta a ser su gran rival en la próxima década, el tenista español supo apartar sus fantasmas, resurgir, tras un inicio muy negativo, y acabar remontando para tumbar a Jannik Sinner por 2-6, 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3. No fue un partido excelso de nivel, pero sí de emoción e igualdad. Ahí, la determinación de Alcaraz marcó la diferencia y el domingo 9 de junio, ante Casper Ruud o Alexander Zverev, luchará por levantar la Copa de los Mosqueteros por primera vez.

Duelo por todo lo alto en París, quizá, el mejor partido de tenis que se pueda ver con fecha 2024 en el circuito ATP. Por un lado, Jannik Sinner, el flamante número uno del ranking, recién condecorado en Roland Garros. Por el otro, Carlos Alcaraz, número tres y gran aspirante a llevarse la Copa de los Mosqueteros. 22 y 21 años, respectivamente, en un duelo generacional que viviría su noveno capítulo, con 4-4 en el head to head.

El escenario era inigualable, pero el guion de partido, desconocido. Podía ganar Alcaraz o hacerlo Sinner, pero a buen seguro que lo esperado no era lo que acabaría sucediendo sobre el tapete de la central de Roland Garros, donde se vivió un duelo de alternancias y problemas físicos que acabó coronando al más fuerte, física y mentalmente, en el encuentro.

Sinner barre a Alcaraz de inicio

La puesta en escena de Carlos Alcaraz dejó mucho que desear, con un grado bajo de concentración, que sumado al desacierto mostrado en sus golpes, sobre todo en la derecha, provocó que Jannik Sinner se adelantara, por partida doble, en el marcador. El italiano, menos creativo y, seguramente, también menos talentoso, tiene en la constancia y en la concentración dos de sus grandes virtudes y el 4-0 de inicio a su favor constató que estas fueron las que marcaron la diferencia en los primeros pasos de la función.

En un arrebato de coraje, Alcaraz también quebró a Sinner y dio muestras de que empezaba a encontrarse en pista. Sin embargo, todo iba ya a contrarreloj y a contracorriente, mientras que el reloj de Jannik no se apartaba un segundo para dar la hora exacta. Imperturbable, el tenista transalpino volvía a romper el saque de Carlos Alcaraz y se apuntaba el primer set por 6-2.

Reacción de Carlos y dudas en pista

El encuentro, al que Alcaraz había saltado como ligero favorito, tomaba otro cariz cuando el murciano también perdía su servicio de inicio en el segundo set. El calor, la poca tierra de la pista… se podían buscar excusas pero Carlos sólo debía centrarse y comenzar a construir para tener opciones en el encuentro. Sinner, de manera inesperada, perdería las riendas y ayudaría a ello.

De pronto, los golpes de Alcaraz comenzaron a entrar, mientras que Sinner había dejado de contraatacar, de golpear profundo. El partido pasaba a decantarse del lado de Carlos, el teórico favorito en pistas de tierra batida, y con un parcial de 5-0, el segundo set pasó a vestir los colores rojo y gualda. El público enloquecía, a falta de un nivel brutal de tenis, con la alternancia entre dos jóvenes que, en actos distintos, habían conseguido llevar el choque al tercer set con la máxima emoción. En el segundo, 6-3 de Alcaraz.

Habían pasado cosas ya sobre el partido, pero ni rastro de los problemas físicos que habían castigado a ambos contendientes en los torneos anteriores, y que aparecerían de manera diferente, en el tercer set. En plena lucha por la posición, como si de una carrera ciclista se tratara, tanto Carlos Alcaraz como Jannik Sinner miraron a sus respectivos banquillos con cara de contrariedad. Quedó claro el problema de Sinner, la mano derecha y con posible amago de calambres en las piernas, pero no el de Alcaraz, que repetía a su box «¡1,2,3!», mientras apagaba la velocidad de su servicio y, en ocasiones, la de la derecha.

Un panorama surrealista en el que iba a resistir el más fuerte. En el tercer set, de cabeza, este fue Sinner, quien supo sufrir para sacar el servicio adelante antes de ser atendido, en dos breves tramos, por el fisio del torneo. A continuación, rompía el servicio de un desdibujado Alcaraz y se colocaba, con un irremediable 6-3, a sólo un set de la final de Roland Garros 2024.

La situación era límite para Carlos Alcaraz, pero el coraje del tenista murciano está fuera de toda duda. Todo lo que fueron breaks en los tres primeros parciales, pasaron a convertirse en juegos al servicio, sin oportunidades de rotura, ni para uno ni para el otro lado. La presión estaba del lado de Alcaraz, pero, en parte gracias a los ánimos e indicaciones de su equipo, supo sufrir, aguantar las acometidas de Sinner y dejar que en el tramo decisivo, su talento marcara la diferencia.

Alcaraz, a la final de Roland Garros

A día de hoy, el plano mental dibuja diferencias notorias entre Alcaraz y Sinner. Mientras la constancia y la concentración están del lado del italiano, Carlos tiene de su lado la determinación, de la que hizo gala, junto a su potencia y creatividad, para marcar la diferencia. Con 4-4, una emergencia médica obligó a parar el partido escasos tres minutos. Más que suficientes para el desconcierto, pero Alcaraz se mantuvo y puso en ventaja. Una vez ahí, el león de El Palmar rugió y Sinner, con 30-15, falló un remate muy sencillo para abrir la puerta a la remontada. Dos zarpazos después, Carlitos había levantado al público de la Chatrier y llevaba la decisión a lo que probablemente era lo más justo, el quinto set.

El impulso de Alcaraz fue brutal tras ganar el cuarto y su sensación en pista, la de un talento imparable. Un break inicial dejó a Sinner en la lona y el italiano ya no pudo levantarse. Carlitos estaba en trance, sacando mejor que nunca, olvidando sus problemas con la derecha y poniendo a raya a un rival que daba todo lo que le quedaba en el tanque por subsistir. Mérito absoluto para ambos pero ganador sólo puede haber uno, y Carlos Alcaraz Garfia, a sus 21 años, es el primer finalista de Roland Garros 2024.

Lo último en Deportes

Últimas noticias