El único pueblo de España que empieza por la letra ‘W’ es éste y tiene un secreto


En el Castilla y León, una región famosa por su historia, cultura y paisajes naturales impresionantes, el único pueblo de España que empieza por la letra «W» tiene un aura enigmática que atrae a turistas y a curiosos. Este lugar tan peculiar se llama Wamba, un nombre que se distingue por el misterio que envuelve a su iglesia y uno de los osarios más grandes de España. Si bien la mayoría de los pueblos de la región lucen hermosos monasterios, castillos medievales y paisajes de ensueño, Wamba se presenta con una atmósfera única, combinando el misterio histórico con lo macabro.
Este municipio, situado en la provincia de Valladolid, ha sido testigo de importantes momentos históricos que le dan un carácter único. La historia de Wamba se remonta a la época visigoda, cuando, en el siglo VII, el rey Recesvinto dio paso a su sucesor, el rey Wamba, quien consolidó el cristianismo en la región. Tras la muerte de Recesvinto en 672, el pueblo, conocido entonces como Gérticos, adoptó el nombre de Wamba. Aunque la llegada de las invasiones musulmanas hizo que el pueblo perdiera relevancia política, su legado perduró en su arquitectura y cultura. Hoy, Wamba es uno de los pocos pueblos que conserva vestigios del pasado visigodo, manteniendo viva su rica historia en sus monumentos y tradiciones.
Wamba, el pueblo de España que empieza por la letra ‘W’
A pesar de su pequeño tamaño, Wamba alberga varios atractivos turísticos, muchos de los cuales están vinculados con su rica historia religiosa y cultural. El pueblo cuenta con dos ermitas: la ermita de la Virgen de la Encina y la ermita del Cristo del Humilladero.
Ambas son testimonios de la devoción religiosa de los habitantes del pueblo y tienen un aire de misterio que refuerza la atmósfera única de Wamba. La ermita de la Virgen de la Encina conserva elementos arquitectónicos que la conectan con la historia medieval, mientras que la ermita del Cristo del Humilladero, construida en el siglo XVI, alberga una imagen del Cristo que es venerada por los vecinos de la localidad.
El entorno natural del único pueblo de España que empieza por la letra «W» está marcado por paisajes rurales, campos de cultivo y colinas suaves que ofrecen una atmósfera tranquila y pintoresca. Rodeado por la belleza de Castilla y León, el pueblo disfruta de una vegetación típica mediterránea, con olivos, encinas y bosques.
Iglesia de Santa María
Uno de los principales atractivos de Wamba es, sin duda, su iglesia parroquial de Santa María, que destaca no sólo por su belleza arquitectónica, sino también por los misterios que alberga en su interior. Esta iglesia, que ha sido testigo de siglos de historia, es una de las pocas en España con influencias mozárabes. Aunque sólo conserva su cabecera en este estilo, el resto de la iglesia presenta elementos románicos que se suman a su imponente estructura. Su construcción data del siglo XII, cuando pasó a manos de los Caballeros Hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén, lo que le otorgó un aire aún más místico y solemne.
Dentro de la iglesia se encuentra el famoso osario de Wamba, que contiene más de 3,000 huesos y cráneos amontonados, un recordatorio sombrío de la inevitabilidad de la muerte y el paso del tiempo. Los huesos pertenecen a monjes que fueron enterrados entre los siglos XIII y XVIII, y la disposición ordenada de los restos, aunque de una manera inquietante, ha generado numerosas teorías y leyendas sobre el lugar. El epitafio que reza en el osario es una advertencia directa sobre la fugacidad de la vida: «Como te ves yo me vi, como me ves te verás. Todo acaba en esto aquí, piénsalo y no pecarás».
El osario, aunque un tanto macabro, es parte integral de la historia religiosa y cultural de Wamba. La iglesia de Santa María, además de albergar este osario, tiene varias dependencias que son de gran interés histórico, como el baptisterio y la capilla donde descansan los restos de Doña Urraca, una figura clave en la historia medieval de España. La iglesia no solo es un lugar de culto, sino también un testimonio tangible del paso del tiempo y de las tradiciones funerarias de la región.
Wamba, el único pueblo de España cuyo nombre empieza con la letra «W», es un lugar que no deja indiferente a nadie. Su historia, marcada por la presencia visigoda y la influencia medieval, es solo una de las muchas capas que conforman este pueblo singular. Sin embargo, lo que realmente lo distingue de otros pueblos de Castilla y León es su atmósfera inquietante, acentuada por su iglesia, el osario y las leyendas que giran en torno a ellos. Al visitar Wamba, uno no sólo se adentra en un pueblo con una rica herencia cultural y religiosa, sino que también es testigo de un lugar donde la vida y la muerte se entrelazan de una manera única.