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Sólo necesitas un churro de piscina: te va a cambiar la vida en la cocina

Churro de piscina y cocina
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Organizar una cocina puede ser una de las tareas más tediosas y frustrantes, especialmente cuando te enfrentas a un nuevo espacio después de una mudanza o reforma. Entre cajones que no encajan con los organizadores que ya tenías, utensilios sueltos que se deslizan constantemente y el caos de cubiertos sin un lugar fijo, mantener todo en orden puede parecer una batalla perdida. Sin embargo, a veces las soluciones más efectivas en la cocina sólo requieren de un poco de ingenio… y un churro de piscina.

Sí, ese cilindro de espuma que solemos asociar con los días de verano y las tardes en la piscina puede convertirse en un aliado inesperado con multitud de usos en esta estancia. Desde proteger utensilios delicados o crear soportes funcionales, los churros de piscina pueden marcar la diferencia en la funcionalidad diaria de la cocina. Te explicamos cómo sacarle todo el partido con ideas prácticas y fáciles de aplicar.

Usos del churro de piscina en la cocina

Una de las situaciones más comunes al organizar los cajones de cocina es encontrarte con organizadores que no se ajustan bien a las medidas del mueble. El resultado es un accesorio que se desplaza cada vez que abres o cierras el cajón, haciendo que los cubiertos se desordenen. Aquí es donde entra en juego el churro de piscina. Cortando un trozo del tamaño exacto entre el final del organizador y el fondo del cajón, puedes crear un tope perfecto que mantenga todo en su sitio.

Los churros también pueden transformarse en organizadores verticales. Cortando un trozo de espuma y fijándolo a la pared (ya sea con cinta adhesiva de doble cara o con tornillos si deseas algo más resistente) puedes crear un soporte personalizado para colgar utensilios como cucharas, espátulas, batidores o pinzas.

Una vez fijado el churro a la pared, basta con cortar pequeñas hendiduras horizontales, del ancho de los mangos de tus utensilios. Este sistema es especialmente útil si tienes una cocina pequeña y necesitas aprovechar cada centímetro de la pared.

Los churros de espuma también pueden ser una solución eficaz para proteger superficies delicadas o utensilios que se pueden rayar con facilidad. Por ejemplo, si tienes ollas y sartenes apiladas en el armario, es muy probable que con el uso se deterioren por el roce constante entre ellas. Un pequeño trozo de churro, colocado entre cada utensilio, funciona como separador acolchado y evita esos daños por fricción.

Otra forma ingeniosa de reutilizar el churro de piscina en la cocina es como soporte para cuchillos. Aunque existen bloques de cuchillos en el mercado, no siempre son accesibles en precio ni se ajustan al tamaño o forma de tus cuchillos. Usando un churro de piscina, puedes crear una alternativa funcional.

Para ello, corta un tramo del churro y haz ranuras verticales del tamaño de las hojas de los cuchillos. Coloca el soporte en un cajón o sobre la encimera, y tendrás un lugar seguro donde almacenar los cuchillos sin que se desplacen ni se dañen entre sí. Este truco no sólo organiza, sino que también mejora la seguridad en la cocina al evitar que los cuchillos queden sueltos y expuestos.

Uno de los pequeños inconvenientes de las cocinas es el ruido que generan los objetos metálicos cuando se mueven dentro de los cajones. Cubiertos, espátulas, abridores… todo tiende a deslizarse y chocar entre sí. Usar churros de piscina como base puede amortiguar ese ruido y evitar que los objetos se muevan al abrir y cerrar los cajones.

Puedes cortar una lámina delgada del churro (incluso a lo largo para crear una tira más plana) y colocarla en la base del cajón como un forro improvisado. Esto también ayuda a mantener la limpieza, ya que la espuma actúa como barrera ante restos de suciedad, y se puede limpiar fácilmente con un paño húmedo o reemplazar cuando esté desgastada.

Otros usos en el hogar

Más allá de la cocina, los churros de piscina se pueden utilizar en armarios como separadores entre estantes o como topes para evitar que bolsos y mochilas se deformen al estar guardados. En habitaciones infantiles, son ideales para acolchar esquinas afiladas de muebles o proteger los bordes de mesas, reduciendo riesgos en caso de caídas. Su textura blanda y adaptable los hace perfectos también como protectores para cables expuestos, ayudando a mantener el orden y la seguridad en zonas de paso o detrás de escritorios.

En garajes o talleres caseros, los churros se pueden cortar en segmentos y fijarlos a la pared como soporte para herramientas ligeras, como destornilladores, llaves inglesas o pinceles. Incluso se pueden usar para crear topes improvisados para puertas o cajones, evitando golpes y ruidos molestos.

En definitiva, se trata de un material versátil, accesible y fácil de manipular, ideal para quienes buscan mejorar su hogar con soluciones sencillas, reutilizando objetos cotidianos con un poco de imaginación.

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