GOBIERNO

Pedro Sánchez fulmina a su asesor jefe Antonio Hernández para salvarse del escándalo del ‘caso Salazar’

Montero aparta también a Antonio Hernández de la Ejecutiva andaluza

Pedro Sánchez Antonio Hernández
Marta Torres
  • Marta Torres
  • Corresponsal internacional. He escrito en La Razón, El Mundo, Wall Street Journal Edición Américas.

El Consejo de Ministros destituirá el próximo martes 9 de diciembre a Antonio Hernández como director del departamento de Coordinación Política en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno -en la práctica jefe de máquinas de la fontanería monclovita-, por las denuncias de acoso sexual contra su superior en Moncloa, el sanchista Paco Salazar. La destitución ha sido filtrada este domingo por el Gobierno a medios afines.

Esta decisión filtrada desde el Gobierno a medios sanchistas contrasta con las declaraciones hechas la víspera por el propio Pedro Sánchez, descartando llevar ante la Fiscalía las denuncias del caso Salazar. Todo ello después de que durante meses la dirección del PSOE controlada de forma férrea por Sánchez paralizara la tramitación de las denuncias realizadas por víctimas de Salazar, denuncias que incluso desaparecieron de la sección que el propio partido en sus sistemas informáticos para recoger de este tipo.

La destitución filtrada este domingo por Moncloa a periodistas afines supone un evidente cortafuegos con el que Pedro Sánchez trata de esquivar la responsabilidad máxima que ostenta en este escándalo tanto como secretario general del PSOE como en su condición de presidente del Gobierno: ha protegido a Salazar con sueldo de Moncloa -con dinero público-, pese a las denuncias que pesaban contra él. Con la destitución de Hernández, un tercer nivel en el escalafón monclovita, Sánchez sacrifica a este peón para intentar que él quede a salvo en el escándalo.

En este sentido, Pedro Sánchez se pronunció por primera vez sobre caso Salazar el pasado sábado 6 de diciembre, después de que trascendiera el contenido de las denuncias en el Congreso de los Diputados durante la celebración del Día de la Constitución. Entonces, Pedro Sánchez redujo el escándalo del que fuera su estrecho colaborador, Paco Salazar, denunciado por acoso sexual por varias trabajadoras que estuvieron a su cargo en La Moncloa a un «error en la velocidad de tramitación de las denuncias». El líder socialista aseguró que el caso que afecta a quien estuvo a punto de convertirse en el segundo hombre más importante del PSOE «se ha gestionado muy mal». Sánchez insistió en que el PSOE «es un partido feminista» y que la situación que se vivió con el que fue miembro de la Comisión Ejecutiva Federal es un «error en la velocidad de la tramitación».

Hernández ha trabajado siempre al lado de Salazar, a quien profesaba una estrecha fidelidad, según dicen fuentes del Ejecutivo. Estas mismas fuentes han confirmado su salida y han subrayado que se entiende que debía apartarse por el bien del Gobierno.

Antonio Hernández ha negado haber protegido a Salazar ante las denuncias por acoso sexual. En cambio, desde el Gobierno de Sánchez se le ha comunicado que su salida era necesaria.

Además, y según fuentes del PSOE, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ha decidido retirarlo también de la Ejecutiva del PSOE de Andalucía. Antonio Hernández era responsable del área de Datos, Análisis y Prospectiva en la Ejecutiva regional que lidera Montero. Por todo lo citado anteriormente, esta decisión obligará a María Jesús Montero a remodelar su núcleo duro apenas diez meses después de haberlo designado, en un momento clave de su proyección como candidata a la Presidencia de la Junta andaluza.

Las denunciantes de los acosos de Salazar optaron por presentar sus escritos a través de los mecanismos habilitados por el PSOE, ya que además eran militantes del partido. En la Presidencia del Gobierno existe un protocolo contra el acoso sexual y canales de denuncia anónimos, en cambio, las denunciantes decidieron utilizar el instrumento del PSOE.

En sus textos, ambas reconocen haber actuado movidas por el miedo. «No entro en detalles por este medio de denuncia porque no me transmite la seguridad de que esto no vaya a tener consecuencias. Y, en resumidas cuentas, porque sigo teniendo miedo», en el texto de una de ellas. Desde La Moncloa respondían: «No tienen por qué tener ese miedo».

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