El PSOE protege a Salazar de las denuncias de acoso sexual y no llevará su caso a la Fiscalía
Adriana Lastra exige al PSOE que eleve las denuncias "de manera inmediata" ante la Fiscalía
El PSOE reconoce errores pero esperará a ver cómo evoluciona el caso antes de elevarlo
El PSOE de Pedro Sánchez sigue protegiendo a quien fuera uno de sus más estrechos colaboradores, Francisco Salazar, de las denuncias de acoso sexual y se niega a llevar su caso ante la Fiscalía. El político socialista estuvo a punto de ser nombrado como sucesor de los dos secretarios de Organización del partido, José Luis Ábalos y, posteriormente, Santos Cerdán, ambos han pasado por la cárcel del Soto del Real tras el estallido de la trama de corrupción socialista en el seno del Ejecutivo y del partido.
El PSOE admite ahora que se ha cometido un error y que se han gestionado mal las denuncias de dos militantes socialistas contra Salazar por acoso sexual. Reconocen que se debió haber gestionado el caso con más diligencia, pero inciden en que no se ha intentado ocultar nada de este caso. Además, han prometido máxima transparencia en los próximos días para solucionar el asunto ante el revuelo generado.
La delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, ha exigido al comité antiacoso del PSOE que eleve «de manera inmediata» ante la Fiscalía las denuncias de acoso remitidas al partido por parte de las víctimas de Salazar. Sin embargo, Ferraz evita, de momento, presentar las acusaciones ante la Fiscalía para que, si procediera, se juzgara penalmente a Salazar.
Por su parte, la portavoz del PSOE en la Comisión de Igualdad del Congreso, Andrea Fernández, también ha instado a su propio partido a dar «explicaciones convincentes y pormenorizadas» sobre la gestión de las denuncias contra Salazar.
Fernández se ha mostrado «disgustada y muy dolida» por la situación que han vivido las víctimas. Por eso, ha pedido a la formación socialista que actúe «con la mayor contundencia posible». «Vamos a exigir todas las responsabilidades que haga falta», ha aseverado.
El ‘casi’ sustituto de Cerdán
El pasado mes de julio estalló el escándalo cuando Salazar iba a ser el sustituto de la segunda silla más relevante dentro del PSOE, la secretaría de Organización. La entrada en prisión de Santos Cerdán desencadenó un terremoto en el partido que impulsó a un estrecho colaborador de Sánchez en La Moncloa a la primera línea política.
La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, incluso alabó públicamente al político sevillano la misma mañana de la Comisión Ejecutiva Federal en la que iba a ser aupado como número tres del PSOE. «A Paco Salazar le conozco desde hace muchos años, ha sido y es un compañero íntegro», llegó a afirmar Alegría, quien incluso destacó que «algunas de sus colaboradoras que trabajaron con él en Moncloa después estuvieron trabajando conmigo en el Ministerio de Educación».
Sin embargo, eldiario.es publicó el testimonio de una trabajadora de Moncloa a las órdenes de Paco Salazar en el que hablaba de comentarios obscenos sobre la vestimenta y el cuerpo, mensajes intempestivos con invitaciones para cenar a solas fuera del horario laboral o incluso ofrecimientos de quedarse a dormir en casa.
Finalmente, Salazar dio un paso atrás y los socialistas nombraron una secretaria de Organización colegiada que quedó en manos de un cuarteto interino que forman la presidenta del partido, Cristina Narbona, la gerente Ana María Fuentes y los miembros de la Ejecutiva Federal socialista, Borja Cabezón y Montse Mínguez.
El PSOE ofreció a las víctimas un canal de denuncias interno, al que las mujeres accedieron. Allí presentaron sus quejas de forma anónima. Sin embargo, esas acusaciones desaparecieron de la plataforma socialista, aunque desde el partido de Sánchez niegan que se hayan borrado y que seguían abiertas a pesar de que Salazar se hubiera desvinculado del partido dándose de baja como militante.
La situación provocó el estupor de las secretarias regionales de Igualdad y, finalmente, Pilar Bernabé, secretaria de Igualdad de la Ejecutiva federal socialista, se reunió con ellas en Ferraz, sede nacional de la formación. Allí, varias de las responsables de Igualdad exigieron más explicaciones a su propia formación.