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En 2026, los suelos laminados en espiga regresan con fuerza, desplazando tendencias anteriores como la tarima flotante tradicional y ofreciendo una combinación de estética, funcionalidad y resistencia que se adapta perfectamente a las necesidades de las familias modernas. Esta propuesta decorativa ha sido durante décadas un símbolo de sofisticación, asociada a viviendas de lujo.
Hoy, el suelo en espiga se reinventa gracias a la tecnología de los laminados, que mantiene la belleza cálida y atemporal de la madera mientras ofrece ventajas que la madera maciza no puede igualar: son 100% impermeables, fáciles de instalar, resistentes y requieren un mantenimiento mínimo. La espiga, con su característico patrón en «V» o zigzag, aporta mucha elegancia y distinción. Cada pieza se coloca en ángulo, creando un juego visual que alarga la percepción de las estancias y aporta sensación de amplitud.
El sustituto de la tarima flotante
@livingarquitectura Los pisos en espina de pescado. Originada en la época romana y adoptada siglos después por el interiorismo europeo, la espina de pescado se ha consolidado como uno de los patrones más icónicos en el diseño de pisos. Su disposición de tablas en ángulo crea un efecto visual dinámico que ha trascendido el tiempo, manteniendo su vigencia tanto en espacios clásicos como contemporáneos. La madera en espina de pescado aporta elegancia, profundidad y un juego de luces único que enriquece cualquier ambiente. Su patrón geométrico añade carácter sin sobrecargar, convirtiéndose en la opción ideal para quienes buscan un acabado sofisticado y atemporal en sus interiores. #arquitectura #pisos #construccion #remodelacion #interiorismo ♬ sonido original – Living Arquitectura
Gracias a la tecnología de los laminados, los acabados son hiperrealistas, con texturas y vetas que imitan a la perfección la madera natural. Esto permite que cada estancia tenga un carácter único, donde la espiga aporta un toque de sofisticación que eleva la percepción del espacio.
Asimismo, la luz que incide sobre las vetas y los patrones geométricos genera una sensación de calidez y confort. La espiga favorece la sensación de movimiento y dinamismo, evitando la monotonía que pueden generar la tarima flotante convencional.
Además de su elegancia y funcionalidad, los suelos laminados en espiga destacan por su resistencia. La capa superior es muy resistente a arañazos, golpes y marcas, lo que los hace ideales para familias con niños y mascotas. Por otro lado, a diferencia de la madera maciza, los laminados resisten mejor los cambios de temperatura y humedad, reduciendo el riesgo de deformaciones, hinchazón o grietas.
La sostenibilidad también juega un papel clave. Muchos fabricantes han desarrollado productos que utilizan madera procedente de bosques gestionados de forma responsable, con procesos de fabricación que reducen la huella ecológica.
En cuanto a la decoración, los suelos en espiga permiten infinitas combinaciones con muebles y accesorios. Su patrón geométrico y su acabado natural se adaptan tanto a tonos neutros como a colores más atrevidos, a modo de base para alfombras, muebles de madera, metales o textiles. Además, su colocación en zigzag ofrece un efecto visual que puede resaltar determinadas zonas de la vivienda.
Guía de compra
Lo primero es pensar para qué espacios necesitas el suelo: un dormitorio, salón, pasillo, cocina, baño… Para habitaciones, dormitorios o zonas con poco tránsito, bastará con un laminado de uso moderado. Mientras, para salones, pasillos, zonas con niños o mascotas, conviene un suelo más resistente.
Si piensas instalarlo incluso en zonas húmedas, comprueba que sea un modelo resistente al agua.
Los suelos laminados tienen una clasificación internacional llamada «AC» (Abrasion Class) que indica su resistencia al desgaste. Cuanto mayor el número, más duradero es. Para la mayoría de hogares, un suelo con AC3 o AC4 suele ser el equilibrio ideal entre calidad, durabilidad y precio.
El espesor de las lamas también influye: los laminados suelen oscilar entre los 7 y los 12 milímetros. Los gruesos (10–12 milímetros) ofrecen mejor estabilidad, amortiguación al pisar, aislamiento acústico y sensación más «robusta».
En cuanto al color, los suelos claros amplían visualmente el espacio y aportan luminosidad, ideales para espacios pequeños o con poca luz. Los tonos oscuros aportan calidez y elegancia,, ideales en salones o casas grandes. Puedes elegir desde acabados lisos hasta relieves que imitan vetas reales de madera.
Por último, cabe señalar que muchos suelos laminados modernos cuentan con sistemas de ensamblado tipo «clic» para unir las lamas sin comprometer la estabilidad ni la durabilidad del suelo, ya que los mecanismos de clic garantizan un ajuste firme y seguro.
En 2026, los suelos en espiga regresan con fuerza, no sólo por su belleza y resistencia, sino por la experiencia sensorial que ofrecen. Caminar sobre un suelo laminado en espiga aporta una sensación de confort y calidez difícil de replicar con otros materiales. La luz, la textura, el patrón y la tonalidad se combinan para crear un entorno que invita a la relajación y al disfrute, convirtiendo cada estancia en un espacio digno de revista de decoración.
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