Andes

La razón por la que los supervivientes de los Andes tenían tantísimo tabaco

La película 'La sociedad de la nieve' está despertando muchas preguntas

Un médico revela un detalle del que muy pocos se han dado cuenta en ‘La sociedad de la nieve’

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Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Este comienzo de año ha sido testigo del estreno y resonante éxito de una de las películas más esperadas, ‘La Sociedad de la Nieve, dirigida por el cineasta español Juan Antonio Bayona. En apenas unos días, la película ha alcanzado la posición de honor en la lista de las películas más vistas a nivel mundial en la plataforma Netflix, tanto en el ranking general como en las de lengua no inglesa.

La película narra una historia basada en hechos reales que tuvo lugar en el año 1972. En un fatídico viernes 13 de octubre de ese año, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya transportaba al equipo amateur de rugby Old Christians Club desde Montevideo hacia Chile, cuando una tragedia sacudió sus vidas. El avión Fairchild FH-227D, con 40 pasajeros y cinco tripulantes a bordo, se estrelló en Los Andes debido a la escasa visibilidad en la zona.

Los supervivientes de los Andes tenían mucho tabaco por este motivo

El coronel Julio César Ferradas, al creer que se aproximaban a su destino en Chile, inició la maniobra de descenso para aterrizar. Sin embargo, en lugar de encontrarse cerca de su destino, el avión se vio rodeado por las imponentes montañas de Los Andes, en una región conocida como ‘El Valle de las Lágrimas’. En el impacto, el avión perdió sus dos alas y se partió en dos, dejando parte del fuselaje atrás. De los ocupantes, solo 29 sobrevivieron.

Las condiciones extremas en las que se encontraron, rodeados de nieve y sin alimentos ni bebida, los obligaron a confrontar un dilema moral complejo. Ante la falta de recursos, los pasajeros fallecidos se convirtieron en la única fuente de alimento para los supervivientes. Cada uno se comprometió a ponerse al servicio del grupo en caso de morir. Entre las escasas provisiones, improvisaron una especie de té de tabaco a partir de cigarrillos. En una de las escenas, se puede observar a los protagonistas masticando tabaco, ya que era uno de los pocos recursos disponibles en abundancia.

La mayoría de los supervivientes eran fumadores habituales, un hábito que no olvidaron al embarcar en el avión. Incluso uno de ellos, que no fumaba antes del accidente, adoptó el hábito. Dos de los supervivientes, Javier Methol y Pancho Abal, empleados en una tabacalera, demostraron previsión al anticiparse a la escasez de tabaco en Chile en ese momento. A lo largo de los 72 días que pasaron atrapados entre las montañas, racionaron el tabaco, proporcionando a cada fumador un paquete de 20 cigarrillos cada dos días.

Datos curiosos de la tragedia de los Andes

En medio de la majestuosa cordillera de Los Andes, a una altitud de más de 3.500 metros sobre el nivel del mar, la aeronave se estrelló en ‘El Valle de las Lágrimas’. Este remoto lugar se encuentra a poco más de un kilómetro de la frontera entre Argentina y Chile. Las imponentes cimas del volcán Tinguiririca y el Cerro Sosneado se elevan a su alrededor, formando parte de un conjunto rocoso helado que alcanza alturas superiores a los 5.000 metros en su punto más elevado: la sierra de San Hilario.

Provisiones

En el interior del avión, los supervivientes encontraron algunas provisiones, como botellas de vino compradas por los pilotos en la escala forzada en Mendoza, una botella de whisky, crema de menta, licor de cerezas, tabletas de chocolate y nougat, caramelos, dátiles, almendras, ciruelas secas, un paquete de galletas saladas, dos latas de mejillones y tarros pequeños de mermelada de melocotón, manzana y moras. Sin embargo, esta cantidad de alimentos resultó insuficiente para las 28 personas que inicialmente sobrevivieron y apenas alcanzó para una semana.

Radio

Entre las pertenencias de los pasajeros, se encontró un pequeño transistor que, debido al accidente, no funcionaba. Sin embargo, contaban con un estudiante de ingeniería entre los supervivientes, Roy Harley, quien se dispuso a repararlo.

Gracias a este ingenioso arreglo, pudieron escuchar, en el décimo día, las noticias que anunciaban la suspensión de la búsqueda de los supervivientes, al no detectar ninguna señal de vida en las búsquedas aéreas organizadas. Esta noticia fue un golpe para el optimismo del grupo, que comprendió en ese momento que debían depender de sí mismos para salir de esa situación.

A través de la misma señal, dos meses después, escucharon que se había encontrado a dos supervivientes, Canessa y Parrado, al otro lado de las montañas, al sonar el Ave María. Este mensaje les hizo comprender que estaban salvados.

Orina negra

Aunque la película de Bayona no aborda directamente los problemas estomacales, muestra a los supervivientes comentar y afrontar el cambio en el color de su orina, que se torna oscura, casi negra. Este cambio es un síntoma evidente de una grave deshidratación. A pesar de sus esfuerzos por hidratarse con agua extraída del hielo, este recurso resultaba insuficiente para satisfacer las necesidades del organismo, especialmente después de los primeros días.

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