La petición más drástica de una experta sobre este objeto que tenemos todos en la habitación: tu salud está en peligro
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El descanso adecuado es un pilar fundamental para tener una buena salud física y mental. No es simplemente una cuestión de cantidad de horas de sueño, sino también de calidad. En la sociedad actual, las rutinas irregulares y los hábitos perjudiciales pueden afectar de forma directa nuestra capacidad para descansar como deberíamos. Dormir es un proceso complejo que no sólo requiere de tiempo, sino también de condiciones favorables que permitan que el cuerpo y la mente se regeneren.
La psicóloga polaca Joanna Gorgol-Waleriańczyk ha subrayado varios puntos clave para mejorar la calidad del sueño, y uno de los más relevantes es la necesidad de mantener una regularidad en los horarios de descanso. El cuerpo humano tiene un reloj biológico interno que se rige por el ritmo circadiano, un ciclo natural que se adapta a las fases del día y la noche. Alterar este ritmo, por ejemplo, al dormir más tarde los fines de semana, puede ser muy perjudicial a largo plazo. La experta también ha advertido sobre lo perjudicial que resulta el uso de dispositivos como la televisión.
El impacto de los hábitos irregulares en el sueño
Uno de los errores más comunes que muchas personas cometen es pensar que pueden «recuperar» el sueño perdido durante la semana simplemente durmiendo más horas el fin de semana. Sin embargo, según Gorgol-Waleriańczyk, al alterar el horario de sueño de forma tan drástica, el cuerpo interpreta este cambio como un «reset» de su reloj biológico, lo que confunde al organismo. Es por esto que la experta recomienda mantener una rutina regular de descanso todos los días, independientemente de si es fin de semana o no.
El problema de la televisión y otros dispositivos electrónicos
En un mundo lleno de pantallas, no es raro que la televisión se convierta en una fuente de entretenimiento antes de dormir. Sin embargo, la experta advierte sobre los efectos nocivos que puede tener ver la televisión o usar dispositivos electrónicos justo antes de acostarse. La luz azul que emiten estos aparatos interfiere directamente con la producción de melatonina. Esta hormona es clave para que el cuerpo sepa que es hora de dormir. Cuando la luz azul invade nuestro entorno durante las horas previas al descanso, el cerebro no recibe la señal de que debe comenzar a liberar melatonina, lo que impide que el cuerpo se prepare de manera adecuada para el sueño.
La psicóloga señala que, al estar expuestos a la luz artificial de la televisión, nuestro cerebro se mantiene «despierto». Esto hace que el proceso natural de relajación no ocurra, y como consecuencia, nos cueste más dormir. Además, las imágenes y los sonidos estimulantes de los programas de televisión pueden aumentar nuestra actividad mental en lugar de calmarla, dificultando aún más el proceso de conciliación del sueño. Por lo tanto, lo recomendable es evitar ver televisión o usar dispositivos electrónicos durante las dos horas previas a dormir.
Cómo crear un ambiente adecuado para el descanso
Además de mantener horarios de sueño regulares y evitar la exposición a pantallas, hay otros factores que juegan un papel crucial en la calidad del descanso. El ambiente en el que dormimos tiene una gran influencia en nuestra capacidad para relajarnos y descansar. La habitación debe ser un espacio tranquilo y oscuro, donde se minimicen las distracciones.
Uno de los aspectos más importantes es la oscuridad, fundamental para que el cuerpo entienda que es hora de dormir, ya que al no haber luz, la producción de melatonina aumenta naturalmente. Además, una habitación silenciosa es clave para lograr un sueño reparador. Los ruidos ambientales pueden interrumpir las fases más profundas del sueño, como la fase REM.
La alimentación y el ejercicio
Los hábitos nocturnos son esenciales para un buen descanso, pero también influyen la alimentación y el ejercicio. Comer en exceso antes de dormir puede causar molestias digestivas y afectar el sueño. Mejor optar por una cena ligera, con alimentos como plátanos, cerezas o frutos secos, que favorecen la melatonina. El ejercicio regular mejora el descanso al reducir el estrés y liberar endorfinas, que favorecen la relajación. No obstante, es importante evitar ejercicios intensos antes de acostarse, ya que pueden aumentar la adrenalina y dificultar el proceso de relajación necesario para conciliar el sueño.
El descanso no es un lujo, sino una necesidad para nuestra salud. Dormir bien influye directamente en la memoria, el sistema inmunológico, el equilibrio emocional, la concentración, el estado de ánimo y el rendimiento físico. No se trata sólo de dormir muchas horas, sino de crear hábitos que favorezcan un sueño reparador. Mantener una rutina constante, evitar las pantallas antes de dormir, crear un ambiente adecuado y cuidar la alimentación y el ejercicio son fundamentales. Con pequeños ajustes, podemos mejorar la calidad del sueño y, en consecuencia, nuestra salud física y mental. Un buen descanso empieza con hábitos que respeten los ritmos naturales del cuerpo.
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