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Ni ventilador ni aire acondicionado: el truco egipcio de toda la vida que todo el mundo está copiando para no pasar calor por la noche

El truco egipcio para dormir en verano
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Cuando llega el verano, uno de los grandes retos diarios se encuentra al caer la noche: dormir bien a pesar del calor. Las conocidas «noches tropicales», en las que los termómetros no bajan de los 20 grados, se convierten en una tortura para quienes no cuentan con aire acondicionado o prefieren evitarlo por razones de salud o ahorro energético. Frente a este panorama, cada vez más personas están recurriendo a métodos naturales que permitan combatir el calor nocturno, como el truco egipcio que se ha hecho viral en redes sociales en los últimos días.

La civilización egipcia, acostumbrada a vivir en condiciones de calor extremo, creó múltiples estrategias para mantenerse frescos sin necesidad de tecnología. Uno de los trucos más sencillos consistía en humedecer una tela ligera con agua y utilizarla para colocarla sobre la cama o taparse con ella. La clave de su efectividad está en el principio de evaporación: al evaporarse el agua de la tela, se absorbe calor del entorno, generando un descenso gradual de la temperatura.

El truco egipcio para dormir en verano

El truco egipcio consiste en humedecer una sábana ligera con agua y usarla para refrescar el cuerpo durante la noche. Es un método simple pero muy eficaz que ayuda a reducir la temperatura corporal y del ambiente sin necesidad de aire acondicionado ni ventilador. Sólo necesitas una sábana fina y agua.

  1. Utiliza una sábana ligera, preferiblemente de algodón o lino, ya que estos tejidos permiten una buena absorción de agua y facilitan la evaporación. Evita telas gruesas o sintéticas, ya que podrían resultar incómodas y menos eficaces en este proceso.
  2. No se trata de empapar la sábana, sino de humedecerla ligeramente. Puedes hacerlo con un rociador o vaporizador, distribuyendo el agua de forma uniforme. Si no tienes uno, también puedes pasar un paño húmedo por toda la superficie o sumergir la sábana en agua y luego escurrirla muy bien. Lo importante es que quede fresca y húmeda, pero no goteando.
  3. Una vez humedecida, puedes dormir directamente sobre la sábana húmeda o usar la sábana húmeda para taparte. Ambas formas son válidas y dependen de lo que te resulte más agradable.
  4. Para que la evaporación del agua haga su trabajo y refresque el ambiente, es importante que haya algo de circulación de aire. Puedes dejar una ventana entreabierta, o incluso usar el ventilador a baja potencia durante unos minutos para favorecer el proceso.
  5. Como complemento, puedes usar otros trucos muy efectivos, como colocar una toalla húmeda en zonas donde el cuerpo regula mejor la temperatura: cuello, muñecas, tobillos o frente. Esto ayuda a enfriar la sangre que circula por esos puntos, generando una sensación de frescor generalizada.

El truco egipcio está ganando popularidad por ser una solución simple, económica y natural frente a las altas temperaturas nocturnas. A diferencia de otras formas de enfriamiento, esta técnica no requiere electricidad, lo que representa una gran ventaja en términos de ahorro energético y sostenibilidad.

Además, una de las principales razones por las que este método resulta tan eficaz es que actúa directamente sobre el cuerpo. Al aplicarse la sábana húmeda, el proceso de evaporación absorbe el calor de la piel, generando un efecto de enfriamiento progresivo. Este mecanismo natural ayuda a reducir la temperatura corporal sin necesidad de aparatos ruidosos ni corrientes de aire artificiales, lo cual hace que el descanso sea mucho más placentero.

Por otro lado, mantener una temperatura adecuada mientras dormimos tiene un impacto directo en la calidad del sueño. Un ambiente más fresco favorece la liberación de melatonina, la hormona que regula el ritmo del sueño, lo que permite un descanso más profundo y continuo. De este modo, el método egipcio no solo combate el calor, sino que también contribuye a mejorar el descanso.

Otro punto a su favor es que esta técnica no provoca efectos secundarios como la resequedad en la garganta o los resfriados típicos del uso prolongado de ventiladores o aire acondicionado. Al no generar corrientes frías directas, es una opción mucho más suave para el organismo. Esto la convierte en una alternativa ideal para personas sensibles, niños o personas mayores que no toleran bien los cambios bruscos de temperatura durante la noche.

Dormir bien es fundamental para mantener una buena salud física y mental. Un descanso adecuado ayuda a reforzar el sistema inmunológico, mejorar la concentración, regular las emociones y recuperar energía para el día siguiente. Por eso, encontrar métodos efectivos para lograr un sueño reparador, especialmente en noches calurosas, es clave para el bienestar general y calidad de vida.

En definitiva, el truco egipcio de usar una sábana húmeda para combatir el calor nocturno es una solución sencilla, económica y ecológica que puede mejorar significativamente la calidad del sueño durante las noches calurosas. Al aprovechar el proceso natural de evaporación, este truco ayuda a reducir la temperatura corporal sin necesidad de aire acondicionado ni ventiladores, evitando los efectos secundarios asociados a estos aparatos.

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