MITECO desembalsa 50.000 millones de litros para eliminar un pez invasor y causa un problema ecológico
Denuncian que vacían el embalse cacereño de Alcollarín para eliminar un pez invasor, pero se les escapan los ejemplares durante la operación
La Confederación Hidrográfica del Guadiana, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, adjudicó el trabajo por un porte de casi 800.000 euros


El Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) ha tomado la decisión de vaciar los 50.000 millones de litros de agua del embalse extremeño de Alcollarín (Cáceres) para erradicar el pez invasor Pseudorasbora parva, también conocido como el pez gobio asiático, una especie que está causando estragos entre las especies autóctonas.
La decisión de desembalsar el agua para erradicar este pez invasor ha desatado la polémica entre los vecinos y ha saltado a los medios a través de la denuncia realizada por Paco Castañares, experto medioambiental, exdiputado por el PSOE en la Asamblea de Extremadura y antiguo director en la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura.
El embalse de Alcollarín es uno de los lugares de referencia de la zona, muy visitado por practicantes de la pesca y amantes de la observación de aves acuáticas. Y la denuncia de su vaciado llegó hasta las redes sociales a través del perfil de Facebook de Castañares.
«Desastre ecológico aún mayor»
En su publicación en la red social, Castañares denuncia que «el Ministerio De Transición Ecológica vacía el embalse de Alcollarín (Cáceres) para exterminar una especie invasora y causa un desastre ecológico aún mayor».
Tras las intensas lluvias de la primavera, el embalse estaba prácticamente al máximo nivel con unos 50 hectómetros cúbicos (50.000 millones de litros) y realizaba su aporte hídrico al río Alcollarín.
Sin embargo, el MITECO, dentro de su Estrategia Nacional de Restauración de Ríos concibió el proyecto denominado Actuaciones para el control de la especie exótica invasora Pseudorasbora parva en el embalse de Alcollarín.
Pez invasor
El objetivo era acabar con este pez invasor y para ello se adjudicó el trabajo el pasado 24 de junio de 2024 a la empresa Ingeniería y Diseños Técnicos, S.A.U. por un importe de 787.861,99 euros (sin impuestos) con un plazo de ejecución de 30 meses.
Esta especie exótica invasora, incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras por su grave impacto sobre los ecosistemas fluviales, compite de forma directa con las especies autóctonas.
«El peligro de esta es que puede portar un parásito intracelular que inhibe la reproducción de otros ciprínidos, llegando a ser en poco tiempo la única especie presente en los cauces. Afortunadamente, hasta la fecha, no se ha detectado la presencia del parásito en la especie en las muestras analizadas», según la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG).
Operación de vaciado
Sin embargo, tras la operación de vaciado, se «ha llenado los ríos Alcollarín, Ruecas y Guadiana de la especie invasora que querían eliminar y ha provocado una gran mortandad de peces, incluidos los autóctonos, que había en la presa vaciada», según Castañares.
En un vídeo se puede observar durante el vaciado en el mes de julio que las medidas para evitar que los peces fueran aguas abajo no eran efectivas. El mallado se satura y las aguas se desbordan por el lateral, dejando el paso libre a los peces, entre ellos el Pseudorasbora parva.
Invasión de cientos de miles de peces
«El vaciado del embalse, en el que el Ministerio se ha gastado más de un millón de euros, según los habitantes de los pueblos vecinos, se ha hecho tan precipitadamente y tan mal, que ha provocado una nueva invasión de cientos de miles de ejemplares, al desbordarse las zonas aseguradas con redes para capturarlos y fluir libres y sin control por todo el cauce del río Alcollarín», denuncia el experto ambiental.
Castañares sigue explicando que «el resultado no puede ser más nefasto: el pantano está vacío y con multitud de peces muertos en su interior, desprendiendo un olor nauseabundo que llega al pueblo de Alcollarín cuando los vientos soplan de procedencia este o noreste, causando un gran malestar entre sus vecinos».
Añade que «en lugar de frenar o corregir el problema, lo único que han conseguido los responsables del Ministerio y la Confederación del Guadiana es justo lo contrario de lo que pretendían: llenar los ríos Ruecas y Guadiana del ciprínido invasor de origen chino».
Malestar e indignación
Según se puede leer en el post, «el malestar de los vecinos de Alcollarín, Zorita y otros pueblos de alrededor del embalse va en aumento y hay muchos que muestran ya su indignación y cabreo por la bárbara y torpe actuación del Ministerio y la Confederación».
Continúa explicando el exdiputado extremeño que «a la inundación de sus tierras cuando construyeron el embalse se suma ahora la privación de su derecho a pescar en sus aguas y al creciente turismo de observación de aves acuáticas que se habían asentado de manera permanente en aguas del embalse y que ahora ha desaparecido».
Método cuestionado
El propio Castañares pone en duda el método utilizado para eliminar el pez invasor, ya que «la ley de Conservación de la Naturaleza prohíbe taxativamente el uso de métodos masivos y no selectivos para la caza, la pesca y el control de poblaciones de fauna silvestre».
En el post de Facebook concluye que «los indignados vecinos de Alcollarín se preguntan si habrá algún método de eliminación más masivo, menos selectivo y más destructivo para todos los recursos naturales de un río como el Alcollarín».
La CHG se defiende
Por su parte, la Confederación Hidrográfica del Guadiana, en un comunicado emitido el pasado 12 de agosto, defiende la gestión realizada explicando que «durante el proyecto se han realizado una serie de despesques intensivos con barcos especializados durante varios meses y con posterioridad se ha iniciado el vaciado controlado del embalse. En estos despesques se han rescatado gran parte de las especies autóctonas presentes».
Continúa argumentando la CHG que «con la bajada del nivel del embalse y el notable aumento de las temperaturas en las últimas semanas, se ha producido una mortandad puntual de barbos que no pudieron ser rescatados. El rescate de todos resulta técnicamente imposible. No obstante, son muchos más los que han sido previamente rescatados en las semanas anteriores».
Control del pez invasor
Desde la CHG se asegura que «una vez disminuido el nivel del embalse y controlada la presencia de la especie invasora, se procederá a la reintroducción de especies autóctonas en colaboración con la Junta de Extremadura».
«Paralelamente, se han construido pequeñas barreras aguas abajo del embalse para facilitar su futura explotación y realizar controles de presencia de P. parva cuando se realicen operaciones de desembalses. El agua desembalsada se ha aprovechado en su totalidad para el regadío de Vegas Bajas a través de la presa de Montijo», concluye la confederación.
Acerca de la erradicación de este pez invasor, añade la CHG en su comunicado que «si no se llevara a cabo este proyecto, sería imposible utilizar con normalidad el embalse para los usos previstos (riego, actividades recreativas, …), conforme a la legislación vigente».
Concluye la entidad destacando que «el proyecto está siendo desarrollado por un equipo multidisciplinar de biólogos, ambientólogos e ingenieros altamente cualificados. Todas las actuaciones han superado los trámites y autorizaciones ambientales oportunas para llevarse a cabo».