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Esto es lo que pasa si te comes la capa blanca del fuet

Uno de los grandes misterios a la hora de disfrutar de un buen fuet, es esa capa blanca que lo cubre, saber si la debemos quitar o no y qué pasa si la comemos

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Esto es lo que pasa si te comes la capa blanca del fuet
Gemma Meca
  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

Uno de los grandes misterios a la hora de disfrutar de un buen fuet, es esa capa blanca que lo cubre, saber si la debemos quitar o no y qué pasa si la comemos. Unos taquitos de fuet con una cerveza bien fresquita es una forma de desconectar de la rutina diaria de muchas personas.

Al llegar a casa, seguimos con las prisas del ritmo diario que llevamos por lo que muchas veces, ni siquiera le quitamos la piel. Así que lo que hacemos es comer directamente el fuet. Algo que, a partir de ahora, haremos sabiendo bien qué estamos comiendo.

La capa blanca del fuet

No, la capa blanca del fuet no es harina. Seguramente has pensado muchas veces en ello y quizás hayas llegado a la conclusión de que se trataba de un tipo de ingrediente que podría ser la causa de ese color blanco, algo que queda totalmente descartado ya que la capa del fuet cumple con una función principal.

En algunas partes de nuestro país, ya muy pocas ahora, solo reducido a unas fiestas gastronómicas con nombre propio, son un reducto de la matanza del cerdo. Hace décadas cuando las casas se abastecían de su propia carne, era el momento del año en el que las familias se ponían todas a trabajar.

Del cerdo se aprovecha absolutamente todo, por lo que, además de una carne que consumían al momento en una gran festividad, también hacían los embutidos tradicionales. Una forma de comer carne durante todo el año que se servía de unas directrices básicas.

En esencia lo que se necesita con este tipo de elaboraciones es que se cree un embutido que sea duradero y seguro. Es decir, que ayude a consumir este tipo de elementos durante más tiempo, algo que en aquellos tiempos y ahora es indispensable.

El fuet auténtico tiene una capa exterior muy característica que irá variando en función de los distintos tipos de carnes que vamos a usar en su elaboración. Por lo que aunque en general hay una manera de usar la propia carne del cerdo para poder crear un embutido de lujo, se podrá eliminar de la mejor forma posible este elemento.

Saber qué comemos es importante, especialmente cuando ya está demostrado que la alimentación juega un papel importante en nuestra salud.

Esto es lo que pasa si comemos la capa blanca del fuet

La capa blanca del fuet está hecha con las tripas del propio animal. Tradicionalmente se usaba la piel de los intestinos para crear estos deliciosos embutidos que comemos hoy en día, de ahí la forma y el color, blanco. Aunque hoy en día la situación ha ido cambiando y ya no siempre es tripa lo que comemos.

Se suele realizar una mezcla artificial de colágeno y celulosa que da lugar a una capa que debe cumplir con un objetivo principal. Proteger a este embutido para que nada le afecte, especialmente las bacterías que son las que pueden echar a perder la carne que se conserva gracias a grandes cantidades de sal y de otros conservantes.

El exterior también contiene un poco de moho con un hongo producido por las bacterias penicillium nalgiovense. Este elemento es esencial para conservar el fuet durante mucho tiempo sin miedo a que nos siente mal. Es una bacteria buena, como muchas de las que acabamos comiendo sin darnos cuenta y que son esenciales para alimentar unos intestinos cargados de ellas.

Sin duda alguna uno de los elementos que más debemos tener en cuenta es esta parte exterior que ahora sabemos de qué está hecha. Por lo que es, 100% seguro comerse la piel. No te pasará nada, pero sí afectará un poco la textura y el sabor de ese fuet, por lo que quizás te apetezca más comértelo sin nada más que esa piel y un poco de pan con tomate.

El fuet es quizás uno de los primeros embutidos que se crearon y que hasta la fecha forma parte de la gastronomía nacional. Una buena opción es comprarlo en tiendas especializadas o apostar por la mayor calidad posible. De esta manera conseguiremos un fuet que estará lleno de buenas sensaciones.

La capa del fuet es apta para celiacos ya que no es harina lo que la forma. Así que puedes comértela, siempre y cuando no seas alérgico a ningún otro ingrediente más de forma totalmente segura. Ahorrarás tiempo en esos días en los que tienes hambre y ganarás en salud, sabiendo que no te perjudica en absoluto este ingrediente.

Hazte con un buen fuet para merendar o desayunar, es un embutido que siempre tenemos en casa y con razón. Está buenísimo con o sin piel, siendo una buena opción para el picoteo en ocasiones especiales.

 

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