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Los expertos revelan que la esfinge de Guiza no fue hecha por humanos

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La esfinge no fue hecha por humanos: los expertos confirman la teoría que te pondrá los pelos de punta
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La Gran Esfinge de Guiza es una escultura colosal situada en la orilla occidental del río Nilo cuyo origen se remonta al siglo XXVI a.C. como parte integral del complejo funerario del rey durante la dinastía IV del antiguo Egipto.

Hace más de cuatro décadas, Farouk El-Baz, un destacado científico espacial y geólogo reconocido, planteó la hipótesis de que el viento tuvo un papel crucial en la formación inicial de la Gran Esfinge de Guiza. Según su perspectiva, este fenómeno natural moldeó la escultura antes de que los antiguos egipcios añadieran detalles a su superficie.

El origen de la Gran Esfinge de Guiza

Ahora, un estudio realizado por científicos del Laboratorio de Matemáticas Aplicadas de la Universidad de Nueva York respalda la posibilidad de que esta teoría sea cierta, según un comunicado de prensa de la Universidad de Nueva York.

Los investigadores decidieron poner a prueba esta hipótesis y para ello recrearon las condiciones del entorno hace aproximadamente 4.500 años, periodo en el cual se presume que se erigió la estatua de piedra caliza.

Entonces, llevaron a cabo pruebas para examinar cómo el viento afectaba las formaciones rocosas, buscando así corroborar la influencia de este elemento en la configuración inicial de la Gran Esfinge de Guiza.

Los científicos realizaron el estudio creando yardangs, formas naturales de arena compacta que el viento genera en áreas desérticas expuestas. Utilizando modelos de arcilla, simularon las condiciones del viento desgastando estas formaciones mediante un flujo de agua rápido, buscando replicar de manera efectiva el efecto del viento en la configuración de las estructuras rocosas.

Al analizar la composición de la Gran Esfinge, el equipo utilizó inclusiones más resistentes y no susceptibles a la erosión dentro de la masa de arcilla blanda, inicialmente sin características distintivas. Al dirigir el flujo de agua a través del túnel, los investigadores observaron que comenzó a emerger la silueta de un león, evidenciando así la posibilidad de que el viento fuera el responsable de la formación inicial de la escultura.

Leif Ristroph, autor principal del estudio y profesor asociado del Instituto Courant de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Nueva York, explica lo siguiente, segú recoge la ‘CNN’: «Nuestros hallazgos ofrecen una posible ‘historia del origen’ sobre cómo formaciones similares a la Esfinge pueden surgir a partir de la erosión. Nuestros experimentos de laboratorio demostraron que formas sorprendentemente parecidas a las de una esfinge pueden, de hecho, provenir de materiales erosionados por flujos rápidos».

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