La curiosa razón por la que muchas estatuas antiguas no tienen nariz
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Una de las cosas que caracteriza a muchas estatuas de épocas como la antigua Grecia es que no tienen nariz (solo hace falta pensar por ejemplo en la Esfinge de Giza) pero ¿por qué absurda razón? Con mucha frecuencia, se puede pensar que estas partes se han eliminado voluntariamente como un acto de vandalismo, pero este no es el caso en absoluto, al menos en la mayoría de los casos
La curiosa razón por la que muchas estatuas antiguas no tienen nariz
La nariz de las estatuas es simplemente la primera parte que se suele erosionar con el tiempo, sin más o sin que haya cualquier otra explicación. A lo largo de los siglos (o milenios), el desgaste comienza a sentirse incluso cuando se trata de estatuas de gran estatura o tamaño (como la mencionada Esfinge), ya sea de mármol o piedra. Todo ocurre porque las partes más sobresalientes de una escultura, tal y como es el caso de las narices, pero también de las manos, brazos e incluso cabezas, son las primeras en desaparecer.
Las esculturas griegas que vemos hoy, por ejemplo, son entonces solo una parte de su antigua gloria. Un testimonio nos lo ofrece la Afrodita de Melos, también llamada Venus de Milo, esculpida por Alejandro de Antioquía hacia finales del siglo II después de Cristo, y que es famosa precisamente porque no conserva sus brazos. Muchos pueden pensar que fue concebida así por el mencionado artista, pero lo cierto es que el «culpable» de su aspecto no es otro que el tiempo. Exactamente lo mismo le ha sucedido a la nariz de muchas otras esculturas. Debido a que las narices sobresalen, tienden a romperse fácilmente.
Lo mismo se puede decir de la nariz de la Esfinge de Egipto. A veces, sin embargo, también puede ser obra de vándalos: tal y como nos encontramos en el caso de la cabeza de mármol griego, que data del siglo I d.C., de la diosa Afrodita descubierta en el Ágora ateniense que tenía una pequeña cruz tallada en la frente. En ese caso sí que fueron cristianos los que decidieron cambiar la estatua al tallar esa cruz en su nariz ya que la vieron como un símbolo pagano.
También han perdido el color
Ahora ya sabemos que no es más que el paso del tiempo el que ha erosionado a las estatuas y por ello, muchas han perdido su nariz, pero no solo esto. Las esculturas griegas originalmente estaban pintadas con colores brillantes, pero la mayoría de los pigmentos originales se desvanecieron o se desprendieron hace mucho tiempo, dejando expuesto el mármol blanco desnudo. Sin embargo, algunas esculturas excepcionalmente bien conservadas aún conservan rastros de su coloración original a pesar de que son pocas.
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