Descubren un saltamontes incrustado en una obra de Van Gogh
Vicent van Gogh puede definirse como uno de los artistas más conocidos de la historia. Un pintor que fue pionero en muchos de los aspectos de sus disciplina y del que se recuerdan grandes obras como «La noche estrellada», «Los comedores» y «El dormitorio de Arlés». Sin duda, una persona muy peculiar que trasladaba su forma de ser a las obras de arte que realizaba cada día. Los cuadros de van Gogh siempre han causado mucha curiosidad en el mundo de la cultura, más aún si te decimos que algunos de ellos incorporan cadáveres de insectos en sus lienzos. No, no es una broma.
Un componente inesperado
La noticia saltó cuando Mary Schafer, una conservadora del Museo de Arte Nelson Atkins de la ciudad de Kansas, encontró restos de un saltamontes cuando estaba examinando la pintura de «Los Olivos». Un hallazgo que despertó la curiosidad de todo el equipo de análisis, ya que los restos del insecto llevaban incrustado en el lienzo más de un siglo. Cabe destacar que este descubrimiento tuvo lugar de forma aleatoria durante el estudio científico de esta obra con el fin de comprender mejor el proceso del artista.
««Los Olivos» es una pintura muy querida en Nelson-Atkins, y este estudio científico no hace más que aumentar nuestra comprensión de su riqueza», comentó el director del museo, Julián Zugazagoitia. La pintura al aire libre fue una de las técnicas más utilizadas por Van Gogh. Un proceso que le servía para inspirarse mientras observaba la belleza natural que le rodeaba. «Van Gogh trabajó al aire libre, y sabemos que él, al igual que otros artistas «plein airs», lidió con el viento y el polvo, la hierba y los árboles, y las moscas y los saltamontes».
Un atractivo complementario
El cuadro de «Los Olivos» ya era uno de los más conocidos del Museo de Arte Nelson Atkins pero es necesario destacar que este descubrimiento ha incrementado su popularidad. Ahora la mayoría de asistentes quieren contemplar con sus propios ojos el famoso «cuadro del saltamontes de Van Gogh». Eso sí, no es el único hallazgo del cuadro ya que según los análisis de John Twilley, asesor científico de la investigación, el desvanecimiento del pigmento rojo utilizado en el cuadro es evidente. El paso de los años ha conseguido que este tono vaya cambiando de aspecto y se muestre de forma muy diferente al momento en el que se completó la obra.
Por si aún no lo has localizado, el pequeño saltamontes se encuentra en el primer plano inferior del paisaje y no puede observarse de forma sencilla. Para ello se necesita una precisión milimétrica y algo de imaginación para localizar las diferentes partes del insecto. En concreto y según un estudio del paleoentomólogo Michael S. Engel, faltan el tórax y el abdomen de un insecto. Unos datos que aseguran que el saltamontes estaba muerto antes de aterrizar en el lienzo del genio holandés.
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