‘Los viejos creyentes’: la familia rusa que vivió aislada en Siberia durante medio siglo rezando 10 horas diarias

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Cubierta de 'Los viejos creyentes' @Impedimenta

‘Los viejos creyentes’ de Vasili Peskov (Editorial Impedimenta) relata la impactante historia de los Lykov, un grupo de personas pertenecientes a la secta de los viejos creyentes, cuya vestimenta, noción de la vida y lenguaje se habían congelado en el S. XVII, en tiempos del zar Pedro ‘El Grande’.

¿Cómo y cuándo se supo de sus existencia? A finales de los años 60, un piloto ruso que sobrevolaba un tramo remoto de la taiga siberiana descubrió, en medio de una escarpada zona boscosa, una cabaña. Poco después, un grupo de científicos se lanzó en paracaídas sobre el terreno para advertir con estupor que en la primitiva choza de madera habitaba una familia: los Lykov.

Para cuando Peskov, prestigioso periodista del Pravda, conoció esta historia, aunque parezca algo increíble, no habían contactado con nadie en casi cincuenta años, rezaban diez horas al día, no habían probado la sal y no podían siquiera concebir que el hombre hubiera pisado la Luna. El único miembro que quedaba tras la muerte de sus padres y de sus hermanos era Agafia, la hija más joven de la familia.

¿Qué es la secta de ‘Los Viejos Creyentes’?

A comienzos del S. XVII, una comunidad fundamentalista de ortodoxos rusos inició una odisea: para escapar de la persecución religiosa de Pedro ‘El Grande’, quien quiso formar parte de la Iglesia Ortodoxa Rusa, salieron de Ucrania hacia las profundidades de la taiga siberiana. El mundo exterior dejó de existir para estos viejos creyentes durante casi 250 años, hasta que en 1932 el programa tan brutal de colectivización estalinista los echó de su tierra.

La joven familia de Karp Ósipovich Lykov se internó en el desolado interior de Siberia para preservar la única forma de vida que conocían. La familia vivía sola en la desértica taiga siberiana, tan aislada del mundo que sólo en 1978 fue descubierta por un mundo de geólogos. 

Un homenaje a un hábitat que podría dejar de existir

«Su existencia, su supervivencia y su resistencia a un clima de una adversidad inimaginable son sólo anécdotas de una de las más extraordinarias aventuras del ser humano del S. XX», explican desde la editorial que ahora publica esta narración con traducción de Marta Sánchez-Nieves. «Peskov narra la lucha épica de los Lykov contra una naturaleza salvaje e indomable, al tiempo que rinde homenaje a un hábitat natural que pronto podría dejar de existir», añaden.

El autor, Peskov, nace en 1930 en Orlovo y fue muchísimos años reportero gráfico, periodista y presentador televisivo. En 1960, publicó ‘Notas de un fotógrafo’, y le siguieron los siguientes títulos: ‘Steps on Dew’ (1963), Premio Lenin de Literatura en 1964, ‘The Roads of America’ (1973), y ‘Los viejos creyentes’ (1994). Es Premio del Presidente de la Federación Rusa y Premio del Gobierno de la Federación de Rusia, terminó sus días la noche del 12 de agosto a los ochenta y cuatro años en Moscú, tras una larga enfermedad. A su muerte, deseó que sus cenizas se esparciesen en un campo cerca de su pueblo natal, al borde del bosque.

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