El Templo de Debod reabre este martes tras solucionarse los problemas de climatización
El Templo de Debod reabre parcialmente al público desde este martes, 20 de septiembre, tras recuperar la temperatura adecuada para visitantes, trabajadores y la conservación del monumento.
El interior del templo permanecía cerrado desde el 3 de julio por problemas en el sistema de climatización que se vienen arrastrando desde hace años y que obligaron a su cierre otros veranos.
Ahora el Ayuntamiento sustituirá el sistema de climatización con cargo al presupuesto del año 2017 para que no vuelvan a producirse estas situaciones.
También se reforzará la seguridad: a partir del 1 de octubre habrá dos vigilantes durante las 24 horas. Para evitar aglomeraciones se harán entradas por grupos que no superen las 15 personas ni se vaya más allá de los 30 minutos.
Debido a la necesidad de mantener las condiciones óptimas para la conservación del edificio no serán visitables las estancias del templo con una ventilación más deficiente ya que la incidencia del público alteraría la humedad y la temperatura. Todas ellas se sitúan en la parte trasera o lateral del edificio.
Los elementos más interesantes del Templo desde el punto de vista museístico, que albergan la decoración de relieves (vestíbulo, vestíbulo interior, capilla de Adijalamani y sala de audiovisual) podrán volver a contemplarse a partir del martes. Teniendo en cuenta los mismos criterios museísticos de conservación se ha limitado el aforo de cada visita a quince personas.
Entre las actuaciones que se llevarán a cabo figuran la mejora de los sistemas de iluminación de las piezas (paredes, relieves, inscripciones) y de los medios audiovisuales, los gráficos y los textos explicativos.
Instalado en los 70
El Templo de Debod está incluido en el catálogo de Monumentos Públicos y Elementos Urbanos singulares. Es un templo egipcio del siglo II a. d C que fue instalado a principios de la década de los 70 en Madrid.
La construcción del templo la inició a comienzos del siglo II a. C. el rey Meroe Adijalamani, quien dedicó una capilla a los dioses Amón e Isis. La capilla está decorada con relieves. Posteriores reyes de la dinastía ptolemaica crearon nuevas estancias alrededor del núcleo original. Tras la anexión de Egipto al Imperio Romano, los emperadores Augusto, Tiberio y, tal vez, Adriano, culminaron la construcción y decoración del edificio.
En el siglo VI, tras la conversión de Nubia al cristianismo, el templo fue cerrado y abandonado. En el siglo XX el monumento fue donado a España por el gobierno egipcio para evitar que quedara inundado tras la construcción de la gran presa de Asuán. El entonces gobierno egipcio lo regaló a la ciudad de Madrid y fue transportado y reconstruido piedra a piedra. Se abrió al público en su actual ubicación en 1972.