Entrevista

Pedro Ruiz: “Siempre he dicho que la mujer es el sexo fuerte y el hombre el sexo bruto”

pedro ruiz
Pedro Ruiz @PedroRuiz
María Villardón

Pedro Ruiz (Barcelona, 1947) quiere volver a televisión, a TVE, se entiende, pero asegura que, aunque lleva años presentando proyectos, siempre le dicen que no o le dan la callada por respuesta. Eso sí, explica que con el tiempo ha aprendido “a relativizar” todo, desde la estricta corrección política que nos envuelve sin remedio hasta la soledad, los éxitos o los fracasos. No quiere vivir en playback –porque ¡qué vida es esa!– y procura improvisar porque “la vida se improvisa con cada respiración”.

Ruiz, que nos encandiló a todos con su forma de entrevistar, cercana e íntima, ahora está en el Teatro Marquina de Madrid desde este viernes 5 de marzo con la obra ‘Loc@s. Reír nos cura’. He pensado siempre que el humor es la forma menos suicida de decir las cosas más serias. Lo que pasa es que ahora, con tanta corrección política, tanto en el humor como en el drama, hay que tener cuidado con las pieles finas”, apunta.

De las mujeres, y él sabe de bellas mujeres, admira una cosa en la que, probablemente, no habíamos caído: “Fragante. Siempre me imagino a alguien saliendo del agua del mar, sin maquillar, pero con la fragancia de la actitud”, aclara.

Pedro, ¿cómo vas?

Bien, me llevo bien conmigo.

Eso es importante.

Sí, así es. Qué le vamos a hacer. Hay que pensar con lo que el destino te ha dado.

Ah, entonces, ¿crees en el destino?

Bueno, no mucho, pero es una frase hecha que, de vez en cuando, viene bien. Creo que del destino es nuestro carácter y, luego, están las circunstancias. La vida se improvisa con cada respiración, si vas con los papeles en la mano, al final todo resulta como moldes de flan: todos iguales.

Cuando brindo, en general, lo hago por la improvisación. ¿Tú?

Por eso mismo. Lo que está por venir, aunque más o menos parecen previsibles porque en la vida no suelen suceder cosas extraordinarias, hay que dejar que suceda. Si lo condicionas, lo que conseguirás es vivir en playback y esto no se puede. Al menos a mí no me gusta, si se desafina, se desafina, pero debemos hacerlo con la garganta propia.

Son malos tiempos para algunas cosas, pero, sobre todo, para el humor y de eso va la obra. ¿Cómo llevas la piel fina de los últimos años?

Sí, bueno, ten en cuenta que la experiencia que tenemos en vida es muy corta. Estamos en el 2021 y hace 4.500 millones de años que existe la Tierra, y esto nos ha hecho pensar sólo en nuestro ombligo, que somos los más importantes y que todo nos pasa a nosotros.

La humanidad desaparecerá del planeta y habrá otros animales que hablen, no sabemos cuáles, pero creemos que somos los más felices o los más desgraciados, pero eso es falso. Decía mi amigo José Luis Coll, de Tip y Coll: “Soy un ser que no será y, mientras dejo de serlo, soy mi propia eternidad”. Es decir, nos miramos el ombligo porque lo tenemos en una gran inflamación y eso, en una vida, no sé si da tiempo a corregirlo. Al final, sólo da tiempo a ser amateur, así que o aprendemos o repetimos de lo que hemos errado.

Tú has sido una persona muy conocida, ¿nunca has enfermado de egocentrismo o narcisismo?

Hay que diferenciar entre la fama y la popularidad. La buena fama procede del prestigio y la popularidad es una cosa que primero se busca, más tarde se tolera y, finalmente, casi se huye. Yo he pecado, como todo el mundo, de esas cosas porque cuando tienes 25 años o 17 años sabes menos que ahora, pero en general he procurado corregir, ahora vivo en un momento de mi vida en el que relativizo mucho todo y la vida se ve con un poco más de confort. Verse desde fuera te ayuda a hacer una reflexión y, además, te quita pesos. Estoy en ese camino, por eso ahora hago un espectáculo con el que pretendo divertirme y divertir, pretendo que digan: “Qué bien me lo he pasado”.

Cuando uno escribe un guion de humor, ¿borra mucho? ¿Se piensa mucho en la ofensa?

Ahora te obligan a pensar un poco más, yo no lo contemplo demasiado. He pensado siempre que el humor es la forma menos suicida de decir las cosas más serias. Lo que pasa es que ahora, con tanta corrección política, como sabes, tanto en el humor como en el drama, hay que tener cuidado con las pieles finas a las que tú aludías. Creo que esto es un retroceso, cuando vas a hacer broma, se hace broma, no se está juzgando. Al comienzo del espectáculo, en serio, se lo digo a la gente: esto no va de meterse con nadie, sino de pasarlo bien. Deberíamos recuperar eso, pero las tendencias en la radicalización de los planteamientos políticos, así como en las reivindicaciones sindicalistas, feministas, etc. han convertido todo en un campo bastante espinoso y es complicado poder pisar la tierra con un poco de tranquilidad.

Uno de los personajes que interpretas es una mujer y feminista, ¿no?

Sí, es una cantante que hace una canción en la que reivindica el derecho de la mujer a elegir con quién baila y con quién no. Bailar, en realidad, una metáfora de con quién se relaciona. En fin, eso de que decidís vosotras siempre ha sido bastante verdad, pero ahora está descaradamente declarado y me parece bien. Siempre he dicho, y lo digo completamente en serio, que la mujer es el sexo fuerte y el hombre el sexo bruto. Y éste ha impuesto sus leyes, entre comillas, a través de la cachiporra y el dinero. Ahora las cosas están cambiando y siempre hay una respuesta algo exagerada, pero, por otra parte, también justa.

¿Qué aprecias en una mujer?

A mí hay un adjetivo que me gusta mucho aplicar a una mujer que es sencillo y, la verdad, poco habitual: fragante. Siempre me imagino a alguien saliendo del agua del mar, sin maquillar, pero con la fragancia de la actitud. Creo que éste es un adjetivo que no encierra nada intelectual, pero a mí me gusta. La sencillez, la sinceridad y el atractivo, lo que pasa es que el atractivo exterior dura poco. Siempre hay tres fases en las cosas: hambre –no tienes de nada–, atracón –te pasas– y diarrea –te pudre–. Así que, bueno, hay que tener cuidado para no pasar del atracón a la diarrea porque vas cambiando permanentemente de metas.

Lo de fragante, no sé, ¿podría ser como el allure del que hablan los franceses?

Puede ser, sí, pero en mujeres y en hombres. Es que hay una fragancia que tiene que ver con la actitud, con el lenguaje no hablado, con la mirada. Para mí, en las relaciones personales, el cúlmen de la relación es una mirada donde te dejan entrar en el interior y sientes cómodo, y el abrazo es el testimonio físico de que eso ocurre. A partir de ahí, arranca el instinto y éste, a menudo, es muy traicionero y siempre he pensado que el sexo cuando une, une de mentira, y cuando separa, separa de verdad. Por lo tanto, hay una actitud que es muy anterior al contacto físico.

Pero, Pedro, ¿una pareja no se une en la cama? No sé si más, pero sí mucho.

Sí, pero eso es mentira, el sexo no une nada. Una cosa es la cuestión física, otra cosa es el gusto de estar con alguien. Siempre he dicho a mis amigos que lo importante no es con quién te quieres acostar, sino a dónde quieres volver.

Hablamos del atractivo de las mujeres para ti, pero, ¿qué atractivo das tú a las mujeres? Has estado con mujeres bellísimas.

Pues yo llevo ahora muchos años de soledad absoluta.

Pero, bueno, algo tendrás, ¿no?

No, no, hasta con pesar te lo digo. No tengo a nadie que me interese especialmente, llevo una temporada de gran soledad que espero que se palie porque aún soy joven, todavía no he hecho la mili.

(Reímos)  

No hables de la mili, soy de las que piensa que no se debería haber quitado. Lo mismo porque no la tenía que hacer, vete a saber.

Yo la hice de forma voluntaria, además. Porque con 20 años pude elegir estar en Barcelona, entonces me hicieron profesor y, al menos, pude enseñar a leer y a escribir a algunas personas. Pero, dicho esto, de mí se han escrito muchas cosas y no soy partidario de desmentirlas, como sabes nunca he ido a ningún programa a hablar del corazón, pero las fotos que te hacen con determinadas personas duran más que la vida misma, aunque he sido una persona con largos periodos de soledad. ¡Pero no estoy cerrado a encontrar a alguien!

En la obra también hay presencia de personajes tan conocidos como José Luis López Vázquez o Fernando Fernán Gómez. ¿Por qué?

Porque son personas a las que debo agradecimiento y, aunque ya no están aquí, quería ser agradecido y despedirme. De ellos aprendí mucho. Estudié dos carreras Derecho y Periodismo, no terminé ninguna, no estudié teatro, sencillamente aprendí de los que me enseñaban. Está bien caminar y agradecer a las personas que enseñan como Fernán Gómez, que era un señor educadísimo y muy inteligente, López Vázquez, Luis Escobar o Sara Montiel, que también aparece en el espectáculo. De ella, además, hay una anécdota que ocurrió cuando dirigí su última obra: ‘Saritízate’.

¿Y cuál es? ¿Se puede contar?

Sí, te la cuento. En esta función, Sara se puso mal un zapato y bajando por una escalera se cayó y se rompió el coxis. Se la llevaron al hospital y, entonces, me subí al escenario y terminé yo el espectáculo. ¿Me imaginas cantando ‘Bésame mucho’ y ‘Fumando espero’?

Sí, la verdad es que sí. (Reímos) ¿Qué es lo único que hay que tomarse en serio en la vida?

La dignidad porque incluye muchas cosas. Incluye, por ejemplo, el afecto por las personas que lo merecen, no traicionarse, no dañar, no salpicar, no rendirse en función de intereses bastardos. Dentro de mi trayectoria, con éxitos y fracasos, claro, creo que una de las cosas que he conseguido es no caer en andurriales éticos. Si se pierde la ética no hay ningún éxito, ninguno.

@MaríaVillardón

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