De Victoria Combalía

‘Amazonas con pincel’: los historiones de las artistas Leonora Carrington, Dora Maar o Camille Claudel

Camille Claudel
Camille Claudel.

‘Amazonas con pincel’ (SD Ediciones) de Victoria Combalía vuelve revisado y reeditado después de la publicación en 2006. Un libro que, entre otros aspectos, propone un recorrido fascinante, claro y didáctico, por la vida y la obra de las mujeres artistas como Camille Claudel, Frida Kahlo o Dora Maar, entre otras. A través de estas páginas se relata un amplio período temporal y sus correspondientes estilos, desde el impresionismo hasta los años cuarenta del S. XX.

Los textos persiguen, explican desde la editorial, un equilibrio entre la importancia histórica de las creadoras y el interés de su vida, que arroja mucha luz sobre las dificultades de ser mujer y artista a la vez. Por ello, se ha concedido una especial atención a sus condiciones de trabajo, a su éxito o al olvido de sus carreras, y a quienes pudieron alentarlas o, por el contrario, silenciarlas. Ellas lucharon, al igual que los hombres, por expresar su visión del mundo y renovar el lenguaje artístico, pero en un contexto social muy alejado de la igualdad de oportunidades.

Combalía, una de las mayores expertas en figuras como Dora Maar, explica que en 2006 fue un encargo que aceptó «con mucha ilusión, aunque en la nota introductoria avisaba de que, en los años setenta u ochenta, seguramente no lo hubiera aceptado. ¿Escribir un libro solo sobre artistas mujeres? ¿No era eso discriminación?». Sin embargo, prosigue la autora, «tanto en 2006 como ahora, la paridad en todos los ámbitos dista mucho de ser una realidad. La simple vida cotidiana de cualquier profesional evidencia no sólo la dificultad de hacer compatible vida familiar y carrera artística, sino aspectos muchos más sutiles, complejos y también inconscientes, derivados de una educación en muchos casos aun desigual».

«Las mujeres han de pagar un alto precio para seguir en la brecha»

Y prosigue: «Es un hecho que los hombres son mucho más competitivos, y la mayoría lo abandonaría todo por el éxito profesional, mientras que, hasta hace bien poco, o incluso quizá todavía hoy, esta reacción no sería igual entre las mujeres». Cree, además, que las mujeres «han de pagar un alto precio para seguir en la brecha, sometidas a las mismas reglas de rivalidad y rendimiento que se aplican a los hombres. En las carreras artísticas, algunas renunciaron a la maternidad, otras atravesaron unos años de menor productividad o éxito; otras tuvieron que buscar un mentor que las ayudase; y la mayoría cobran precios más bajos por sus producciones artísticas».

«Son estas diferencias y el hecho de haberlas comprobado por mí misma en la vida diaria», argumenta Combalía, «lo que me motivó a aceptar la redacción de este libro, que es especialmente divulgativo, didáctico y destinado a un publico amplio. Con él prosigo en mi deseo de dar a conocer más ampliamente la obra de las mujeres artistas, a las que he dedicado buena parte de mi vida profesional».

En la selección de autoras de la primera parte del S. XX, el lector percibirá las propias preferencias de la autora, por ello, la presencia de numerosas mujeres surrealistas es más que patente. «Esto es debido no sólo a constituir un hecho objetivo, sino también por mi especialización en este movimiento», detalla Combalía.

Al redactar esta segunda edición, añade, ha vuelto a recordar un fenómeno sociológico de interés: cuando, en las vanguardias clásicas, se da la existencia de amplios grupos como el del Constructivismo ruso o el del Surealismo, la presencia de mujeres es más amplia. «En el caso del Surrealismo, algunas de ellas compartieron el estatus de musas, amantes y creadoras a la vez (Leonora Carrington, Dora Maar, Frida Kahlo) y todas han sido en estos últimos años reconocidas y estudiadas como artistas, no solo vistas en relación con sus compañeros de grupo», detalla.

«Silenciadas después y recuperadas en esta ultima década»

Las artistas escogidas, por las limitaciones de espacio y tiempo, forman parte tan sólo de la cultura occidental y Combalía ha incluido a algunas fotógrafas por el hecho de ser numerosas en el S. XX y con carreras importantes en vida, «silenciadas después y recuperadas en esta ultima década». En cuanto al método y contenido de cada biografiada, señala la autore que la longitud de los textos no siempre se corresponde con su relevancia histórica, sino que persigue un equilibrio entre su importancia y el interés de su vida, que en ocasiones arroja mucha luz sobre la dificultad de ser mujer y artista a la vez.

«Por esta razón, hemos concedido una atención especial a sus condiciones de trabajo, a su difusión en su época, a quienes pudieran haberlo alentado o por el contrario, inhibido, y a lo que denominamos «fortuna critica» es decir, a su reconocimiento público y oficial, si lo hubo», apunta. En esta primera parte, que abarca desde finales del S. XIX y la parte del  S. XX que termina con el inicio de la segunda Guerra mundial, «me sorprendió la violencia ejercida sobre algunas de nuestras artistas. En la represión de lo que se consideraba pecaminoso o antisocial, las familias no dudaron en internar en psiquiátricos a estas jóvenes pintoras o escultoras».

Estos fueron los casos de Camille Claudel, Leonora Carrington o Ángeles Santos, casos seguramente impensables hoy en día y cuyos episodios son una prueba palpable de la dificultad titánica de defender una opción de vida. «Camille Claudel no pudo más que sucumbir al encierro; Leonora Carrington escapó y superó el amargo trance y Ángeles Santos abandonó su arte vanguardista para refugiarse en un matrimonio y una pintura comercial», explica.

Historiadora y crítica de arte

Combalía (Barcelona, 1952) es historiadora y crítica de arte. Doctora por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha sido Investigadora invitada en el Institute of Fine Arts de Nueva York (1979-1981) y desde 1974, ha sido Profesora de Historia del Arte en la Universidad de Barcelona. De 1996 a 2002 fue Directora artística del Centro Cultural Tecla Sala (L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona).

Es autora de numerosos libros dedicados a Pablo Picasso, Joan Miró, Antoni Tàpies, el arte conceptual y el arte realizado por mujeres. Biógrafa de Dora Maar, a quien consagró cinco exposiciones internacionales. En 2003 fue nombrada Chevalier des Arts et des Lettres por el Estado francés.

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