Ribó aprueba las ceremonias civiles de bienvenida a los recién nacidos sin decidir dónde lo hará
La iniciativa aprobada hoy por la Junta de Gobierno también carece de protocolo para el acto
Ribó ha adjudicado 17.000 contratos a dedo desde que es alcalde de Valencia
Ribó regala a los valencianos macetas y semillas para plantar las cenizas de sus muertos en la terraza
El alcalde de Valencia, Joan Ribó, (Compromís) ha decidido ofrecer el Ayuntamiento para celebrar ceremonias civiles «de bienvenida a la ciudadanía» para los bebés valencianos cuyas familias lo soliciten. La iniciativa ha sido aprobada este viernes por la Junta de Gobierno, aunque carece de protocolo y de ubicación, si bien se ha planteado que sea en los jardines y el Palacete de Monforte, que es donde también se llevan a cabo bodas. Este acto no comportará el pago de ningún tipo de tasa al no tratarse de un acto administrativo, según ha informado el Ayuntamiento a través de su página web.
Se trata de una iniciativa de personas que han transmitido al alcalde de Valencia la posibilidad de celebrar los nacimientos de los bebés sin necesidad de hacerlo a través de una ceremonia religiosa. Un tipo de actividad que ya existe en las dos primeras ciudades de España -Madrid y Barcelona- y otras de la Comunidad Valenciana como Benidorm, Benicásim o Mislata.
Si bien la moción que impulsa esta iniciativa ha sido aprobada por la Junta de Gobierno Local de Valencia, el Consistorio no tiene definido el protocolo de la citada ceremonia. Ribó se ha comprometido a tenerlo preparado en el plazo de un mes, si bien ha adelantado que será un acto «libre, no oficial, meramente de celebración, en el que la idea central serán los derechos de los niños y el compromiso del Ayuntamiento para que esos derechos se respeten siempre», según se refleja en la citada web municipal.
Esta iniciativa del alcalde de Valencia Joan Ribó se produce meses después de que se conociera otra, pero en aquel caso referida a los fallecimientos: y que consistía en regalar macetas y semillas para que familiares y allegados plantasen las cenizas de sus muertos en las terrazas y los jardines particulares.