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El sorprendente vínculo entre los volcanes y el oro que sale del interior de la Tierra: los científicos no dan crédito

Interior de la Tierra
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Durante siglos, el interior de la Tierra se ha considerado una región inaccesible, encerrada bajo miles de kilómetros de roca, completamente aislada de las capas superiores del planeta. Sin embargo, un reciente hallazgo científico podría cambiar por completo esta idea. Un grupo de investigadores de la Universidad de Göttingen ha encontrado indicios de que se están filtrando materiales procedentes del núcleo terrestre (incluyendo metales preciosos como el oro) hacia el manto y alcanzando la superficie a través de la actividad volcánica. Este hallazgo, publicado en la revista Nature, marca un antes y un después en nuestra comprensión de las dinámicas internas del planeta y de la distribución de elementos valiosos en su interior.

El equipo de científicos ha detectado trazas ínfimas de rutenio en rocas volcánicas de Hawái. Lo sorprendente no es sólo su presencia, sino su composición isotópica anómala, lo que apunta directamente a un origen profundo, posiblemente en el límite entre el núcleo y el manto. Este fenómeno abre la puerta a la idea de que el interior de la Tierra, lejos de ser un compartimento estanco, podría estar interactuando activamente con las capas superiores, enriqueciendo la corteza terrestre con materiales de gran valor económico, tecnológico y científico.

¿Qué esconde el interior de la Tierra?

Cuando se habla de las mayores reservas de oro del planeta, muchas personas piensan en almacenes fortificados como Fort Knox, minas remotas o bóvedas bancarias subterráneas. Pero en realidad, la mayor parte del oro de la Tierra (más del 99,999%) se encuentra a unos 3.000 kilómetros bajo la superficie, encerrado en el núcleo metálico del planeta, junto con otros metales preciosos. Esta concentración es el resultado de procesos ocurridos hace 4.500 millones de años, durante la formación temprana de la Tierra, cuando los elementos más densos se hundieron hacia el centro y se separaron del manto rocoso exterior.

Hasta ahora, se creía que ese oro era irrecuperable, sellado para siempre en las entrañas del planeta. Pero los nuevos estudios indican que esta barrera no es tan infranqueable como se pensaba. Gracias a una avanzada técnica de análisis isotópico, los científicos han logrado detectar diferencias sutiles en el rutenio presente en muestras de lava hawaiana, diferencias que no se pueden explicarspor procesos superficiales.

Rutenio como indicador: la clave en los isótopos

El rutenio, un metal de transición escaso en la superficie terrestre, ha sido la clave en esta investigación. En particular, la atención se centró en un isótopo concreto: el 100Ru. En el núcleo, este isótopo se encuentra en proporciones ligeramente superiores en comparación con el manto. Esta diferencia se debe a que, durante la formación del planeta, el núcleo atrapó una parte significativa del rutenio disponible, mientras que el manto sólo conservó cantidades mínimas.

Hasta hace poco, las diferencias isotópicas entre las distintas capas de la Tierra eran tan pequeñas que resultaban imposibles de detectar. Sin embargo, los investigadores de Göttingen han perfeccionado un procedimiento capaz de identificar estas variaciones casi imperceptibles. El hallazgo de un exceso del isótopo 100Ru en muestras volcánicas superficiales es una señal clara de que esos materiales han viajado desde el límite entre el núcleo y el manto hasta la superficie.

Un avance técnico revolucionario

El doctor Nils Messling, del Departamento de Geoquímica de la Universidad de Göttingen, no oculta su entusiasmo: «Cuando analizamos los primeros resultados, nos dimos cuenta de que habíamos encontrado algo extraordinario. Era como encontrar oro, literalmente. La señal era clara: parte del material que conforma estas rocas proviene del núcleo del planeta».

El límite núcleo-manto

Hasta ahora, la comunidad científica consideraba que el núcleo de la Tierra estaba prácticamente aislado del manto y la corteza, salvo por el intercambio de calor. Sin embargo, los datos recopilados por el equipo de Göttingen indican lo contrario. Según el profesor Matthias Willbold, también integrante del equipo, «no sólo hemos demostrado que el núcleo no está completamente separado del resto del planeta, sino que podemos afirmar que enormes cantidades de material (cientos de cuatrillones de toneladas de roca) ascienden desde el límite núcleo-manto hasta formar islas volcánicas como Hawái».

Este proceso de ascenso de materiales profundos no es nuevo, pero la idea de que el núcleo esté contribuyendo directamente con elementos metálicos al manto desafía muchos modelos geológicos establecidos. Se trata de una interacción mucho más activa de lo que se pensaba, con implicaciones de largo alcance.

Queda por determinar si este proceso de «filtración» de materiales del núcleo ha sido constante a lo largo del tiempo geológico o si responde a episodios concretos. Según Messling, «aún no sabemos si lo que observamos ahora es un fenómeno puntual o una dinámica que ha operado durante millones de años. Lo que sí es seguro es que hemos abierto una nueva ventana hacia la comprensión de la evolución interna de nuestro planeta».

Lo que comenzó como una investigación de laboratorio sobre un isótopo poco conocido ha terminado por desvelar una conexión profunda entre el interior de la Tierra y su superficie.

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