Un novedoso estudio quiere acabar con este tipo de problemas

La salamandra, el futuro para curar las lesiones medulares

lesiones medulares
El ajolote es la clave del estudio

Las lesiones medulares se definen como algunas de las más perjudiciales que puede sufrir una personas. Una vez que la médula espinal se ve afectada por cualquier tipo de alteración, el cuerpo humano es incapaz de reconstruir dichos nervios, por lo que la lesión se convierte en un problema de por vida. Sin embargo, existen algunos animales que parecen no tener ningún tipo de problema para reparar este tipo de tejidos. En este caso hablamos de la salamandra, concretamente la Ambystoma mexicanum o ajolote. Un anfibio que es capaz de imprimir unas capacidades de regeneración inauditas que pueden mostrarse como la futura cura de este tipo de lesiones. Te lo contamos.

Regeneración medular

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un animal con la capacidad para regenerar su médula ósea

El ajolote o Ambystoma mexicanum, se define como una especie de salamandra que puede presentarse como el futuro remedio de las lesiones medulares. Al menos así lo aseguran desde un estudio, liderado por Karen Echeverri, en el que se han estudiado las capacidades de regeneración de un anfibio distinto al resto. Cuando el ajolote sufre una lesión medular, las células gliales se activan y se reposicionan para reparar las conexiones de los nervios. Es decir, son capaces de regenerar la parte de la médula espinal afectada por la lesión. Un acto increíble que el estudio de  Echeverri quiere aplicar en los seres humanos.

«Los humanos tienen una capacidad de regeneración muy limitada, mientras que otras especies como las salamandras tienen la notable capacidad de regenerar extremidades, tejido cardíaco e incluso la médula espinal después de una lesión. Este conocimiento podría ser utilizado para diseñar nuevas dianas terapéuticas para tratar la lesión de la médula espinal u otras enfermedades neurodegenerativas», comenta Echeverri.

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Un anfibio que actualmente se encuentra en peligro de extinción

Para demostrar sus teorías, el equipo de Echeverri rastreó los mecanismos moleculares que actúan en las diferentes especies descubriendo la c-Fos. Se trata de una proteína que afecta especialmente a la expresión genética que se enmarca como un mecanismo esencial para reparar los nervios lesionados. Cabe destacar que los seres humanos también incorporamos c-Fos en nuestro organismo, no obstante, en nuestro caso funciona junto a otras células que completan el proceso de cicatrizado. La gran diferencia entre unas y otras es que las salamandras redirigen las células gliales hacia un proceso regenerativo y no basado en cicatrices. Justo esto es lo que se quiere alterar por parte del equipo de Echeverri.

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