Investigación sobre la relación entre la microbiota intestinal y la depresión en adolescentes
La relación entre la microbiota intestinal y la depresión en adolescentes es un campo de investigación emergente. Vemos algunos datos.
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Estudios recientes muestran una conexión entre la microbiota intestinal y el procesamiento de las emociones y relaciones. La microbiota está compuesta por más de 1.000 tipos de bacterias. Este sistema complejo, también conocido como flora intestinal, desempeña funciones metabólicas, protectoras y estructurales.
Los trasplantes de microbiota fecal han permitido corroborar el vínculo entre microbiota y emociones. Algunas investigaciones han revelado que estos trasplantes afectan rasgos psicológicos y fisiológicos, como la depresión, la ansiedad y la esquizofrenia.
¿Qué es la microbiota?
La microbiota intestinal, también conocida como flora intestinal, es un conjunto de microorganismos que habitan en el intestino y desempeñan un papel fundamental en la digestión de los alimentos, la absorción de nutrientes y la regulación del sistema inmunológico. Está compuesta por una amplia variedad de bacterias, virus, hongos y otros microorganismos que coexisten en un equilibrio delicado. Cuando este equilibrio se ve alterado, pueden surgir problemas de salud, incluidos trastornos mentales como la depresión.
El “segundo cerebro”
El sistema nervioso entérico (SNE) es una red de neuronas que recubre las paredes del tracto gastrointestinal. Controla la actividad sensorial, motora, y secretora del intestino. Este sistema también desempeña un papel fundamental en las defensas inmunitarias del aparato digestivo.
Frecuentemente se dice que el intestino es nuestro “segundo cerebro” debido a la similitud en complejidad y funcionalidad con el cerebro. Esta relación íntima explica por qué expresiones como “mariposas en el estómago” tienen un fundamento biológico.
El eje intestino-cerebro es una red de comunicación bidireccional. Esto significa que no solo el cerebro envía señales al intestino, sino que el intestino también envía información al cerebro. Este eje se comunica a través de tres vías principales: neuronal, endocrina e inmunitaria.
La Influencia de la microbiota
El intestino humano es responsable de la producción de más del 90% de la serotonina. Esta es un neurotransmisor esencial que afecta el humor, la felicidad, el placer, y también el apetito. El 10% restante de la serotonina se produce en el cerebro por neuronas llamadas “serotoninérgicas”.
La relación entre el cerebro, el intestino y la microbiota forma lo que se conoce como el eje microbiota-intestino-cerebro (MIC). La microbiota puede comunicarse con el cerebro mediante la producción de moléculas señalizadoras.
Intestino y cerebro
Hay varios factores que influyen en el diálogo entre el intestino y el cerebro:
- Alimentación. La dieta afecta directamente este eje. Una dieta rica en alimentos procesados y aditivos puede estar relacionada con trastornos psicológicos.
- Actividad física. La práctica regular de ejercicio mejora la salud cerebral.
- Interacciones sociales. Las relaciones con familiares y vecinos estimulan este eje, mientras que la discriminación puede perjudicar su funcionamiento.
- Entorno. La calidad del entorno y la exposición a la contaminación impactan en la microbiota intestinal.
- Medicamentos. Ciertos medicamentos, especialmente los antibióticos, pueden alterar el desarrollo del sistema nervioso y contribuir a enfermedades.
- Factores prenatales. Los primeros años de vida y el tipo de parto son cruciales para el desarrollo de la microbiota y el eje intestino-cerebro.
- Estrés. El estrés y el miedo son otros factores que influyen en la microbiota y su interacción con el cerebro.
Una alteración en la comunicación entre el intestino y el cerebro puede llevar a una variedad de trastornos. Entre ellos, los trastornos del estado de ánimo, ya que la microbiota influye en la regulación del estrés y las emociones.
Estudio en adolescentes
Recientes investigaciones han explorado la posible conexión entre la depresión y los hongos microscópicos que habitan en el intestino. Un estudio publicado en el Journal of Affective Disorders sugiere que este vínculo podría ser significativo.
Un grupo de investigadores chinos llevó a cabo un estudio con 145 adolescentes de entre 12 y 18 años que sufrían de depresión. Los científicos recolectaron muestras de heces de cada participante para analizar la composición de hongos y bacterias en su microbiota intestinal. Luego, estos datos se compararon con los de un grupo de 110 adolescentes sin problemas de salud mental.
El análisis reveló diferencias significativas en la composición de la microbiota entre los adolescentes con depresión y aquellos sin este trastorno. Esta alteración en la microbiota, denominada “disbiosis fúngica”, mostró una mayor presencia de los hongos Saccharomyces y Apiotrichum, y una menor cantidad de Aspergillus y Xeromyces en los adolescentes depresivos.
Este estudio añade una nueva dimensión a la comprensión de la depresión. Evidencia que el equilibrio de la microbiota intestinal juega un papel decisivo en la salud mental.
La importancia de la dieta
Otro factor importante a tener en cuenta es el impacto de la dieta en la microbiota intestinal y, por ende, en la salud mental. Una dieta rica en alimentos procesados, grasas saturadas y azúcares refinados puede alterar el equilibrio de la microbiota intestinal y contribuir al desarrollo de la depresión. Por el contrario, una dieta rica en fibra, frutas, verduras y alimentos fermentados puede promover la diversidad de la microbiota intestinal y mejorar la salud mental.
Teniendo en cuenta esta relación entre la microbiota intestinal y la depresión en adolescentes, es importante considerar estrategias para promover un microbioma intestinal saludable y prevenir trastornos mentales. Algunas medidas que pueden ayudar a mantener la salud de la microbiota intestinal incluyen seguir una dieta equilibrada, rica en fibra y alimentos fermentados, evitar el consumo excesivo de antibióticos, reducir el estrés y fomentar un estilo de vida activo.
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Temas:
- Adolescentes