Un fenómeno relacionado directamente con la enzima forin

¿Sabías que los huesos influyen en nuestro apetito?

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El apetito y su relación con los huesos

Todos sabemos que el esqueleto puede definirse como la estructura ósea capaz de soportar nuestro cuerpo. Un mecanismo casi perfecto que facilita el movimiento de los seres vivos gracias a la acción de las articulaciones y cuyo componente principal es el calcio.  No imaginamos un  cuerpo sin esqueleto, como tampoco lo imaginamos sin apetito ¿Verdad? Pues existe una relación entre ambos que te vamos a contar a continuación ¡No te lo pierdas!

Apetito óseo

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Un estudio del Montreal Clinical Research Institute de Canadá

Jamás podríamos haber imaginado que el esqueleto jugara un papel importante en el apetito. Pero según un estudio, realizado por los investigadores del Montreal Clinical Research Institute de Canadá, parece ser que existe una gran relación entre ambos. Cabe destacar que este descubrimiento proviene de un profundo análisis, por parte de los estudiosos, de los efectos de la osteocalcina. Se trata de una hormona producida por los osteoblastos que se definen como las células responsables del crecimiento de los huesos. Una sustancia que se ubica mayormente en la matriz del hueso, pero de la que un 20% corre por el torrente sanguíneo. 

La clave reside en que la osteocalcina que se genera en nuestro esqueleto no está activa en ningún momento, siendo incapaz de realizar cada una de sus funciones. Ahí es donde los investigadores comenzaron a investigar hasta que hallaron una enzima denominada furin que tiene la función de «tijera molecular». Una sustancia que permite que esta curiosa horma se active de forma inmediata.

El experimento

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La clave es la enzima furin

Con el fin de demostrar sus teorías, los investigadores canadienses realizaron un experimento con ratones a los que pautaron el furin. Los resultados fueron increíbles, ya que aumento significativamente el riesgo de padecer diabetes por parte de los roedores. El aumento de peso fue otro de los cambios significativos de la inactividad de la osteocalcina aunque siguiera estando presente en la sangre.

Sin embargo, la sorpresa de los científicos fue aún mayor cuando se dieron cuenta que al anular la enzima furin, los ratones tenían un mayor apetito. Desde la investigación no consiguen explicarse este fenómeno, ya que la osteocalcina no está directamente vinculada con la sensación de hambre. No obstante, los científicos sospechan que existe una hormona producida por los huesos de forma similar a la osteocalcina que está directamente relacionada con el furin. Por el momento se conocen pocos datos acerca de esta investigación, sin embargo, los científicos están realizando avances para desenmascarar el origen de esta proteína oculta.

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