Nieve

¿Cómo surgen las avalanchas?

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Cómo se forman las avalanchas y qué tipos hay
Blanca Espada

La nieve siempre nos sugiere la idea del invierno, de estar en la montaña, el frío y también esquiar. Pero también el riesgo de avalanchas que, lamentablemente, causaron 130 víctimas en Europa el año pasado. Pero ¿Qué provoca una avalancha? ¿Y podemos prever este riesgo?.

¿Cómo surgen las avalanchas?

La explicación científica es esta: una avalancha se produce cuando el peso de la nieve, depositada sobre una superficie inclinada, supera la capacidad de resistencia debido al rozamiento entre las capas generadas por la propia nieve. De hecho, los copos de nieve pueden ser de muchos tipos según la temperatura y la humedad en la que se hayan formado, e incluso una vez depositados en el suelo pueden crear capas con diferentes características (más blandas o más duras, más húmedas o más secas).

Peligro de avalancha

Es precisamente cuando se superponen varias capas de nieve de distintas características cuando salta la alarma para los expertos en avalanchas. En el caso de que una capa de nieve pierda consistencia debido a la lluvia, al aumento de la temperatura o a las vibraciones, como las provocadas por esquiadores o alpinistas, se puede desencadenar una avalancha.

El factor humano en las avalanchas

Sin embargo, el tipo y la ubicación de la nieve involucrada pueden marcar la diferencia entre una pequeña avalancha y una catastrófica. Si la capa de nieve debilitada es lo suficientemente poco profunda, solo hay un deslizamiento de nieve en polvo, similar a la arena que rueda por una duna, lo cual no es problemático. Pero si la capa quebradiza es profunda, debajo de una gruesa y densa capa de nieve sólida, puede causar el tipo de avalancha más peligroso, la losa, en la que una capa completa de nieve se desprende y comienza a deslizarse de forma compacta sobre la capa subyacente.

Avalancha pequeña o catastrófica

Johan Gaume, del Politécnico Federal de Lausana en Suiza, simuló una avalancha de losas y mostró que, al deslizarse, la capa superior de nieve sufre una serie caótica de colisiones, fricciones y rupturas, de modo que su comportamiento es cada vez menos similar al de un sólido y cada vez más al de un líquido. Última nota, la pendiente. Para que haya una avalancha, debe estar entre 25 y 60 grados. Una pendiente menor no es suficiente para que la nieve coja velocidad, mientras que si la pendiente es mayor, la nieve rueda constantemente sin dar tiempo a formar una masa suficiente.

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