Aviso de la NASA a España: adiós a vivir en estas ciudades en 2050
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El calor extremo supone un peligro para la salud que provoca a los científicos y médicos una gran preocupación. Y esto no sorprende, ya que el estrés térmico está considerado como una de las principales causas de muerte relacionadas con el clima en un gran número de países del mundo. Los niveles se han duplicado en los últimos 40 años y se espera que esta tendencia continúe, asegura Colin Raymond, quien trabaja en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en el sur de California. Él es el autor principal de un estudio sobre el calor y la humedad extremos, publicado en 2020 en Science Advances.
Índice de calor, la clave del asunto
El índice de calor es una medida que indica cómo percibimos la temperatura del aire teniendo en cuenta la humedad relativa. Calculado generalmente para zonas sombreadas, refleja el grado de incomodidad que sentimos cuando las condiciones de calor y humedad se combinan. Al depender de calibraciones específicas, esta medida puede resultar algo subjetiva y variar según el país que la utilice.

Por ello, los científicos que estudian el clima global prestan cada vez más atención a otra medida conocida como temperatura de bulbo húmedo. Esta indica la temperatura más baja que un objeto puede alcanzar cuando la humedad se evapora de su superficie, y permite evaluar la capacidad del cuerpo humano para enfriarse mediante la sudoración. Cuanto menor es esta temperatura, más fácil resulta mantenernos frescos, mientras que valores altos pueden señalar condiciones de calor que son peligrosas e incluso potencialmente mortales para la salud.
El cuerpo humano tiene una temperatura ‘tope’
Tanto el índice de calor como la temperatura de bulbo húmedo se calculan a partir de la temperatura del aire y la humedad relativa, los dos factores clave que influyen en el estrés térmico. No obstante, la temperatura de bulbo húmedo se obtiene mediante un método diferente. Tradicionalmente, se envolvía un paño húmedo alrededor del bulbo de un termómetro y se exponía al aire; a medida que el agua se evaporaba, el termómetro registraba el descenso de temperatura.
Cuanto mayor es la humedad relativa, menos agua se evapora antes de que el bulbo y el aire circundante alcancen la misma temperatura. Hoy, esta medida se realiza principalmente con instrumentos electrónicos en estaciones meteorológicas. Según Raymond, la temperatura de bulbo húmedo máxima que los humanos pueden soportar durante al menos seis horas expuestos a los elementos es de aproximadamente 35 grados Celsius. Sin embargo, los valores globales de bulbo húmedo están en aumento, y en algunas regiones del mundo el clima ya ha comenzado a superar este límite.

Desde 2005, se han registrado episodios breves de temperaturas de bulbo húmedo superiores a 35 grados en lugares subtropicales como Pakistán y el Golfo Pérsico, y estos eventos parecen volverse cada vez más frecuentes. Además, los casos de temperaturas de bulbo húmedo ligeramente inferiores, entre 32 y 35 grados, se han triplicado en los últimos 40 años, según los estudios del equipo de Raymond, reflejando un aumento significativo del estrés térmico global.
La NASA avisa de calor extremo en estas zonas
Raymond advierte que resulta difícil determinar cuándo las temperaturas globales de bulbo húmedo superarán de forma habitual los 35 grados Celsius, debido a que se trata de un proceso gradual y que se desarrolla de manera distinta según la región. No obstante, los modelos climáticos proyectan que ciertas zonas del mundo podrían alcanzar este límite crítico en las próximas décadas. Entre las áreas más vulnerables se encuentran el sur de Asia, el Golfo Pérsico y el Mar Rojo alrededor de 2050, y el este de China, partes del sudeste asiático y Brasil hacia 2070. Incluso Estados Unidos podría verse afectado, con estados del Medio Oeste como Arkansas, Missouri e Iowa alcanzando niveles peligrosos de temperatura de bulbo húmedo dentro de 50 años.
En el caso de España, se prevé que Madrid, la Comunidad Valenciana y Andalucía puedan registrar más de tres meses con temperaturas superiores a los 35 grados para 2050. Aunque estas condiciones serán preocupantes, la combinación de calor y humedad en el país no será tan extrema como en otras regiones del planeta, donde los niveles de humedad elevan aún más el riesgo de estrés térmico extremo.
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