El agujero de la capa de ozono fue «relativamente pequeño en 2024», según la NASA
El agujero de ozono registra su quinto menor tamaño desde 1992 pese a su escala continental
El agujero de ozono se desintegra tres semanas antes de lo habitual esta temporada
¿Por qué se forma este fenómeno sólo sobre la Antártida?

El agujero en la capa de ozono sobre la Antártida ha alcanzado en 2025 su quinto menor tamaño desde que comenzaron las mediciones científicas en 1992, según datos divulgados por la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos.
El agujero que se abre anualmente en la capa de ozono por encima del Polo Sur de la Tierra «fue relativamente pequeño en 2024, en comparación con otros años», según confirman científicos de estos dos organismos.
Este resultado positivo refleja la efectividad de las políticas internacionales implementadas hace casi cuatro décadas, aunque los científicos advierten que la recuperación completa aún tardará décadas en materializarse, explicando que «la capa de ozono podría recuperarse por completo para el año 2066».
Previsiones contradictorias
Aunque esta nueva fecha dada por los científicos ahora contrasta con otra más optimista dada el año pasado por investigadores con un estudio dirigido por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
En él se confirmaba que la capa de ozono antártica se estaba recuperando, tal y como defiende el artículo Tomando huellas de la recuperación del ozono antártico, publicado el año pasado por la revista Nature.
«En torno al año 2035, podríamos llegar a ver un año en el que no se produzca ningún agotamiento del agujero de ozono en la Antártida», afirmaba entonces el equipo del MIT, que adoptó un enfoque cuantitativo para identificar la causa de la recuperación del ozono antártico.

El doble que Estados Unidos
Volviendo al nuevo escenario dibujado por la NASA, durante el punto álgido de la temporada de agotamiento, que se extendió del 7 de septiembre al 13 de octubre, la extensión promedio del fenómeno fue de 18,71 millones de kilómetros cuadrados, el doble del área de Estados Unidos.
Pese a sus dimensiones continentales, su tamaño este año es pequeño frente a otros anteriores y el quinto más reducido desde que en 1992 entrara en vigor un acuerdo internacional para eliminar gradualmente los químicos que generan el deterioro.
Desintegración más temprana
Ambas agencias han indicado que el agujero de ozono este año ya está empezando a desintegrarse, casi tres semanas antes de lo habitual durante la última década.
El fenómeno alcanzó su mayor extensión el 9 de septiembre, con 22,86 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente un 30% más pequeño que el mayor jamás observado en 2006, que tuvo un área promedio de 26,60 millones de kilómetros cuadrados.
«Estamos viendo que los agujeros de ozono tienden a ser más pequeños en área que en los primeros años de la década de 2000», ha indicado Paul Newman, científico de la Universidad de Maryland y líder del equipo de investigación de ozono en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. El experto ha destacado que estos «se están formando más tarde en la temporada y desintegrándose antes».

Reacciones químicas en la estratosfera antártica
La formación del agujero se debe a la liberación de compuestos químicos industriales, principalmente los clorofluorocarbonos (CFC), que durante décadas se utilizaron en aerosoles, sistemas de refrigeración y aislantes térmicos.
Cuando estos compuestos llegan a la estratosfera, la radiación ultravioleta del Sol los descompone, liberando átomos de cloro capaces de destruir hasta 100.000 moléculas de ozono cada uno.
Vórtice polar
Las condiciones atmosféricas extremas de la Antártida favorecen este proceso destructivo. Durante el invierno austral, se forma un vórtice polar con temperaturas inferiores a -80 °C que aísla la región y propicia la formación de nubes estratosféricas polares compuestas por cristales de hielo.
Cuando llega la primavera y los primeros rayos solares inciden tras la larga noche polar, las reacciones fotoquímicas en las que interviene el cloro dan como resultado una destrucción masiva de ozono.

Recuperación gradual
Los científicos sostienen que el monitoreo de este año revela que los controles sobre los compuestos químicos que agotan el ozono, establecidos por el Protocolo de Montreal, están impulsando la recuperación gradual de la capa de ozono en la estratosfera.
Stephen Montzka, científico del Laboratorio de Monitoreo Global de la NOAA, ha indicado que desde su punto máximo alrededor del año 2000, los niveles de sustancias que agotan el ozono han disminuido aproximadamente en un tercio.
Como parte del Protocolo de Montreal de 1987, los países han acordado reemplazar las sustancias que agotan el ozono por alternativas menos dañinas. Según Newman, «el agujero de este año habría sido más de un millón de millas cuadradas más grande (aproximadamente 2.590.000 kilómetros cuadrados) si todavía hubiera tanto cloro en la estratosfera como hace 25 años», lo que demuestra el impacto positivo de las medidas adoptadas.
Químicos prohibidos
Sin embargo, los químicos prohibidos persisten en productos antiguos, como el aislamiento de edificios y vertederos, y a medida que las emisiones disminuyan con el tiempo, el agujero sobre la Antártida se recuperará alrededor de finales de la década de 2060, según las proyecciones científicas.
Entre los factores que influyen en los niveles de ozono de un año a otro se encuentran la temperatura, el clima y la fuerza del viento que rodea la Antártida, conocido como el vórtice polar.