Pactos en Cataluña

ERC y JxCAT eligen como presidenta del Parlament a Borràs, imputada por malversación de fondos

Sus problemas con los tribunales abren un fuerte debate en la CUP sobre si deben apoyar o no su elección

Laura Borràs amnistía
Laura Borràs, en una foto de campaña. Foto: EFE
Joan Guirado

Laura Borràs será la próxima presidenta del Parlament. Imputada por cuatro presuntos delitos de falsedad documental, fraude, prevaricación y malversación de caudales públicos, la nueva jefa del legislativo catalán será juzgada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña al ser aforada. El Tribunal Supremo, como diputada en el Congreso, estaba pendiente de abrirle juicio oral. Es el principal motivo por el cual Carles Puigdemont le ha situado en el cargo: para que inhabiliten a la segunda autoridad catalana.

Aunque la candidata de JxCAT en las elecciones del pasado 14 de febrero se había resistido a ser la nueva presidenta del Parlament, pese a las presiones de Puigdemont, no ha sido hasta este jueves, horas antes de la Ejecutiva de Junts per Catalunya, cuando ha dado luz verde a su candidatura de forma oficial. Ayer, en una reunión virtual que mantuvieron altos cargos de JxCAT, Borràs se negaba a aceptar el cargo y obligaba al partido a buscar a otro candidato entre sus filas.

El preso Jordi Sánchez, presidente de la formación, ha sido el que ha acabado convenciendo a la diputada por Barcelona. El argumento para que acabase aceptando era fácil claro: esto o nada. Junts no quiere a Laura Borràs en el próximo gobierno autonómico y para evitar eso le tenía que ofrecer una salida digna. La presidencia del Parlament, convirtiéndola en la segunda autoridad por detrás del presidente de la Generalitat, era la mejor de las opciones.

El rechazo que había manifestado Borràs a ocupar el cargo de presidenta del Parlament había puesto sobre la mesa de los junteros varios nombres. El del abogado Jaume Alonso-Cuevillas, el de la jurista Gemma Geis, el del consejero de Territorio Damià Calvet o el de la alcaldesa de Gerona, Marta Madrenas, eran los preferidos por la dirección de JXCat para sustituir en el cargo al republicano Roger Torrent.

Pendientes de la CUP

La elección de Laura Borràs como candidata a ser investida presidenta de la cámara abre el debate dentro la CUP sobre cuál debe ser la posición que deben adoptar los antisistema. Los de María Dolors Sabater pugnaron también por el control del legislativo catalán pero Puigdemont, desde Waterloo, rechazó esa posibilidad. Lejos del poder institucional, pues, a la CUP no le convence la opción de facilitar la elección de una persona imputada por graves delitos de corrupción y que, casi con toda seguridad, acabará condenada.

Perfil radical

Si los problemas que tiene Borràs con los tribunales echan atrás a la CUP, su radicalidad ideológica les acerca. Laura Borràs es una firme defensora de la unilateralidad y se ha manifestado en contra de la actuación de los Mossos d’Esquadra en las últimas protestas. Fuentes cercanas a la futura presidenta del Parlament defienden que como máxima responsable de la cámara “va a permitir todos los debates democráticos que se tengan que celebrar” además de “facilitar la aprobación de leyes que permitan la proclamación de la República”.

Mayoría independentista

JxCAT ocupará la presidencia del Parlament con Laura Borràs y una de las secretarías de la mesa. ERC y el PSC se repartirán las dos vicepresidencias. La mesa contará con mayoría independentista y, por primera vez, con presencia en el máximo órgano de decisión del legislativo de representantes de los tres partidos separatistas. La CUP, que optaba a la presidencia, tendrá finalmente una de las secretarías pese a obtener solo nueve escaños en las pasadas elecciones.

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