5 ventajas de que los niños coman en casa
La alimentación de sus hijos es uno de los aspectos que más preocupa a los padres. De ahí que presten especial cuidado y atención a la misma. Y eso les lleva, entre otras muchas cosas, a plantearse si dejar que se queden en el comedor de la escuela o bien si hacer que coman en casa. Sobre el primer caso, ya dimos a conocer cuáles eran los principales beneficios que traía aparejados y ahora queremos hacer lo propio con el segundo.
Por eso, a continuación te mostramos cuáles son las principales ventajas de que los pequeños coman en sus hogares:
1-Se puede controlar cuánto comen
En los comedores sociales se cuida mucho el menú que se les da a los menores y las personas que están al frente tienen claro cuánto les deben poner de cada alimento en sus platos. Sin embargo, no pueden estar pendientes de que cada niño se coma todo lo que se le ha puesto ni tampoco si jugando con otros compañeros se le cae algo o directamente lo tira al suelo porque no le gusta.
Por eso, muchos padres toman la decisión de que sus pequeños coman en casa, pues así pueden estar pendiente de todo lo que ingieren y de lo que se dejan. De esta manera, podrán tomar las medidas oportunas al respecto, para que no tengan carencias alimenticias de ningún tipo.
2-Se facilita que los padres e hijos compartan tiempo juntos
Indudablemente, una de las grandes ventajas de que los niños no se queden en el comedor sino que acudan al mediodía a sus viviendas es que así pueden compartir tiempo juntos con sus padres. Estos cuentan con una agenda de trabajo muy complicada, por lo que se hace necesario que encuentren huecos para estar con sus hijos y el almuerzo es un momento idóneo. Es un tiempo donde los adultos tienen que hacer un parón para comer, por lo que no interrumpirá para nada su ritmo laboral.
Comer todos juntos en casa alrededor de la mesa les ayudará a fortalecer sus lazos afectivos, no sólo compartiendo los platos sino también hablando de cómo ha transcurrido el día hasta ese instante, de qué han hecho unos en el colegio y otros en la oficina…
3-Se evitan problemas de alergias
Otro de los motivos que llevan a muchos padres a tomar la decisión de dejar de lado la opción del comedor escolar es que, aunque en estos se controla al milímetro la alimentación en lo que se refiere a alergias y enfermedades como la celiaquía, es imposible tener todo bajo control. Es decir, siempre puede haber un error e incluso un niño con alguna de esas circunstancias puede hacer la broma de querer probar algo que no le viene bien.
Si el menor en cuestión toma el almuerzo en casa no habrá peligros de ningún tipo, ya que sus padres cocinarán sabiendo sus problemas y vigilando al milímetro que no utilizan nada que le pueda perjudicar.
4-Se logra ahorrar
Es cierto que en muchos colegios e institutos de España existen becas que vienen a financiar el comedor a las familias. Sin embargo, no todas pueden acceder a las mismas. Por ese motivo, las que no pueden recibir esas ayudas económicas si deciden que los niños coman en casa, entre otras muchas cosas, lo que logran es un notable ahorro. De esta manera, tendrán un importante desahogo a fin de mes, algo especialmente interesante si la economía precisamente no está demasiado boyante.
5-Permite que los menores participen en las tareas del hogar
Asimismo no hay que pasar por alto que otro beneficio de que los hijos tomen el almuerzo en la vivienda familiar es que así aprenden a colaborar en las tareas del hogar. De esta manera, no sólo pueden echarles una mano a sus padres preparando las ensaladas, por ejemplo, sino también poniendo la mesa y recogiéndola.
Todo eso sin pasar por alto que, del mismo modo, es una buena alternativa para conseguir que adquieran ciertos hábitos y normas que son importantes en su educación básica. Nos estamos refiriendo a los siguientes:
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Antes de sentarse a comer hay que lavarse las manos a fondo y bien para eliminar los restos de suciedad que puedan tener.
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Está prohibido usar cualquier dispositivo electrónico cuando se está comiendo, como sería el caso de teléfonos móviles o tabletas.
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Se come lo que se pone en el plato, nada de pedir otra cosa.
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No hay que levantarse de la silla hasta que todo el mundo no haya terminado de comer.
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Si se hace necesario levantarse para ir al baño, se pedirá permiso a los padres.
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Cuando se acaba de comer, todos colaboran recogiendo su plato, su vaso y sus cubiertos. De esta manera se logra que la cocina esté limpia y que todos puedan compartir un ratito de sobremesa juntos.