Nombres para niños

Los tres nombres de chico que se relacionan con un menor coeficiente intelectual, según la IA

nombres chico IA
Blanca Espada

Si buscas un nombre para tu bebé antes de que nazca, nada como decantarse por la belleza que tienen aquellos nombres que de alguna manera marcan tendencia de año en año. Sin embargo, puede que esto sea algo demasiado típico o tal vez quieres sorprenderte con las posibilidades que actualmente ofrece la tecnología. Pensando en la inteligencia artificial, y dado que está por todas partes, tal vez te apetezca probar a ver qué tiene que decir ChatGPT al respecto de los nombres para bebé y más cuando se le hacen preguntas específicas más allá de «¿Cuál es el nombre más bonito?». En concreto, qué tiene que decir la IA sobre la inteligencia en relación a los nombres de bebé, y lo cierto es que tiene respuesta para ello. De hecho, ha desvelado los tres nombres de chico que se relacionan con un menor coeficiente intelectual.

Ahora bien, es importante dejar claro desde el principio que no se trata de una afirmación científica ni de una fórmula mágica. La inteligencia artificial no mide la inteligencia real de las personas según su nombre, sino que detecta patrones culturales que emergen del lenguaje que usamos todos los días. Es decir, analiza cómo se habla en redes sociales, foros y otros espacios digitales, y encuentra asociaciones frecuentes entre ciertos nombres y frases que denotan torpeza o baja capacidad de razonamiento.

Nombres de chico que denotan menor inteligencia según la IA

La IA tiene respuesta para todo y en el caso de los nombres, si preguntamos a Chat GPT cuáles son aquellos que denotan menor inteligencia tiene una respuesta aunque no basada en la evidencia científica. De hecho lo que responde tiene que ver con la observación que hace sobre  millones de textos escritos por personas reales. A partir de ahí ha encontrado que los nombres Kevin, Rodrigo y Bruno aparecen con frecuencia junto a expresiones como «no se entera», «es medio lento» o «le cuesta razonar». No es una sentencia, sino un reflejo de estereotipos que, queramos o no, circulan con fuerza en el imaginario colectivo.

Sin embargo, no dejan de ser también nombres muy populares y más desde que parece haberse puesto de moda el hecho de elegir nombres extranjeros o en inglés. En el caso de Kevin, en España y según el INE hay casi 20.000 personas con este nombre con una media de edad en torno a los 16 años, pero como revela la IA es a su vez, un nombre que se relaciona con poco coeficiente intelectual tras  analizar millones de conversaciones online.

En cuanto a Rodrigo, es un nombre más arraigado a nuestro país. De origen germánico, comenzó a utilizarse hace siglos en España y según el INE hay actualmente 43.262 personas con este nombre con una media de edad de 24 años. Bruno en cambio es menos popular, hay 30.365 personas con este nombre con una media de edad de 17 años.

En los tres casos vemos que son nombres que tienen muchos jóvenes, y quizás por ello la IA los relaciona con menor coeficiente intelectual. De nuevo repetimos que su análisis es a partir de lo que ha analizado en redes y en internet, pero el modelo no ha referido ninguna base científica, por lo que sus resultados debemos tomarlos como algo anecdótico y no una cuestión que sea certera.

Qué dice la ciencia sobre los nombres y la percepción de inteligencia

Cómo decimos, a pesar de que los hallazgos de la IA sean interesantes, hay que insistir en que no existe ninguna prueba científica que vincule directamente el nombre de una persona con su coeficiente intelectual. Pero eso no quiere decir que la ciencia no haya analizado previamente si existe algún tipo de relación entre el hecho de llamarse de una manera en concreto y que se tenga más o menos coeficiente intelectual.

Quizás el ejemplo más conocido de todos es el estudio de Harari y McDavid que se llevó a cabo en el 1973 y en el que los profesores evaluaban de forma diferente un mismo texto dependiendo del nombre que figuraba en él. Los trabajos firmados con nombres considerados menos prestigiosos recibían notas más bajas, aunque el contenido fuera exactamente igual. Décadas más tarde, en 2005, el economista David Figlio analizó miles de expedientes escolares y encontró que los alumnos con nombres poco comunes o asociados a clases populares tendían a obtener peores notas, no por su rendimiento, sino por el trato que recibían.

Más recientemente, en 2019, el investigador danés Emil Kirkegaard cruzó datos de más de 65.000 jóvenes con sus puntuaciones en pruebas de inteligencia y encontró diferencias según el nombre. Pero dejó claro que esas diferencias estaban mediadas por factores como el origen socioeconómico y el entorno familiar, no por el nombre en sí. En resumen: el nombre puede ser un marcador cultural, pero no una sentencia sobre nuestras capacidades.

Lo último en Bebés

Últimas noticias