Lactancia materna

Relactación, cómo reanudar la lactancia materna interrumpida si se desea

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relactación
Qué es y cómo llevar a cabo la relactación.
Blanca Espada

Relactación, cómo reanudar la lactancia materna interrumpida si se desea. La lactancia materna es una forma natural y beneficiosa de alimentar y cuidar a los bebés, ya que les aporta nutrientes, anticuerpos, hormonas y otros factores que favorecen su salud, crecimiento y desarrollo. Además, la lactancia materna también tiene beneficios para la madre, como la prevención de hemorragias postparto, la reducción del riesgo de cáncer de mama y ovario, y el fortalecimiento del vínculo afectivo con el bebé.

Sin embargo, a veces la lactancia materna se interrumpe por diversas razones, como dificultades en el inicio o el mantenimiento de la misma, problemas de salud de la madre o del bebé, separaciones temporales, presiones sociales o laborales, o simplemente por decisión personal. En estos casos, algunas madres pueden sentir el deseo de volver a amamantar a sus bebés, ya sea de forma exclusiva o complementaria, y se preguntan si es posible y cómo hacerlo.

La respuesta es que sí, es posible reanudar la lactancia materna después de haberla interrumpido, siempre y cuando la madre tenga la voluntad, la paciencia y el apoyo necesarios para lograrlo. Este proceso se llama relactación, y consiste en estimular la producción de leche materna mediante la succión del bebé, el uso de un suplementador o un sacaleches, y la ingesta de una dieta equilibrada y suficiente líquido. A continuación, se explican los pasos y los consejos para llevar a cabo la relactación con éxito.

Pasos para la relactación

Lo primero que hay que hacer es consultar con un profesional de la salud, preferiblemente un pediatra o un especialista en lactancia materna, para evaluar la situación de la madre y del bebé, y descartar cualquier contraindicación o complicación que pueda impedir o dificultar la relactación. El profesional también podrá orientar y apoyar a la madre durante todo el proceso, y resolver cualquier duda o problema que surja.

Lo segundo que hay que hacer es establecer una rutina de estimulación de las mamas, que consiste en poner al bebé al pecho con la mayor frecuencia y duración posibles, al menos cada dos o tres horas, y dejar que succione hasta que se suelte por sí mismo. Si el bebé no se engancha al pecho o no succiona con fuerza, se puede usar un suplementador, que es un dispositivo que permite ofrecer al bebé leche artificial o donada a través de un tubo fino que se coloca junto al pezón, de forma que el bebé estimula la producción de leche materna mientras se alimenta. Otra opción es usar un sacaleches, que es un aparato que extrae la leche de las mamas mediante un sistema de vacío, y que se puede usar antes, después o entre las tomas del bebé, para aumentar la estimulación de las mamas. Se recomienda usar un sacaleches eléctrico, de doble extracción y con un ritmo y una intensidad adecuados, y seguir las instrucciones de uso y de higiene del mismo.

Lo tercero que hay que hacer es cuidar la alimentación y la hidratación de la madre, ya que esto influye en la cantidad y la calidad de la leche materna. Se recomienda seguir una dieta variada, equilibrada y rica en alimentos que favorecen la producción de leche, como los cereales integrales, las legumbres, los frutos secos, las semillas, las verduras de hoja verde, la avena, el fenogreco, la cerveza sin alcohol, etc. También se recomienda beber suficiente agua y otros líquidos, como infusiones, zumos, caldos, etc., para mantener una buena hidratación y evitar la deshidratación, que puede disminuir la producción de leche.

Lo cuarto que hay que hacer es buscar y recibir el apoyo emocional y práctico de la pareja, la familia, los amigos, los grupos de apoyo a la lactancia materna, etc., ya que la relactación puede ser un proceso largo, difícil y frustrante, que requiere de mucha paciencia, perseverancia y confianza en una misma. El apoyo de los demás puede ayudar a la madre a superar los obstáculos, a mantener la motivación y la autoestima, y a disfrutar de la lactancia materna como una experiencia positiva y gratificante.

Consejos para la relactación

No hay un tiempo determinado para lograr la relactación, ya que depende de muchos factores, como el tiempo que haya transcurrido desde la interrupción de la lactancia, la edad y el peso del bebé, la frecuencia y la eficacia de la estimulación de las mamas, la respuesta individual de la madre, etc. Algunas madres pueden conseguir una producción de leche suficiente para alimentar a sus bebés en unas semanas, mientras que otras pueden tardar meses o no llegar a conseguirlo. Lo importante es no obsesionarse con los resultados, sino ir observando los signos de que la producción de leche va aumentando, como el aumento del tamaño y la firmeza de las mamas, la aparición de gotas o chorros de leche, el cambio de color y de sabor de la leche, el aumento de la frecuencia y de la duración de las tomas, el cambio de comportamiento y de estado de ánimo del bebé, el aumento de peso y de talla del bebé, etc.

No hay que compararse con otras madres ni con otras experiencias de lactancia, ya que cada madre y cada bebé son únicos y tienen sus propias circunstancias y necesidades. Lo que le funciona a una madre puede no funcionarle a otra, y lo que le funcionó a una madre en un momento puede no funcionarle en otro. Lo que hay que hacer es adaptarse a la realidad de cada caso y buscar la solución que mejor se ajuste a las expectativas y a los deseos de la madre y del bebé. Lo que importa es que la madre y el bebé estén bien, se sientan cómodos y felices, y disfruten de la lactancia materna como una forma de alimentación, de cuidado y de amor.

Tampoco hay que tener miedo ni vergüenza de pedir ayuda cuando se necesite, ya sea profesional, emocional o práctica. La relactación es un proceso que implica muchos cambios físicos, hormonales, psicológicos y sociales, y que puede generar dudas, miedos, inseguridades, estrés, ansiedad, culpa, tristeza, etc. Por eso, es fundamental contar con el apoyo de personas que entiendan, respeten y acompañen a la madre en su decisión de reanudar la lactancia materna, y que le ofrezcan información, consejo, consuelo, ánimo, etc. También es importante buscar y compartir experiencias con otras madres que hayan pasado o estén pasando por la relactación, ya que pueden aportar consejos, testimonios, recursos, etc., que pueden ser de gran ayuda.

La relactación es un proceso que requiere de mucha voluntad, paciencia y apoyo, pero que puede ser muy satisfactorio y beneficioso para la madre y el bebé, ya que les permite recuperar o establecer la lactancia materna como una forma de alimentación y de relación. La lactancia materna es un derecho y una elección de la madre y del bebé, y nadie debe impedirles o juzgarles por ejercerlo. La relactación es una muestra de amor, de compromiso y de valentía, y merece todo el respeto y el reconocimiento posibles.

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