Cuidados del bebé

¿Por qué los niños se hurgan la nariz? ¿Hay consecuencias o riesgos?

No sólo es un mal hábito sino también un riesgo potencial para la salud

Cómo limpiar la nariz tapada en bebés y niños pequeños

niños hurgan nariz
Razones por las que los niños se hurgan la nariz.
Blanca Espada

¿Por qué los niños se hurgan la nariz?. La curiosidad es una característica innata en los niños, impulsándoles a descubrir y entender el mundo que los rodea. Esta exploración se manifiesta de diversas maneras, algunas de las cuales, como el acto de hurgarse la nariz, pueden generar inquietudes y preguntas entre padres y educadores. ¿Qué motiva a los niños a adoptar este hábito? ¿Acaso representa algún riesgo o es simplemente una etapa más del crecimiento?.

Este comportamiento, aunque puede resultar incómodo o poco higiénico a ojos de los adultos, es una práctica bastante común en la infancia. Comprender las razones detrás de este acto y conocer los posibles riesgos asociados es fundamental para abordarlo de manera informada y efectiva.

¿Por qué los niños se hurgan la nariz?

Es importante reconocer que hurgarse la nariz es, hasta cierto punto, un comportamiento natural en el proceso de autoexploración de los niños. Sin embargo, como adultos responsables de su cuidado y educación, debemos guiarlos hacia hábitos más saludables y seguros.

Motivos por los que los niños se hurgan la nariz

La curiosidad juega un papel crucial en el desarrollo cognitivo y motor de los niños. Es a través de la exploración táctil que los más pequeños aprenden sobre su entorno, incluyendo su propio cuerpo. Hurgarse la nariz forma parte de esta exploración táctil, permitiéndoles descubrir nuevas texturas, sensaciones y, en ocasiones, incluso provocar reacciones en los adultos que capturan su atención.

Este comportamiento puede ser meramente experimental, sin otro objetivo que el de entender cómo funciona su cuerpo y qué sensaciones le provoca sin embargo no es el único motivo por el que puedes «pillar» o ver como tu hijo o hija se mete constantemente el dedo en la nariz.

De hecho es posible que se deba también a molestias o sequedad nasal que los niños pueden experimentar debido a varios factores como sequedad ambiental, resfriados comunes o reacciones alérgicas. Estas condiciones pueden provocar sensaciones de picazón o incomodidad dentro de la nariz, llevando a los niños a hurgarse en un intento por aliviar estas sensaciones. En algunos casos, la presencia de mucosidad seca o costras dentro de las fosas nasales puede ser particularmente molesta, impulsando aún más este comportamiento.

Consecuencias y riesgos de que los niños se hurguen la nariz

Como vemos este comportamiento puede ser absolutamente normal o estar justificado, pero no podemos pasar por alto las consecuencias y riesgos de este acto:

Infecciones y propagación de gérmenes

Uno de los riesgos más significativos de hurgarse la nariz es la transmisión de enfermedades. Las manos y los dedos están constantemente en contacto con superficies que pueden estar cubiertas de gérmenes y al hurgarse la nariz, estos patógenos pueden ser fácilmente introducidos en las vías respiratorias, aumentando el riesgo de infecciones. Además, este hábito puede contribuir a la propagación de virus y bacterias a otras personas y superficies, especialmente en ambientes como escuelas o parques infantiles, donde los niños interactúan de cerca.

Lesiones nasales

Aunque menos común, el hurgado nasal frecuente o agresivo puede causar daños físicos en las delicadas membranas internas de la nariz. Esto puede incluir abrasiones, pequeñas laceraciones o incluso sangrado nasal. Estas heridas no solo son incómodas, sino que también pueden servir como puertas de entrada para infecciones si no se manejan con la debida higiene y cuidado.

Estrategias para manejar el hábito

La educación es fundamental para modificar comportamientos. Explicar a los niños, en un lenguaje que puedan entender, por qué hurgarse la nariz puede ser perjudicial, es un paso importante. Hablarles sobre los gérmenes y cómo se propagan las enfermedades puede ayudarles a comprender la importancia de mantener las manos lejos de la nariz y la boca. Además, enseñarles a usar pañuelos o toallitas húmedas cuando necesiten limpiarse la nariz, y alentarlos a lavarse las manos con regularidad, puede reducir la incidencia de este comportamiento.

Por otro lado, promover buenos hábitos de higiene desde una edad temprana es clave para prevenir el hurgado nasal y sus riesgos asociados. Esto incluye lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, especialmente después de jugar afuera, antes de comer y después de usar el baño. Mantener las uñas de los niños cortas y limpias también disminuirá la probabilidad de que se lastimen al hurgarse la nariz y reducirá la acumulación de suciedad y gérmenes bajo las uñas.

Para aquellos niños que sufren de sequedad nasal, el uso de humidificadores en las habitaciones donde pasan más tiempo puede ayudar a mantener una humedad adecuada, reduciendo la irritación y la necesidad de hurgarse la nariz. Las soluciones salinas nasales son otra opción efectiva para limpiar y humectar las fosas nasales, proporcionando alivio sin recurrir al hurgado.

Abordar el hábito de hurgarse la nariz en los niños requiere paciencia, comprensión y una aproximación proactiva centrada en la educación y el establecimiento de hábitos saludables. Con información adecuada y prácticas de higiene consistentes, es posible minimizar los riesgos asociados y guiar a los niños hacia un comportamiento más higiénico y seguro.

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