Salud

Laringomalacia: ¿por qué mi bebé hace ruidos cuando respira y parece que se ahoga?

¿Por qué hay un ruido extraño cuando el bebé inhala?

Cómo saber si la respiración de un bebé es regular o dificultosa

Laringomalacia
Bebé respirando.
Blanca Espada

Cuando un bebé emite sonidos inusuales al respirar, especialmente si parecen esforzarse o incluso como si se estuvieran ahogando, los padres naturalmente se preocupan. Una de las causas más comunes de este tipo de sonidos, particularmente durante la inhalación, es la laringomalacia. Este trastorno, aunque puede sonar alarmante, es generalmente benigno y suele resolver por sí solo a medida que el niño crece. Sin embargo, entender las razones detrás de estos ruidos puede ayudar a aliviar la ansiedad de los padres y a asegurar que el bebé recibe la atención adecuada si es necesario.

¿Qué es la laringomalacia?

La laringomalacia es una condición pediátrica caracterizada por una debilidad estructural en las partes de la laringe, o caja de voz, lo que provoca que los tejidos blandos se colapsen parcialmente y obstruyan parcialmente la vía aérea durante la inhalación. Esta debilidad en los tejidos hace que las estructuras flácidas vibren con el paso del aire, lo que genera los sonidos distintivos, a menudo descritos como un ruido sibilante, un silbido suave o incluso un crujido.

Según informa la Clínica Cleveland, esta condición es común en la mitad de los recién nacidos en la primera semana de vida y presenta mayores tasas de incidencia entre las dos y cuatro semanas.

¿Por qué ocurre la laringomalacia?

El origen exacto de la laringomalacia no se comprende completamente, pero está relacionado con el desarrollo inmaduro del aparato respiratorio superior del bebé. Al nacer, los cartílagos de la laringe pueden no estar completamente endurecidos, y por lo tanto, son más propensos a ser flexibles o blandos. Esta flexibilidad puede resultar en una laringe que literalmente se colapsa bajo la presión del aire inhalado, causando esos ruidos preocupantes al respirar.

Este estudio sugiere sin embargo la existencia de varias causas que pueden explicar la laringomalacia y la disfunción neurológica parece ser otra de las principales teorías de la alteración del tono laríngeo. De hecho, en pacientes con laringomalacia grave, el nervio supraglótico tiene un diámetro mayor de lo normal. Esta disfunción neuromuscular sería la base de la reducción del tono neuromuscular y de la descoordinación de los músculos laríngeos respecto a los movimientos que se producen durante la respiración.

Aunque no existe una relación causa-efecto, aproximadamente el 60% de los niños con laringomalacia también padecen enfermedad por reflujo ácido o enfermedad por reflujo gastroesofágico.

Síntomas de la laringomalacia 

Los síntomas de la laringomalacia varían en gravedad, pero el más común es el «estridor inspiratorio», un sonido agudo que se produce durante la inhalación. Este sonido puede intensificarse cuando el bebé llora, se alimenta o se agita, y por lo general, mejora cuando el niño está en reposo o duerme boca arriba. Otros síntomas pueden incluir dificultad para alimentarse, pausas respiratorias (apneas), tos crónica o recurrente, y en casos más severos, desaturación de oxígeno que puede requerir intervención médica.

Diagnóstico de la laringomalacia

El diagnóstico de laringomalacia generalmente se realiza observando los síntomas y a través de una evaluación física detallada realizada por un pediatra o un especialista en otorrinolaringología. En algunos casos, puede ser necesario realizar estudios más específicos como la laringoscopia. Esta prueba permite al médico visualizar directamente la laringe mientras el bebé respira, identificando así el colapso de las estructuras laríngeas y cualquier otra posible anomalía.

La laringoscopia consiste en unaendoscopia de las vías respiratorias mediante la introducción de un tubo fino y flexible en las vías respiratorias, la nariz o la boca. De esta forma el médico especialista puede observar las paredes internas de la laringe y las cuerdas vocales , verificando su movimiento. Al mismo tiempo, también puede ser necesario el uso de oximetría de pulso o pruebas de función respiratoria.

Tratamiento y manejo

En la mayoría de los casos de laringomalacia, el tratamiento no es necesario, ya que la condición suele resolverse espontáneamente a medida que el niño crece y sus estructuras laríngeas se fortalecen, generalmente alrededor de los 18 a 24 meses de edad. Sin embargo, en situaciones donde los síntomas son severos y afectan la alimentación, el crecimiento o la respiración del bebé, pueden ser necesarias intervenciones. Estas pueden incluir terapias para manejar los síntomas, como medicamentos para el reflujo gastroesofágico (común en bebés con laringomalacia), o en casos raros, procedimientos quirúrgicos para corregir la obstrucción de la vía aérea.

Consideraciones adicionales y apoyo a los padres

El manejo de un bebé con laringomalacia puede ser estresante para los padres. Es crucial proporcionar apoyo y educación adecuados para ayudarlos a entender la condición y cómo manejarla. La comunicación continua con el equipo de atención médica, el acceso a recursos de apoyo y grupos de padres con experiencias similares pueden ser invaluable.

Aunque la laringomalacia puede ser una fuente de gran preocupación para los padres, es importante recordar que en la gran mayoría de los casos, es un trastorno auto-limitado que mejora con el tiempo sin necesidad de tratamiento invasivo. La educación y el apoyo adecuados son claves para manejar esta condición, permitiendo que tanto el bebé como sus padres tengan una experiencia más tranquila y segura durante este período de crecimiento.

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