Embarazo

Las 12 dolencias más frecuentes del embarazo en cada trimestre y cómo afrontarlas

Una guía práctica de las principales dolencias que pueden presentarse a lo largo del embarazo.

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Descubre las dolencias más frecuentes durante el embarazo
Blanca Espada

El embarazo es una etapa maravillosa en la vida de una mujer, pero también puede traer consigo una serie de dolencias y molestias que afectan a su bienestar físico y emocional. Algunas de estas dolencias son comunes a lo largo de todo el embarazo, mientras que otras varían según el trimestre en el que se encuentre la gestante. A continuación, te explicamos cuáles son las 12 dolencias más frecuentes del embarazo en cada trimestre y cómo afrontarlas de la mejor manera posible.

Primer trimestre

1.Náuseas y vómitos

Las náuseas y los vómitos son uno de los síntomas más habituales del embarazo, especialmente en el primer trimestre. Se deben a los cambios hormonales que se producen en el organismo de la mujer, así como a la sensibilidad aumentada a los olores y sabores. Para aliviar las náuseas y los vómitos, se recomienda:

  • Comer pequeñas cantidades de alimentos varias veces al día, evitando las comidas copiosas y grasas.
  • Beber líquidos entre las comidas, pero no durante ellas, para evitar la sensación de plenitud.
  • Tomar alimentos secos como tostadas, galletas o cereales por la mañana, antes de levantarse de la cama.
  • Evitar los alimentos o los olores que provoquen náuseas, como el café, el tabaco o los perfumes fuertes.
  • Chupar caramelos de menta, jengibre o limón para calmar el estómago.
  • Consultar con el médico si se puede tomar algún medicamento específico para las náuseas del embarazo, como la vitamina B6 o el doxilamina.

2. Fatiga y sueño

La fatiga y el sueño son otros síntomas muy comunes en el primer trimestre del embarazo, debido al aumento del metabolismo y del flujo sanguíneo, así como a la producción de la hormona progesterona, que tiene un efecto sedante. Para combatir la fatiga y el sueño, se aconseja:

  •  Dormir al menos 8 horas por la noche y hacer siestas cortas durante el día si se necesita.
  • Mantener una rutina de sueño regular, acostándose y levantándose a la misma hora.
  • Evitar las bebidas con cafeína, el alcohol y el tabaco, que pueden alterar el sueño y la salud del bebé.
  • Practicar ejercicio moderado por la mañana o por la tarde, pero no antes de acostarse, para favorecer la circulación y el ánimo.
  • Llevar una alimentación equilibrada y rica en hierro, ácido fólico y vitaminas, para prevenir la anemia y otras carencias nutricionales que pueden causar fatiga.

3. Estreñimiento

El estreñimiento es otra molestia frecuente en el primer trimestre del embarazo, debido al efecto relajante de la progesterona sobre los músculos intestinales, que disminuye el tránsito intestinal. Además, el hierro que se toma como suplemento puede contribuir al estreñimiento. Para prevenirlo o aliviarlo, se recomienda:

  • Beber al menos 2 litros de agua al día, para hidratar las heces y facilitar su expulsión.
  • Consumir alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, cereales integrales o legumbres, para aumentar el volumen y la consistencia de las heces.
  • Evitar los alimentos que produzcan gases o inflamación abdominal, como los lácteos enteros, las bebidas con gas o los dulces.
  • Hacer ejercicio moderado todos los días, como caminar o nadar, para estimular el movimiento intestinal.
  • No reprimir las ganas de ir al baño cuando se presenten, para evitar que las heces se endurezcan más.
  • Consultar con el médico si se puede tomar algún laxante natural o suave, como el aceite de oliva, el zumo de ciruela o el de kiwi.

Segundo trimestre

4. Dolor de espalda

El dolor de espalda es una dolencia muy habitual en el segundo trimestre del embarazo, debido al aumento de peso y de volumen del útero, que cambia el centro de gravedad y la postura de la mujer. Además, la progesterona también relaja los ligamentos y los músculos de la zona lumbar, lo que favorece la aparición de contracturas y lumbalgias. Para prevenir o aliviar el dolor de espalda, se aconseja:

  • Usar un calzado cómodo y con poco tacón, para evitar la sobrecarga de la zona lumbar.
  • Evitar levantar objetos pesados o hacer movimientos bruscos, para no forzar la espalda.
  • Mantener una buena postura al sentarse, al caminar y al dormir, usando almohadas o cojines para apoyar la espalda y las piernas.
  • Aplicar calor local en la zona dolorida, con una manta eléctrica, una bolsa de agua caliente o un masaje suave.
  • Realizar ejercicios específicos para fortalecer la musculatura de la espalda y el abdomen, como el yoga, el pilates o la natación.
  • Tomar algún analgésico como el paracetamol, siempre bajo prescripción médica.

5. Calambres en las piernas

Los calambres en las piernas son contracciones involuntarias y dolorosas de los músculos de las pantorrillas, que suelen aparecer por la noche o al despertarse. Se deben a varios factores, como el aumento de peso, la presión del útero sobre los vasos sanguíneos, la falta de calcio o magnesio o la deshidratación. Para prevenir o aliviar los calambres en las piernas, se recomienda:

  • Beber abundante agua durante el día, para evitar la deshidratación y mejorar la circulación.
  • Consumir alimentos ricos en calcio y magnesio, como los lácteos, los frutos secos o las verduras de hoja verde, para evitar las carencias minerales que pueden provocar calambres.
  • Evitar estar mucho tiempo de pie o sentada con las piernas cruzadas, para no comprimir los vasos sanguíneos.
  • Hacer ejercicio moderado todos los días, como caminar o nadar, para tonificar los músculos y favorecer el retorno venoso.
  • Estirar los músculos de las piernas antes de acostarse y al levantarse, para relajarlos y prevenir las contracciones.
  • Masajear la zona afectada con un aceite o una crema hidratante, para aliviar el dolor y reducir la inflamación.

6. Hemorroides

Las hemorroides son venas inflamadas y dilatadas en el ano o el recto, que causan dolor, picor y sangrado al defecar. Se deben a la presión del útero sobre los vasos sanguíneos de la zona pélvica, así como al estreñimiento que dificulta la evacuación. Para prevenir o aliviar las hemorroides, se recomienda:

  • Seguir las mismas medidas que para el estreñimiento: beber agua, comer fibra, hacer ejercicio y no reprimir las ganas de ir al baño.
  • Usar papel higiénico suave y húmedo o toallitas específicas para limpiar la zona anal después de defecar, sin frotar ni irritar.
  • Aplicar compresas frías o también hechas con agua tibia y sal o manzanilla, para calmar el dolor y el picor.
  • Usar cremas o pomadas con efecto anestésico o antiinflamatorio, siempre bajo prescripción médica.
  • Evitar el uso de laxantes irritantes o supositorios que puedan dañar las hemorroides.

Tercer trimestre

 7. Acidez e indigestión

La acidez e indigestión son molestias que pueden aparecer en cualquier momento del embarazo, pero que se intensifican en el tercer trimestre debido al crecimiento del útero que comprime el estómago y dificulta su vaciado. Además, la progesterona también relaja el esfínter esofágico inferior, que es el músculo que impide que el ácido del estómago suba al esófago. La acidez e indigestión pueden causar síntomas como:

  • Sensación de ardor o quemazón en el pecho o la garganta.
  • Regurgitación o eructos con sabor ácido o amargo.
  • Náuseas o vómitos después de comer.
  • Sensación de plenitud o pesadez en el estómago.
  • Hipo o tos frecuente.

Para prevenir o aliviar la acidez e indigestión, se recomienda:

  • Comer pequeñas cantidades de alimentos varias veces al día, evitando las comidas copiosas y grasas.
  • Beber líquidos entre las comidas, pero no durante ellas, para evitar la distensión del estómago.
  • Evitar los alimentos que puedan irritar el estómago o favorecer la acidez, como el café, el chocolate, los cítricos, el tomate, las especias o las salsas.
  • No acostarse inmediatamente después de comer, sino esperar al menos dos horas para facilitar la digestión.
  • Elevar la cabecera de la cama unos 15 centímetros, para evitar que el ácido suba por la gravedad.
  • Tomar algún antiácido o protector gástrico, siempre bajo prescripción médica.

8. Insomnio

El insomnio es la dificultad para conciliar o mantener el sueño, que puede afectar a la calidad y la cantidad del descanso nocturno. El insomnio puede deberse a varios factores, como el aumento de peso, las molestias físicas, el estrés, la ansiedad o las hormonas. Para prevenir o aliviar el insomnio, se recomienda:

  • Seguir una rutina de sueño regular, acostándose y levantándose a la misma hora.
  • Evitar las siestas largas durante el día, que pueden restar sueño por la noche.
  • Evitar las bebidas con cafeína, el alcohol y el tabaco, que pueden alterar el sueño y la salud del bebé.
  • Evitar las comidas copiosas o picantes por la noche, que pueden causar acidez o indigestión.
  • Practicar técnicas de relajación antes de dormir, como la respiración profunda, la meditación o la lectura.
  • Usar almohadas o cojines para apoyar la espalda y las piernas, y dormir de lado izquierdo para mejorar la circulación y la oxigenación del bebé.
  • Consultar con el médico si se puede tomar algún medicamento para dormir, como la melatonina o el antihistamínico.

9. Edema

El edema es la hinchazón de los tejidos debido a la acumulación de líquido en el espacio intercelular. El edema suele afectar a las piernas, los pies y los tobillos, pero también puede aparecer en las manos, los brazos o la cara. El edema se debe al aumento del volumen de sangre y al efecto de la progesterona sobre los vasos sanguíneos, que disminuyen su tono y su capacidad de reabsorber el líquido. Para prevenir o aliviar el edema, se recomienda:

  • Beber abundante agua durante el día, para favorecer la eliminación de líquidos y toxinas por la orina.
  • Reducir el consumo de sal y de alimentos procesados o enlatados, que pueden favorecer la retención de líquidos.
  • Elevar las piernas siempre que sea posible, para facilitar el retorno venoso y evitar la acumulación de líquido en las extremidades inferiores.
  • Usar medias de compresión graduada, que ayudan a mejorar la circulación y a prevenir las varices.
  • Hacer ejercicio moderado todos los días, como caminar o nadar, para tonificar los músculos y favorecer el drenaje linfático.
  • Masajear las zonas afectadas con un aceite o una crema hidratante, para aliviar la sensación de pesadez y mejorar la elasticidad de la piel.

10. Contracciones de Braxton Hicks

Las contracciones de Braxton Hicks son contracciones uterinas irregulares e indoloras que se producen a lo largo del embarazo, pero que se hacen más frecuentes e intensas en el tercer trimestre. Se deben a la preparación del útero para el parto, pero no indican que este se haya iniciado. Para diferenciarlas de las contracciones verdaderas, se debe tener en cuenta que las contracciones de Braxton Hicks:

  • No son rítmicas ni regulares en su frecuencia ni en su duración.
  • No aumentan en intensidad ni en frecuencia con el paso del tiempo.
  • No se acompañan de otros síntomas como sangrado vaginal, rotura de aguas o presión en el recto.
  • Se alivian con el cambio de posición, el reposo o la hidratación.

Para prevenir o aliviar las contracciones de Braxton Hicks, se recomienda:

  • Beber abundante agua durante el día, para evitar la deshidratación que puede desencadenar las contracciones.
  • Descansar lo suficiente y evitar el estrés o las emociones fuertes, que pueden estimular las contracciones.
  • Cambiar de posición o hacer ejercicios de estiramiento cuando se sientan las contracciones, para relajar los músculos uterinos.
  • Aplicar calor local en el abdomen o en la espalda baja, con una manta eléctrica o una bolsa de agua caliente, para calmar el dolor.
  • Respirar profundamente y de forma rítmica durante las contracciones, para oxigenar el cuerpo y el bebé.

11. Infecciones urinarias

Las infecciones urinarias son infecciones causadas por bacterias que afectan a las vías urinarias, desde la uretra hasta los riñones. Las infecciones urinarias son más frecuentes en el embarazo debido al aumento del flujo sanguíneo en la zona pélvica, la presión del útero sobre la vejiga y la uretra, y el efecto de la progesterona sobre los músculos de las vías urinarias, que disminuyen su tono y su capacidad de vaciado. Las infecciones urinarias pueden causar síntomas como:

  • Ardor o dolor al orinar.
  • Ganas frecuentes y urgentes de orinar, pero en poca cantidad.
  • Orina turbia, maloliente o con sangre.
  • Dolor en la zona baja del abdomen o en la espalda.
  • Fiebre, escalofríos o malestar general.

Para prevenir o aliviar las infecciones urinarias, se recomienda:

  • Beber abundante agua durante el día, para diluir la orina y arrastrar las bacterias.
  • Orinar siempre que se tenga ganas y vaciar completamente la vejiga, para evitar que las bacterias se acumulen.
  • Limpiar la zona genital de adelante hacia atrás después de orinar o defecar, para evitar que las bacterias del ano contaminen la uretra.
  • Usar ropa interior de algodón y evitar las prendas ajustadas o sintéticas, que favorecen la humedad y el crecimiento bacteriano.
  • Evitar el uso de jabones perfumados, desodorantes íntimos o duchas vaginales, que pueden alterar el pH y la flora vaginal y facilitar las infecciones.
  • Tomar algún antibiótico específico para las infecciones urinarias del embarazo, siempre bajo prescripción médica.

12. Hemorragia nasal

La hemorragia nasal es el sangrado por la nariz que puede ocurrir en el embarazo debido al aumento del flujo sanguíneo y a la fragilidad de los vasos sanguíneos de la mucosa nasal. La hemorragia nasal suele ser leve y se detiene por sí sola, pero puede ser molesta e incómoda. Para prevenir o aliviar la hemorragia nasal, se recomienda:

  • Evitar los cambios bruscos de temperatura, el aire seco o los ambientes con humo, que pueden irritar o resecar la mucosa nasal.
  • Usar un humidificador o un vaporizador en el dormitorio, para mantener la humedad del aire y evitar que se formen costras en la nariz.
  • Aplicar una pomada hidratante o vaselina en el interior de las fosas nasales, para lubricarlas y protegerlas.
  • Sonarse la nariz con suavidad y sin taparse una fosa nasal, para evitar aumentar la presión y romper los vasos sanguíneos.
  • Inclinar ligeramente la cabeza hacia adelante y presionar con los dedos las alas de la nariz durante unos minutos, para detener el sangrado.
  • Aplicar una compresa fría o un paño húmedo en la frente o en el cuello, para contraer los vasos sanguíneos.

Estas son algunas de las dolencias más frecuentes del embarazo en cada trimestre y cómo afrontarlas. Recuerda que lo más importante es consultar con tu médico ante cualquier duda o síntoma que te preocupe, y seguir sus indicaciones para cuidar tu salud y la de tu bebé. El embarazo es una etapa única e irrepetible, así que disfrútala al máximo y prepárate para recibir a tu pequeño con todo el amor del mundo.

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